Cuando era niña siempre vi que todas las princesas Disney sus finales felices era con alguien a su lado, una persona a quien amar y por un tiempo creí que eso era lo que hacía feliz a una chica la compañía de una chico, que tu caballero te rescate y vivan felices para siempre. Al crecer vi una película (también de Disney) llamada el diario de la princesa, una historia muy bonita de como aprender a ser una princesa a tu manera y tomar tus propias decisiones, no como todas las princesas que no elegían del todo ellas sino lo que "su corazón les decía" sin siquiera saber que el corazón es algo muy engañoso. Unos días atrás me vi la segunda parte de esa película y una de mis películas favoritas. En esa Mia ya era graduada de la segundaria y estaba lista para mudarse al reino de Genovia y reinarlo, pero para ello debía casarse con alguien que fuera el rey y cabeza del reino, esto puso en frustración a Amelia porque no quería reinar con alguien a su lado, no estaba preparada para algo como el matrimonio pero debía, a tal punto de que casi lo hizo (por obligación) pero sabía que si iba a ser la reina de Genovia iba a cambiar todo eso. Y así fue, tuvo independencia de si sin un hombre a su lado, hasta el momento que quisiera casarse con alguien.
Eso me hizo reflexionar de que todos tenemos una princesa y un principe en nuestro interior, pero por querer tener un final feliz busca algo más: Una novia, una fiestas todos los fin de semana, una droga, una borrachera, etc, ect. Eso no llena del todo como Dios si y te hace depender de ti mismo, no buscar un quien sino un qué, y ese que es Dios. Somos hombres y mujeres de excelencia y no hay que tomar decisiones adelantadas, solo seguir el tiempo perfecto de Dios. No hay nada mejor que crecer, tomar tu tiempo a solas y cuando estés listo, hacerlo. Asi como Mia tomo su decisión.
Ahí aprendí: No importa quien está a tu lado si solo es para no sentirte solo. Importa que aunque no lo veas no estás solo y te sientes completo. Y que el verdadero final feliz es el que decides tu misma o tu mismo.
Es irónico que el vacío sea pesado y la llenura ligera. Pero eso es porque tengo la carga de Dios que es ligera.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30.
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Letras.
OverigAquí puedo ser yo y hablar como si nadie pudiera juzgarme, ni decir como y que debo ser. Esta soy yo, con todos mis errores al hablarle al mundo (o bueno una parte del mundo)