Capítulo 8

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Para la suerte de ambos, a lo largo de las clases ningún profesor pidió trabajos en equipo. Para el almuerzo, Yamaguchi salió con Hinata y Kageyama de nuevo, mientras que Tsukishima se mantuvo en el salón con los audífonos puestos, ignorando a todo ser viviente que se le acercara.

Las clases se dieron por terminadas y, sin esperar a Tsukishima, Yamaguchi fue directo al gimnasio. Tampoco es que tuviera por qué hacerlo, él no lo quería ahí (o eso pensaba), pero más que nada, era porque tenía que hablar con uno de sus senpai.

Agradeció totalmente la puntualidad que tenía éste, y corrió para pedir su consejo.

— Sugawara-san. ¿Puedo hablar contigo? — Preguntó, ya que se encontraba con los otros dos alumnos de tercero.

— Ah, sí— Se apartaron un poco del grupo—. Dime, Yamaguchi.

— Tsukishima...-¿san?

— No hace falta que te expreses así de él conmigo— Soltó una risa— ¿Qué pasó con Tsukishima?

— Creo que... me odia— En el rostro de Suga no cabía la sorpresa, la verdad, esperaba buenas noticias como: "Creo que... me acuerdo de él" o "Creo que... me gusta". Hinata lo dijo, Yamaguchi es Yamaguchi, sigue teniendo esa esencia.

— ¿Por qué piensas eso?

— No lo pienso, él lo dejó claro.

— Yamaguchi, si no eres claro no podré entenderte.

— Él dijo que no éramos amigos y que no veía posibilidad de que lo fuéramos.

— No creo que él piense eso— Bueno, al menos él lo sabía.

— Pero no sé por qué me siento tan triste...— Sus ojos se pusieron cristalinos— Es como si no quisiera que él me odiara. ¿Por qué, Sugawara-san?

— Explícate mejor— No lo dijo como si lo ordenara, sino con un tono suave y amable.

— Tengo una sensación de que él es importante para mí. Cuando estoy con Tsukishima siento algo muy... familiar. Supongo que será porque somos compañeros de clase y nos sentamos el uno al lado del otro, ¿sabes si hablábamos con regularidad?

— Eh...

— Además de que todos han actuado extraño conmigo últimamente.

— ¿De qué hablas?

— Siempre que menciono a Tsukishima, evaden el tema— El mayor de ambos no supo que responder, así que se mantuvo callado—. Pero cuando me dijo eso, que no éramos amigos, me dolió mucho... No quise llorar, más que por estar en la escuela, porque él me vería llorar. No sé cómo explicarlo...

— Hm... ¿Aunque él ya no quiere que te le acerques, te niegas a hacerlo de cierta manera, porque algo muy dentro de ti te dice que son o eran cercanos y te duele mucho su rechazo?

— Ese sería un buen resumen— Suga dio un suspiro bastante largo—. ¿Qué significa ese suspiro?

— Yamaguchi, perdón, no puedo ayudarte.

— ¿Por qué no? — Reclamó.

— Es que es algo que debes descubrir por tu cuenta. Fue algo decidido por todo el equipo.

— ¿Tan malo es?

— No debo decirte más. Pero si alguien pregunta...— Guiñó un ojo mientras iniciaba a darse la vuelta— yo no te dije nada. ¿Bien?

— Sí. Gracias.

— Ah, Yamaguchi, una cosa.

— ¿Qué?

— Tsukishima no te odia ni nada por el estilo, sólo... pasó por algo difícil estos últimos días.

— ¿Algo difícil?

— No puedo decirte qué es tampoco, sólo...

Eso no lo había ayudado en nada. De hecho, ahora se sentía mucho más curioso que antes. No sólo tenía esa sensación sobre Tsukishima, sino que también, todo el equipo le ocultaba algo. Por si fuera poco, ahora sabía que a esa persona que, de alguna manera, consideraba importante, había pasado por alguna situación "difícil" recientemente.

Bien, pero, ¿cómo que difícil?

Apenas terminó el entrenamiento (en el cual no lo dejaron participar activamente, usando como excusa que estaba en recuperado totalmente, cosa que le frustró aún más, pues se sentía perfectamente), se marchó a casa.

Como si el camino le pareciese familiar de alguna manera, dio a parar a la tienda de Shimada. Entró pensando que tal vez podría comprar algo, para que luego esa idea se esfumara al escuchar:

— Ya cerramos, vuelva mañana— Fue entonces cuando volteó a ver al muchacho—. Ah, Tadashi, tiempo sin verte. ¿Dónde habías estado?

— Lo siento, no sé quién eres— Se sentó en el suelo junto a Shimada—. Hace unos días, según me dijeron, me golpee en la cabeza y... Bueno, no recuerdo mucho de... nada.

El hombre no tenía palabras para contestar, la impresión era demasiada y era mucha información por procesar en tan solo un instante. Además, el muchacho hablaba con total naturalidad, como si perder la memoria fuese cosa de todos los días.

— Uh, espera, esto es demasiado— Se acomodó los lentes mientras cerraba los ojos—. Bueno, soy Shimada, un veterano de Karasuno. Te ayudaba con unos saques, ¿al menos recuerdas cómo hacerlos?

— ¿Saques...?— Hizo un esfuerzo por acordarse.

— Vamos afuera, ahí puedes intentarlo.

Desde el primer intento Yamaguchi lo hizo bien. Como si, pese a que su mente no lo recordara, su cuerpo sí.


Qué final tan mierda. Como de costumbre.

Pues, ¡feliz navidad!


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