AMOR ASESINO ©

04| ¡Salud!

Madre mía.

La ansiedad comienza a despertar bajo mi piel, liberando a su paso miles de pensamientos que solo intentan volverme loca. Ideas van y vienen, en las que me dicen que huya de aquí lo más antes posible, mientras que, gran parte de mí, prisionera del lado temerario, piensa que quedarme hasta resolver el misterio por la que he llegado hasta aquí sería una buena aventura en la que por fin podría saciar mi curiosidad.

Y la pregunta es...
¿A qué lado debería hacerle caso?

Salgo de mi mente confusa y me adentro a la realidad, la cual se torna más sombría por la sonrisa de doble filo de mi ex pareja, sosteniendo firme su "juguete" en dirección a Derek.

     —¿Qué pensabas?, ¿que no me iba a enterar? —la seguridad vuelve a la voz del rubio— Simone me lo contó todo antes de que saliera con Dinnah.
     —Simone. —balbucea Derek como si la confesión de Lucas no fuera digno de una sorpresa— Simone. Simone. Complejo de héroe. ¿Hasta cuándo nos va a causar problemas?
     —Está claro que no se fía de ti. —añade Lucas.

No sé qué hice, tal vez mi respiración fue muy rápida y pesada, e incluso ruidosa, o tal vez haya pisado algo. Cualquiera de las dos situaciones explicaría el hecho de que Lucas esté mirando en mi dirección.

     —¿Quién eres tú? —pregunta consternado sin saber si mover la pistola hacia mi cabeza o mantenerla en Derek.

Si mi nivel de vergüenza tendría un nombre en específico, diría que es ese grado lo que mantengo ahora. Y es que, ¿quién creería que su ex-pareja cuyas actitudes no sobrepasan la normalidad es cómplice de un homicidio?

Sé que no debo esconderme más, además, ¿qué sentido tendría?, mis manos ya están manchadas y Lucas no tendrá un "día siguiente" para juzgarme por ello.

Doy el primer paso hacia adelante y la escasa luz de la ventana me golpea suavemente. Es indescriptible la sorpresa que contiene en su atractivo rostro. Liso cabello rubio, ojos celestiales, labios finos, y el cuerpo con cada musculo definido, podría cumplir gran parte de los cánones, siendo honesta, creo que por eso me atrajo, todo lo nuestro era banal y superficial.

    —¿Carrie? —su voz derrocha confusión al entonar bien sus ojos sobre mí.
    —Ella no tiene que ver en esto. —habla Derek antes de que tuviera la oportunidad de abrir la boca.
    —¿Que...? —Lucas balbucea atónito sin siquiera escuchar a Derek— ¿Qué coño haces aquí?

Guardo mutismo, ¿cómo le explicaría este drama?, la respuesta para su pregunta es demasiado extensa como para decirla en una sola oración. Y el principal problema es que él no tiene tiempo.

    —¿En Madrid?, —inquiere, sus cejas rubias juntas, sus ojos bien abiertos al igual que sus labios finos demuestran incredulidad— ¿Al lado de este gilipollas?

Señala a Derek con la mirada y yo solo permanezco callada; mientras que el tipo que tengo al lado, no hace más que mostrarse divertido por la situación. Tiene esa mirada socarrona, labios juntos formando una curvatura ladeada hacia el cielo, las manos en los bolsillos con ese toque despreocupado en su porte.

¿Qué le causa gracia?, ¿que pase el ridículo de mi vida o que me tenga como trofeo?, porque a decir verdad, su gesto solo dice: "Mira, tío, adivina quién está de mi lado, ah, sí; tu ex novia"

    —Sí. —mi voz sale apagada y me aclaro la garganta— Nunca me dijiste de lo que hacías.

En vez de responderme, ha girado su rostro de inmediato hacia el sujeto de mi derecha; con los ojos envueltos en rabia comienza a reprocharle:

    —¿Qué hiciste? —mueve involuntariamente la pistola en su dirección cada vez que articula— ¿Cómo es que la hallaste?, imaginé un montón de cosas que llegarías a hacer por tu odio hacia mí, ¡pero jamás que condenarías su vida, su futu...!
    —Yo vine sola. —alzo la voz para que él se detenga.