Entre Líneas

C-6_ La cotidianidad de una Psicópata

El sonido seco del gatillo se disparo y una gota de sudor recorrió la frente de John ¿Qué había pasado?

‒‒‒ Abre los estúpidos ojos ‒‒‒ Escupió Maya

Un suspiro escapo de los labios de John, no estaba herido.

‒‒‒ ¿Cambiaste de opinión? ‒‒‒ Dijo con cautela John

‒‒‒ No exactamente ‒‒‒ Maya sabía que no estaba dispuesta a matarlo, solo que sus demonios no se callaban por el tiempo suficiente para terminar de decidirlo.

John alzo la ceja un tanto confundido. Su temblor había parado pero aun sentía el hueco en el estómago que produce el miedo.

La tensión creció al punto que John estaba seguro que podría cogerla con sus manos. El joven tomo un poco de aire, las siguientes palabras que saldrían de su boca podían darle un cambio drástico a la situación.

‒‒‒ ¿Y... ahora qué?

Maya lo miro impresionada, pestañeo un poco y se dispuso a hablar pero no sabía que decir, su mente estaba en blanco. Se limito a levantar los hombros; John lo entendió, casi no se podía imaginar en la situación de la chica, claramente lo lógico es que lo matase pero ella no lo había hecho. Alejo las suposiciones de lo que aquella joven podría estar sintiendo y pensando para concentrarse en que iba a hacer él.

Mientras Maya oía las voces gritarle: eres una estúpida, él te delatará, iras a un infierno peor del que ya vives. Gritos, gritos, gritos... Hasta que ella colapso.

‒‒‒ ¡CALLENSE YA!

John asustado volvió a la realidad al escuchar los gritos de la chica, descifró lo que Maya había dicho y para su sorpresa su curiosidad aumentó mucho mas. Maya poco le importaba que John la hubiese escuchado, aun podría matarlo si algo se salía de control.

‒‒‒ No me delatarás ‒‒‒ Dijo Maya casi en susurro

‒‒‒ ¿Es una pregunta? ‒‒‒ Respondió John al no lograr entender la entonación por el bajo tono de voz que uso.

‒‒‒ No. Es una orden, te diré algo ‒‒‒ Hizo una pausa ‒‒‒ Te vigilaré y si llego a ver un leve intento de delatarme ‒‒‒ Lo miró directamente, poniéndose frente a John ‒‒‒ Te matare sin pensarlo dos veces

‒‒‒ ¿Siempre eres tan encantadora? ‒‒‒ Esbozó una sonrisa

Maya se apartó de una manera desesperada, este chico la confundía más de lo que cualquier persona que haya conocido.

John recordó la idea que se formuló de aquella chica que conoció desgraciadamente esa lúgubre noche y la comparó con la casi común que lidió esta mañana; esta joven podría ser la investigación de su vida "La cotidianidad de una psicópata" llamaría a su trabajo. Claramente para conseguir el cometido debía acercarse a ella, volverse su confidente y si era posible su amigo.

‒‒‒ Me debo ir ‒‒‒ Dijo Maya cortando el silencio

‒‒‒ Ten cuidado ‒‒‒ Comentó John

Este comentario hizo a la joven reírse, risa que contagió a John también. Era obvio que ella no necesitaba tener cuidado, en cambio aquellos que se cruzasen en su camino sí.