Capítulo 15

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¿Era necesario hacerlo de esta manera?

Como un manga shoujo en el que las cosas tienen más drama del que deberían, no pasa nada como sería en la vida cotidiana, y con la brisa haciendo menear su cabello, pero por alguna razón éste no parece ninguna molestia en los ojos...

En la terraza de la escuela.

Eso basta para hacer la comparación.

¿Cuánto tiempo llevaban de pie, uno frente al otro, sin decir ni una palabra?

Tampoco es que tuviesen prisa, ese día no tendrían práctica. Ni siquiera estaban totalmente enterados del por qué; una aparente revisión o algo por el estilo, pero eso la verdad, les traía sin cuidado.

Si él no pensaba iniciar la conversación (pese a ser quien lo citó en ese lugar tan innecesariamente dramático), Tadashi tomaría la iniciativa.

— Hinata dijo algo extraño hace rato— Dijo, mientras apoyaba una mano en el suelo, como soporte para sentarse—: "Si por Tsukishima fuera, el mundo entero podría desaparecer, excluyéndote", o algo así. En ese momento pensé: "Qué ridiculez". Si el mundo entero desapareciera, menos yo, no habría manera de hacer que la población reapareciera, porque ambos somos hombres, sabes— Pausó indefinidamente—. Pero entonces... — Sus ojos se cristalizaron, parpadeó repetidamente para evitar lo inevitable: llanto— lo pensé un poco y me di cuenta— El otro lo miraba fijamente, sin intención aparente de querer contestar—, que suponiendo que eso sea verdad... yo soy igual de egoísta— una traviesa lágrima inició a perlar sus pestañas—. Si por mí fuera, el mundo entero podría desaparecer, excluyéndote. Incluso si eso implica que la raza humana desapareciera, no me importaría si con eso puedo estar contigo. ¿Es malo querer permanecer al lado de la persona que uno ama? Soy un iluso al creer que algo así es en realidad posible. Sin embargo, te amo tanto que quisiera permanecer contigo siempre, siempre.

Detuvo sus palabras, dándose cuenta de la cantidad de cosas que dijo y lo vergonzoso de ello. Demonios, quería irse de ahí. Se dio media vuelta, aprovechando que era él quien se encontraba más cerca de las escaleras.

Aunque, sus piernas no respondían.

No querían hacerle caso.

No deseaban marcharse, sin que sus oídos escuchasen una respuesta.

— ¿Entonces lo recuerdas todo? — Cuestionó, ignorando lo que había declarado Yamaguchi— ¿Que el mundo entero deje de existir menos tú, dijo ese idiota? — Retomó— Puede que tenga razón, ese idiota.

Tadashi sabía bien que Kei nunca fue una persona de muchas palabras, y que no tenía que decir muchas para expresar la manera en la que se sentía.

— Tsukki...

— Me corrijo— Continuó— No "Puede que tenga razón". Lo que dijo es cierto— Caminó y se puso detrás Yamaguchi. Lo abrazó, rodeándolo con sus brazos a la altura del pecho—. Por alguna razón sólo quiero que existas tú.

— ¿Qué hay de tu familia?

— También— Respondió, rodando los ojos, como si esa pregunta fuese de lo más obvia.

— Me gustas mucho, Tsukki. Desde que éramos niños— Elevó sus propias manos y con ellas acarició los delgados brazos que lo sostenían.

— No te odio, Yamaguchi— Eso sonó más tosco de lo que pretendía—. Sólo, aclarando lo que crees.

— ¿Por qué me evitabas, entonces?

— Porque yo no hago más que traer infelicidad a tu vida— Declaró, seriamente.

— ¿Infelicidad? — Torció un poco el cuello encarando al otro joven— ¿Qué sabes tú de mis sentimientos? Tsukki, tú eres quien hace a mi vida feliz— Lo demostró sonriéndole.

— Podría decir lo mismo. ¿Cómo podrías decir tú que te odio? De detestarte, no tendía necesidad de haberlo soportado años. A mí...— se rascó la cabeza antes de proseguir— me gustas.

— ¿Mucho?

— Sí...

— ¿De verdad?

— Sí— Repitió, ligeramente irritado.

— ¿En serio, en serio?

— ¡Oye...! — Tadashi se dio vuelta, se estiró un poco para alcanzar su rostro, y lo besó en la mejilla izquierda.

— Me alegro— Volvió a abrazarlo, aunque esta vez de frente, aferrándose a su espalda—. Es que, no sé qué haría si me odiaras.

— Fue una de tus estúpidas conclusiones, no me culpes por eso.

Oyeron la puerta de la terraza abrirse. Kei simplemente miró hacia el frente. Ahí estaban Hinata y Kageyama.

— ¡Te lo dije, Idioyama-kun, ellos estarían haciendo algo súper vergonzoso!

— ¡Pero ese maldito de Tsukishima no lo haría...!

— ¡Sólo míralos, ¿no es prueba suficiente?!

— ¡Eso no...! — Volteó a verlos y se sonrojó por mera vergüenza ajena.

— ¿Ves, ves? ¡Ahora págame!

— Es exactamente por esta clase de cosas que el mundo entero podría desaparecer excepto Yamaguchi— Comentó para sí Tsukishima, sin dejar de abrazar al mencionado.

Él rio por aquel comentario.

Eso era definitivamente lo que uno llama felicidad.

Se aseguraría de mantenerla en sus recuerdos por el resto de su vida.

No habría de olvidarlo nunca más.

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¡Muchas gracias por acompañarme hasta ahora en esta historia!

Sus comentarios hacían felices mis días. 

Tengo otras historias de Haikyuu, algunas de junjou terrorist y una de bungou stray dogs, en caso de que alguien quiera leerlas:D


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