Hay una frase que dice, «lo que no es bueno para el corazón, lo es para el arte». Entonces, en ese contexto, comencé a escribir acerca de mis sentimientos, porque no hallaba otra manera de expresarme. Y tal vez, también porque no hallaba otra maner...
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Para ti, que te conocí en clases de natación, cuando el sol de esta ciudad brillaba con ardor para los dos. Algunos daba su calor, otros daba su resplandor, pero en mi caso, no recibí ninguno de los dos. Fuiste el único capaz de reparar mi corazón roto, pero cuando lo hiciste, te llevaste toda una parte de él, y ahora te veo tan felizmente con otra.
