Narra Josiah:
Un nuevo día, un nuevo drama. Es miércoles por la noche y Carl no para de golpetear la puerta para que salga del bendito baño.
- ¡MALDITA SEA JOSIAH! ¡ MUEVE EL CULO QUE MAMÁ NOS ESPERA EN CINCO MINUTOS EN EL AUTO! - gritó rendido y se alejó rápidamente.
Si tan solo no me hubieran hecho poner este estúpido traje.
Bufo enojado y trato de que la corbata se vea derecha. Me miro una última vez al espejo y gruño totalmente cansado.
Querida y amada mamá, ¿POR QUÉ SE TE OCURRE LLEVARNOS A ESTA CENA DE NEGOCIOS?
La idea en su mente seguro fue genial para que hiciera que Carl y yo llevemos estos trajes tan incómodos.
Subo al auto y enseguida un chofer contratado arranca hacia el bendito evento. Llevo mi celular y los audífonos en el bolsillo interno de mi leva, pero sé que no puedo colocármelos porque papá me mira severamente.
Intento mirar el paisaje que me brinda la ventana, pero eso implica en pensar en la misma persona.
Me enoja, me frustra, me enloquece. ¿Qué tiene ella que me pone tan mal?
Tal vez sean sus bonitos ojos, o su largo cabello colorido, a lo mejor su voz, no lo sé.
Muevo un poco mi cabeza para ver que ya debo bajar. Nos espera un poco de gente en la puerta y mis nervios crecen, es decir, no vas todos los días a acompañar a mamá con la familia entera a su trabajo.
Acomodo innecesariamente mi corbata y emprendo la corta caminata hacia el salón. Todo es tan elegante y me siento sumamente extraño. Carl toca mi hombro disimuladamente, pidiéndome que siga el ritmo de mis padres, ya que ellos se encuentran sentados en una mesa más o menos al centro de toda la habitación.
Era una mesa para ocho personas.
Me senté confuso a lado de mi hermano e intenté no preguntar quienes se sentarían con nosotros, pues de por si va a ser uno de los momentos más incómodos de mi vida.
Observo la entrada con un semblante de terror, a lo que Carl solo ríe y da suaves palmadas en mi espalda, pidiéndome que me calme.
De repente, entra una familia de cuatro personas, dos chicas y una de ellas es... ¿JULISSA?
Parpadeo rápidamente para analizar brevemente lo que está pasando. Froto discretamente mis ojos y regreso la mirada hacia la entrada, solo que esta vez la familia se acerca hacia nuestra mesa.
Destino, lo que quieras hacer, por favor hazlo bien.
Sonrío algo fuera de lugar al ver cómo mis padres saludan a los padres de las jóvenes, para luego caer en cuenta que Julissa me mira igual de sorprendida.
- Es un gusto que nos acompañen hoy, familia Woods - anuncia mi padre con una sonrisa, para luego acomodarse en su asiento e invitarlos con la mirada a la mesa.
- El gusto es nuestro, espero y sea una gran noche - acota la madre de Julissa, sentándose frente a Carl.
El asiento a lado mío comienza a moverse, y a continuación una figura femenina se acomoda. Inhalo discretamente el aroma, deleitándome al instante.
Regreso a ver y doy una sonrisa tímida y a la vez alegre de que Julissa se haya sentado a mi lado.
Pero a la vez, me doy cuenta de que fui poco caballeroso al no correr la silla para que se siente a gusto.
Me reprendo en mi mente, y enseguida me enfoco en el codazo que Carl me da, mirándome divertido.
- ¿Qué desean ordenar? - pregunta el camarero. Mis padres y los de Julissa eligen por todos spaghetti a la bolognesa y la respuesta me hace feliz.
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Efímero. [En edición]
Teen FictionJulissa y Josiah son dos adolescentes que más bien, parecen adultos. Sus actitudes siempre tenían tendencia a querer realizar lo correcto. No salían a fiestas ni conversaban mucho con la gente que los rodeaban, pero sí se sumergían en acciones compl...