16/03/2017
Caminé por el salón de un lado a otro, tenía hambre pero sabía lo que eso suponía.
- Contrólate , contrólate - me repetía lo mismo varias veces - vas a ir a la nevera y solo vas a coger “comida de verdad".
Ámber : ¿Te sientes bien? - apareció bajando las escaleras.
Vanessa : Por favor no leas mi mente - supliqué, me repetía que seguía siendo una persona humana, pero mis instintos me decían todo lo contrario.
Ámber : Vanessa tranquilízate, tus ojos... - me miró asustada.
La garganta me pedía a gritos sangre y no podía soportarlo, no iba a hacerlo, no podía hacerlo.
Me pasé la lengua por los dientes, colmillos afilados se interpusieron en el camino nada más rozarlos sentí pánico, me agarré el pelo y grité de frustración.
– No puedo, no puedo - me repetía a mi misma intentando frenar las ganas, la cocina estaba al lado, no costaba nada correr y agarrar una de las jarras llenas de sangre que había mirado siempre con tanto asco. - voy a ir a coger agua y dejaré de tener la garganta seca -
Ámber llamó a Matt y ella se interpuso en mi camino.
Ámber : Primero tranquilízate y luego podrás beber. Puedes cometer una locura si lo haces en este estado.
Matt : ¿Qué pasa? - nos miró a ambas y giré el rostro hacia él con lágrimas amenazando con salir, pareció igual de sorprendido al mirarme.
Vanessa : Ámber - hice que me mirara a los ojos y los suyos parecieron ceder por un momento - tú quieres dejarme pasar, yo lo sé - una parte de mí que no conocía podía controlarla, ella asintió - apártate - mi voz sonó amenazadora y agresiva y muy en el fondo no sabía que estaba haciendo.
Hice una trayectoria perfecta hasta la cocina, de repente todos mis sentidos parecían más atentos y más precisos, cogí una manzana siendo lo primero que vi. Le hinqué los colmillos y el sabor dulce de la manzana no duró mucho, no me saciaba, no podía acabar con la sed, la fruta quedó arrugada y sin una sola gota, pero no sirvió de nada.
- Abre la nevera, por un poco no pasará nada - mi cabeza tenía razón no pasaba nada, estaba realmente desesperada.
Cuando me giré Matt estaba parado en frente de la nevera, me ardía todo el cuerpo.
Vanessa : Déjame pasar - intenté insinuarle, con Ámber había funcionado - sabes que voy a beber quieras o no y no voy a parar hasta que la jarra esté vacía - él no se apartó, no le pasó nada.
Matt : Tú persuasión no funciona conmigo, no lo intentes - la frustración volvió a mí.
Vanessa : Me duele - me agarré la garganta con la mano, yo nunca me mostraría insignificante delante de nadie, no sé que estaba haciendo, yo solo quería la maldita jarra de sangre.
Matt : Lo sé - se acercó y me pegó a la pared limpiando unas lágrimas traicioneras con sus pulgares - pero aún así no voy a caer en tus juegos mentales. - gruñí, entonces era eso, solo había intentado darle lástima, otra yo que no conocía me guiaba a pesar de que era consciente de lo que estaba haciendo.
Vanessa : Aléjate de mí - siseé con rabia, seguía sosteniéndome, Connor apareció por la puerta y parece que mi otra yo aprovechó el momento - me está haciendo daño, dile que me deje - me hice la indefensa y él hipnotizado se fue acercando a mí.
Matt : Connor vete
Connor : Déjala, ¿no ves que le haces daño? - hablaba pausadamente como si las palabras no fueran completamente suyas. Empujó a Matt, dejándome libre, pero en unos segundos sacudió la cabeza saliendo de aquel trance y Matt volvió a frenarme, grité desesperada.
Matt : Sírvele un vaso - recalcó “un"
Vanessa : Dame la jarra - le contradije y reí al ver que a Connor le costaba alejar mi voz de su cabeza y centrarse.
Matt me tendió el vaso, mientras la jarra era puesta en la nevera de nuevo.
Matt : Bebe - ordenó - y no intentes nada - sonreí de lado retándolo pero le hice caso sintiendo el alivio en todo mi cuerpo. ¿Iba a ser así cada vez que tuviera sed?
❤silent_heart_❤
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Protegiéndola: INMORTAL ©
Ma cà rồngProtegiéndola I Inmortal : Los cambios cuestan, pero se acaban asumiendo y la manera de enfrentarse a ellos dice quien eres en verdad. Es un sentimiento tan extenso ... Nunca nadie me explicó que era la felicidad, nunca la sentí ni estuvo cerca de m...