Capítulo V

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—S-si... —respondió tímidamente.

Luego de que Peter dejará al menor en la puerta de su casa, emprendió su viaje de vuelta.
Simon se adentro a su hogar, las escaleras a unos cuantos metros de distancia enfrente a un costado en la pared de la habitación, varias mesas de cristales sostenían adornos florales, y entre otras cosas, por dentro la casa tenía una tonalidad de color salmón muy suave, los azulejos que acompañaban en el piso hacían juego con el de las paredes en tono blanco, era espléndido, elegante y sobre todo agradable.

Solo por esta vez decidió caminar hacia la cocina y buscar algo que comer. Tomo lo primero que estaba en su vista,una rebana de pan con mermelada;solo eso. Cuando se lo termino se dirigió a su habitación. No tenía nada mas que a ser ,excepto algunos problemas que dejo Sebastián, pero no tenía ganas de hacerlos así que solo se relajo encima de su cama.

Ahora bien, lo atraía un chico o ¿solo le llamo la atención por su primera vez allí en ese lugar? Pero Simon sabía que era más que eso. Parecía, físicamente, algo llamativo y de alguna formas atento y confiable hacia sus clientes.

Pero en ese momento sabía que, si pensaba demasiado en el se volvería como su propia droga, no podría dejarlo ni por un segundo.

(...)

Simon ya estaba aburrido, ni la colección que le había comprando recientemente le había mostrado el mínimo interés en ellos, ese chico lo traía loco y eso que la locura era algo que conocía perfectamente. No podía concentrarse ni aunque quisiera, todo lo había dejado a medias por eso

¿que me sucede?—  pensó.

Todo ese tiempo preguntándose una y otra vez y en cuanto recordaba la librería su corazón latía de forma tan acelerada que pensó que no era normal y algo estaba mal. Y no es que estuviese mal sino que, aún no entendía el porque reaccionó así.

Ya no aguantaba más, quería ir allí lo más pronto posible, no quería esperar a la mañana siguiente o seguir esperando a su madre.

Iría allí personalmente.

(...)

En esta época de diciembre, es cuando la temperatura desciende más. Tomo su bufanda, sus llaves y llevaba un poco de dinero por si acaso. Su único plan en mente era verlo, no tenía el valor de hablarle ni menos tocarlo, pero haría el esfuerzo. ¿porque dejarse tocar por un completo desconocido?

Si bien, las pocas veces que salía se había memorizado las calles de la zona y por su suerte, ya no hacía demasiado frío, se aflojo más la bufanda, el aire fresco se sentía muy bien en su cara.

Y ahí estaba el, Simon lo observo detrás del cristal del local hasta que tomo la decisión de entrar a la librería. Camino hacía el primer pasillo que tenía enfrente y se sumergió entre el mar de libros que había. Los pasillos se encontraba por varias secciones: infantiles, juveniles, misterio,etc; igual que en su habitación pero de alguna forma más desorganizada en cierto sentido.  Solo esperaba no llamar la atención ni siquiera contacto visual no quería toparse con alguien.

— Buscaba algo en específico?— una joven mujer se acercó a el, era una de las empleadas del lugar. —

Simon negó con la cabeza con la esperanza que ella se fuera, no alzó la vista, seguía observando los libros. Cuando la joven noto que el menor no tenía intenciones de dirigirle la palabra, se fue. Aprovechó ese momento para seguir mirando al chico detrás del mostrador. A Simon le hubiese encantado imitar su misma postura, seguro y con esa bella sonrisa.

Lector© (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora