01| Presentación

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En vista de que hoy no será un día singular, he estado sumida en mi mente desde que me desperté. Mi rutina mañanera ha sido silenciosa a comparación de los días anteriores: abandoné mi cama calentita, como un robot procedí a cepillarme los dientes, tomé un baño de diez minutos, me cambié —y ni siquiera recuerdo si estaba pensando al combinar colores—, tomé el desayuno que consistía en una botella de agua y una galleta, Sarah me recogió en la puerta, fuimos juntas en bus, en todo el trayecto ella solo hablaba, y yo solo fingía escuchar.

La pelirroja a la que en mi mente suelo llamarle mejor amiga y de boca para afuera: "Sarah", está a mi lado viendo pasar a toda clase de chicos de la manera más casual. Por un momento quise tener su vida, ella parece despreocupada la mayor parte del tiempo. Y aunque en realidad no sea así, porque la verdad es que ha sufrido mucho, quisiera poder llevar mis problemas como ella.

Le he pedido que nos saltemos la primera hora, odio ser la nueva, esta universidad es más grande que en la que íbamos en Barcelona y soy lo suficientemente tímida como para sentirme inferior al instante.

Sé que soy la peor amiga, no la escucho, le hago faltar a clases, y de hecho le hice venir a mi facultad, pero ella entiende, o se esfuerza por hacerlo.
Creo.

Sarah es arriesgada, y algo tosca a veces, en nuestra antigua universidad solíamos tener demasiadas amistades, la mayoría se sabía nuestros nombres aunque nosotras no las de ellos, y conseguir eso sin planearlo fue por puro mérito de Sarah. Ah, y un escándalo que prefiero no recordar.

    —¿Sabes? —comenta ella acomodándose la tira de la mochila anaranjada sobre su hombro— Es normal que te sientas así.
    —Parezco una niña preescolar que no quiere ir a clases. —me muerdo el labio inferior y echo la cabeza hacia atrás tocando la pared.
    —Es cierto. —es honesta— Efectivamente pareces una nerd. Pero es un nuevo comienzo, ¿no?, todos de vez en cuando nos ponemos nerviosos.

Realmente no es por eso que estoy nerviosa. Bueno, en cierta parte sí, es por lo de esta noche que estoy nerviosa, este es un nuevo comienzo y no uno en donde solo me traslado de universidad, no, es un giro importante y arriesgado para mi vida. Solo que Sarah no tenía ni idea de aquello.

    —Además, hay buenos tíos. -intenta animarme, suspira y murmura— Buenos...

La miro de reojo, sus pecas apenas visibles le hacen ver muy inocente, y a decir verdad, ella no tiene nada que envidiar a las chicas rebeldes.

Sigo la dirección de su mirada, sus ojos cafés se han detenido en un grupo de jóvenes sentados en la mesa del establecimiento que sirve cualquier tipo de alimentos, cuenta con una barra, y más mesas en las que ya he visto ser lugar de discusiones; ella siempre ha apuntado a los más pícaros y seguros de sí mismos. Así que no me resulta ninguna novedad que esté viendo al castaño del grupo de cuatro, se ve sonriente y confiado. Viste vaqueros azules, una camisa blanca, y zapatillas claras, su cabello perfectamente peinado y engomado hacia atrás. Es innegable su atractivo y su sonrisa muy confiada, pero a la vez tiene esos aires de superioridad que no me gustan para nada.

    —¿Salimos hoy? —pregunta de repente sin despegar sus ojos del apuesto muchacho.
    —¿Eh?
    —Sí, como nuestra última salida, sabes que tengo que engancharme con los estudios esta vez. —comenta.

Las dos sabemos que no será así, Sarah será muy estudiosa, pero es una joven, y como toda joven siempre necesita divertirse. Y yo estoy en ese saco.

    —No puedo hoy. —le contesto.
    —¿Por qué? —frunce el ceño y esta vez se gira para mirarme.
    —Porque... —pienso en algo— Saldré con mamá a hacer las compras de la semana.

AMOR ASESINO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora