We lost the sea.

«My dear Hoseok: Una carta para tí...«

Hoseok se encontraba sobre su cama, observando el techo sobre sus ojos, con la reinante oscuridad a su alrededor, excepto por una pequeña luz que iluminaba desde la esquina de aquella mesita color caoba que había escogido Taehyung meses atrás.

Taehyung.
Taehyung.
Taehyung.

Lo recordaba tan bien, lo tenía tan impregnado en su memoria que parecía recordar el ligero aroma de su cabello, parecía sentir la calidez de su piel aún en la punta de sus dedos.

Respiró hondo, calmando sus sentidos, sus pensamientos. Controlaba su interior, a pesar de que todo el tiempo siguiera pasando frente a él , aún llovía por las noches, todavía seguía habiendo amaneceres y atardeceres, aún nevaba en invierno...

Se levantó rápidamente, ansiando un poco de agua para aclarar su mente. El viento filtrado en su ventana tampoco parecía ayudar mucho. Caminó hasta la cocina, que seguía luciendo aquel azul celeste que parecía ser el mismo tono que del mar de Busan.

La casa era demasiado grande para él, así lo sentía desde su regreso a Seúl, tanto espacio lo aterraba, le recordaba que no encontraría a su mejor amigo en el cuarto siguiente.

Suspiró dejando el vaso a medio terminar sobré la olvidada mesa de desayuno, y siguió su más creciente necesidad.... Moría por sentir a Taehyung cerca de él, lo extrañaba tanto, y mientras más sufría más lo amaba.

Leería sus cartas otra vez, vería sus delicados trazos impregnados de tinta negra, en donde Taehyung había intentado darle un último regalo, algo diferente, sencillo, y que pudiera perdurar tanto como el mayor deseara. Aquella cartas que eran solo para él, y habían sido escritas antes y después de que ambos se perdieran en aquel océano tan grande.

Sostenía la primera y sus dedos sentían el liso papel, en donde en algún momento Taehyung, había intentado despedirse de él antes de huir a Busan, sin saber que el mayor lo seguiría hasta el fin del mundo con tan solo poder disfrutar cada segundo juntos.

¿Cuánto tiempo había pasado exactamente desde aquello? Más de lo que quería aceptar, podía decir y mentir, pero seguía extrañándolo como el primer día, y eso no cambiaría, había sido demasiado real, demasiado profundo.

Abrió el papel cuidadosamente, y ahí estaba de nuevo, su mejor amigo, su vida, su mejor sonrisa, su Tae.

Hoseok: 

Quédate. Por favor, quédate . Permanece aquí conmigo, permanece y recuérdame, recuerda las cosas buenas, las cosas malas, las cosas felices y tristes, recuerda mi rostro sano y mi sonrisa, recuerda mi mal humor y mi terquedad.

Te quise demasiado, te amo demasiado. Eres tú lo primero que temo dejar atrás, me atemoriza no despertar más por no poder verte conmigo, pero creo que estaré bien, y tu también lo estarás, confío en los dos, tengo fe en que encontraremos una forma de vernos de nuevo, tal vez en una donde no haya despedidas, o en donde volvamos a conocernos, pero lo haremos, lo prometo.

Me tengo que ir, Hobi.

Te extrañare tanto, más de lo que nunca lo he hecho, cada minuto lejos será difícil, pero necesario, necesitamos curarnos, seguir adelante, porque así es la vida, es mi turno de irme y tu de quedarte, quedarte a escuchar la lluvia, a enamorarte, a aprender, a reír y a respirar, la vida es increíblemente bella, y tuve mucha suerte de compartirla contigo.

Eres mi vida, lo fuiste desde el primer día y lo serás hasta el último.

Gracias por quererme, gracias por ver las estrellas conmigo aquella noche tan irrelevante, gracias por sostenerme de la mano, y por llevarme el desayuno a la cama. Para mí fue un honor enamorarme de ti y amarte cada segundo.

Por siempre:
Tae.

Giró su vista hacia la puerta de la habitación, esperando ver su silueta acostada en la cama.

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«Dear Hoseok» va a ser una serie de cartas que subiré para darles un poquito más de historia. Gracias por leerla, y perdón si es muy triste, también por la ausencia e inactividad de mi cuenta, pero espero que esta notita les haya gustado. ♥️

V.