C-5_Ahora o Nunca

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Nota: A partir de acá la narración será omnisciente para hacer más fácil la redacción para mí. Ah, quizás en algún momento sea algún personaje que narre.

Las clases acabaron y Maya se dirigió a su casa, pensando en lo que debía hacer. Era claro que John era una amenaza en ese momento para ella, debía decidir rápido que hacer. Matarlo era la mejor y más pronta opción pero algo en ella no dejaba que esa idea terminara de ser la escogida.

Su casa estaba en cierta paz al llegar, sus padres aún no se encontraban en la morada. Inhaló y sintió alivio necesitaba esa tranquilidad, necesitaba pensar, analizar, resolver esa situación.

‒‒‒ Joder, en que me he metido ‒‒‒ Se dijo en voz alta dejándose caer en el suelo. Algo no estaba bien además de las cosas que ya no iban como deberían.

John era un maldito problema y sabía que no tenía más opción. Tendría que matarlo.

Mientras tanto John llegaba a su departamento donde todo estaba como de costumbre, silencioso, tranquilo y pulcro. Miro la mesa auxiliar que estaba al lado de su sofá notando unos papeles mal acomodados y que su manía del orden no dejaría pasar por alto. Acomodó los papeles y se dejo caer en su cómodo y blando asiento. Su primer día no había resultado tan agotador para el cansancio que irradiaba era obvio que esa no era la raíz de su ánimo decaído, encontró a la asesina de la noche anterior; no solo la encontró sino que hablo con ella, es una estudiante, es una chica con una vida normal o lo que vería cualquiera a simple vista.

Suspiró, ¿y ahora? ¿Cuál debía ser su siguiente paso?

¿Reforzar las puertas y ventanas? ¿Si pasaría de esa noche? Eran tantas preguntas que agobiaban su mente, una seguida de la otra, era un jodido remolino de preguntas sin una respuesta certera.

‒‒‒ Maldición ‒‒‒ Dijo en un Susurro, que contenía toda la frustración y desesperación que había contenido desde que vio a esa chica.

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La noche cayó, Maya miraba el techo blanco de su cuarto sintiendo un nudo en el estómago, unas ganas horribles de gritar. «Mátalo» decían las voces en su cabeza, no se callaban, no le permitían pensar.

Golpeó su cama con fuerza, ella no quería matarlo. ¿Qué creaba ese conflicto moral para deshacerse de él? No era la primera vez que mataba a alguien y dudaba que fuese la última. Él no le causaba repulsión, él no la había tratado mal ni rechazado aún sabiendo que era ella. Si usaba el «que» para referirse a sí misma, no merecía ser un «quién». Los minutos pasaban y Maya aun no se dignaba a enfrentar las consecuencias de sus actos.

John estaba leyendo en su habitación, un libro que una amiga le había recomendado. Se encontraba absortó en la historia hasta que oyó un sonido proveniente de su estancia; ya tenía una idea de quién podría ser...Maya.

Sentía miedo, si no elegía las palabras correctas quizás no vería el sol salir en la Mañana, quizás nunca volvería a ver a su madre, y no se graduaría.

Salió de su recámara con el corazón en la garganta, cada paso que daba a la oscura sala el miedo aumentaba; pensó en ese momento lo que sienten aquellas personas al filo de la muerte porque ahora él se encontraba en ese porcentaje. La brisa recorrió la habitación, la claridad de luna entraba por el ventanal antes cerrado y ahora abierto de par en par. Miró hacia al frente al ver una silueta, Maya estaba ahí parada con un arma apuntando a su cráneo, John sintió un frío recorrer toda su espina dorsal.

‒‒‒ Tengo que hacerlo ‒‒‒ Maya rompió el silencio que los ahogaba.

Les sudaban las manos a ambos, a John le recorría una gota de sudor mientras que la cabellera de Maya se movía por la brisa.

‒‒‒ No, no tienes qué ‒‒‒ Dijo John dudoso de si eran las palabras correctas.

‒‒‒ ¿Y dejar que me delates? ¡No quiero ir a prisión! ¡No necesito otro maldito infierno en mi vida! ‒‒‒ Gritó Maya, sentía que se quebraría en cualquier momento.

‒‒‒ Eres menor de edad, es probable que no te encierren en prisión ‒‒‒ Dijo John aunque ambos sabían que era una gran mentira, un asesinato aunque sea cometido por un menor de edad es fuertemente condenado.

«Es ahora o nunca» dijeron las voces en la cabeza de Maya. Ésta preparó su dedo para apretar el gatillo...John cerró los ojos y mordió su labio.

Maya había tomado su decisión y John encontrado probablemente su final

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Maya había tomado su decisión y John encontrado probablemente su final.

 

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