C-8_Nueva estrategia

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La noche pasaba con demasiada lentitud para el gusto de Maya, la chica intentó mas de una vez excusarse para irse pero John no lo permitía.

Mientras tanto el joven de cabellos amarillos se quedaba sin temas de conversación, necesitaba averiguar mas que el tipo de música, colores y comidas preferidas.

¿Qué haces, John? Se preguntaba cada vez que decía alguna imprudencia.

Ya no quedaban emparedados en la bandeja, la película seguía corriendo sin que ninguno realmente prestará atención, el joven pensó en proponer jugar algo pero se resintió sabiendo que era algo absurdo.

—Maldición —Dijo él en voz baja

—¿Estas bien? — Maya lo miraba con los ojos muy abiertos.

—No, no lo estoy. ¡Quiero seguir hablando contigo pero ya no sé de que! —Respondió John con sinceridad

Maya se ruborizó, una risa nerviosa se escapó de ella, y John lo notó. En ese momento entendió que necesitaba una nueva estrategia más allá de ser amigable, si lograba que ella estuviera enamorada o interesada de esa manera en él lograría sacar más informa porqué ¿No es a tu pareja a la que por lo general le cuentas todo?

Maya aun podía sentir calor en las mejillas y se sintió ridícula por su reacción. ¿Acaso era ella una adolescente estúpida que no podía controlarse?

Ambos siguieron con la vista en la televisión. John maquinando como hacer su siguiente jugada no muy obvia, y Maya maldiciendose por sus hormonas.

Para la joven era obvio que John era muy guapo, demasiado. Por lo cual le costaba controlar sentirse de esa manera.

De pronto la tensión broto en la habitación, John miró la mano de Maya y luego el hombro ¿Cúal opción era menos lanzada?

Finalmente dejo caer su cabeza en el hombro, sintió el leve sobresalto de la joven. El sudor se comenzó a acumular en la frente de Maya, ¿Qué debía hacer? ¿Empujarlo por ser un depravado o dejar caer su cabeza sobre la de él? Si elegía la primera opción tendrá excusa para evadirlo pero...¿Ella realmente quería eso? Por otro lado si escogía la segunda podría espantarlo, quizás no debiesen apresurarse. Debía calmarse. John temió por un momento que no hubiese reacción y que quizás había sellado su muerte hasta que se le ocurrió, cerro sus ojos a modo de simular estar dormido, fue una especie de retirada.

Maya miro de reojo a el chico rubio, notando que sus ojos estaban cerrados soltó un gran suspiro. Solo estaba dormido, no Lo hizo intencional. Todo volvía a regularizarse en su sistema.

Ya era demasiado tarde, así que John Dramatizó su despertar y luego se despidió de Maya, la cual apenas ver que abrió los ojos notifico que se debía ir.

—Hasta mañana, Maya — Dijo John

—No me digas así — el rubio quedo perplejo.

—¿Y cómo debo llamarte sino por tu nombre?

—No lo se, inventa algo. Pero odio como lo dices — Terminada la frase Maya salió por la ventana bajando las escaleras de emergencia.

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