C-9_Sentimientos y torpezas

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Maya miraba detenidamente las venas sobresaltadas en los brazos de John, su piel levemente broceada, su cabello largo con un tono amarillo pálido. Suspiró cuando recordó la noche anterior, ¿Alguien tan lindo se podría fijar en ella...aún sabiendo su naturaleza? No, dijeron las voces en su cabeza. Ella no podía permitirse sentir... Esa palabra, eso es lo que la hundía día a día. Sentir demasiado era un arma letal, pero... No importaba cuanto siguiera aquel consejo, aún no lograba dejar de sentir. 

En la mente de John rondaban miles de teorías e ideas, sin darse cuenta y por la excitación de sus pensamientos uno de sus diversos tics nerviosos se hizo presente. Odiaba eso, era algo que no podía controlar y detestaba perder el control de sus propios actos. Así también aborrecía el hecho de que siempre estuviese temblando, se imaginaba como un chihuahua: Todo tembloroso.

Por un instante sus pensamientos se conectaron, despejando cualquier otra idea que rondará por sus mentes.

¿Qué hago ahora? Fue la pregunta que ambos se formularon, pero claramente las respuestas serian totalmente diferentes... Una mente confundida, corrompida e inestable era lo único que compartían.

Sonó la campana, y John se levanto de la silla del comedor. Maya lo miraba con ansias, temía que se notará tanto interés en ella. El rubio movió su mano en forma de despedida y le regalo una pequeña sonrisa. Maya repitió la misma acción.

Mientras aquel chico de contextura delgada seguía su paso hacia la oficina de Marcela, la chica quedó sentada mirándolo con los pensamientos en el cielo y el corazón latiendo con prisa.

***
—¿John? — llamó Marcela.

—¿Si, doctora?

—Pasame los archivos que están en aquel estante, por favor.

El rubio se apresuro a buscarlos, al tenerlos en sus manos y dirigirse a su jefa, tropezó y todas las carpetas se esparcieron por la oficina.

—¡Lo lamento! — exclamó John, odiaba su torpeza. ¿Cómo aspiraba a un buen futuro sin poder tan solo llevar unos archivos sin hacerlos caer?

La alerta de la psicóloga se disparó, se arrojo a intentar recoger cada papel antes de que John pudiera ojearlas. El pasante aun el en suelo se sorprendió con aquella reacción; sin mucha delicadeza para su edad, Marcela tomó todo y lo resguardo en la gaveta de su escritorio y la selló.

Ahora dándose cuenta de su poco disimulo, no encontraba la manera de explicarlo al pasante parado justo frente ella.

—Son unos archivos sumamente importantes, no puedo darme el lujo de que sean dañados o extraviados por tu torpeza — Dijo la doctora a la defensiva.

El orgullo de John había sido aplastado, no esperaba una respuesta tan venenosa, sin embargo, no era la primera que le daban de esa manera.

El joven volvió a disculparse, y salió excusándose de ir al sanitario. 

Eres un torpe. Era lo único que rondaba por su mente, mirándose en el espejo del baño con las manos apoyadas en la cerámica del cimiento soltó un largo suspiro.

Una vocecita en su cabeza comenzó a decir algo. ¿Qué seria tan importante para que Marcela actuará de esa manera?

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PD: La chica de la imagen, es la persona más cercana a asemejarse a Maya.

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⏰ Última actualización: May 08, 2018 ⏰

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