Desde que tuvo memoria, Simon siempre se sintió seguro entre palabras, esa era su cualidad, su deseo por saber lo envolvía por completo, pero por ahora sentía que las palabras ya no eran suficientes, no abastecían su inquietud.
Pero en estos momentos, su mente estaba haciendo presente esas emociones que hacía que nuestro pecho se contrajera y palpitara descontroladamente, pensaba en él.
No quería parecer que estaba obsesionado con el chico pero simplemente no tenía nada en mente que no fuera él.
—Simon, cariño. ¿Deseas acompañarme?—le dijo en tono dulce su madre—
Ella sabía que en cierta parte Simon era una persona cerrada y hogareño, pero eso no cambia el hecho de que antes, saliera de casa sin su permiso.
Se le permitía caminar desde su casa a la de peter, nada más. Luego de un accidente su madre no quería que saliera solo por si solo. Pero la psicóloga y Peter la habían convecido que era para "socializar". El no quería socializar. Solo aveces tenía un sentimiento de inquietud. Y deseaba escapar.
Pero esta vez fue diferente, quería escaparse y correr a sus brazos como si lo estuviera esperando, pero no era así. En la librería el chico no lo esperaba con los brazos abiertos, en primer lugar porque el chico, Ellier, no sabía de su existencia hasta el primer momento que entro en aquella librería y, en segunda; porque ni siquiera eran amigos, para ser más claro, no habían intercambiado una palabra.
Eso es todo lo que había entre ambos, nada. Simon quería en verdad quitárselo de la cabeza, pero era imposible.
—¿Simon?— le pregunto su madre.
—¿he?— reaccionó por fin.
—¿Quieres acompañarme?— preguntó de nuevo.
Asintió. Por primera vez en su vida no se negó y decidió acompañar a su madre a la plaza. Su madre le sorprendió ese repentino cambió de humor. Tal vez eso le serviría para distraerse un rato y olvidarse de todo.
.....
Ellier
—¡Hasta mañana!— termino despidiendo se de sus compañeros con una sonrisa en su rostro.
—Espera, Ellier.—Le hablo su jefe cuando estuvo apunto de salir de aquella librería— aquí tienes.
Por fin había estaba contemplado ante el su primer pago.
—Oh si, gracias. — y con un último gesto de mano se despidió nuevamente y salió de allí.
Ellier, por situaciones económicas, busco empleo alrededor de dos meses, hasta que uno de sus amigos lo contactó y le dijo que en su trabajo buscaban a alguien, después de aquello; con la buena actitud de él no solo consigo el empleo, sino que también rápidamente la amistad de todos, tanto compañeros de trabajo como algunos clientes.
Él era un joven alegre, cualquiera que hablará con el se daría cuenta lo simpático y amable que era, solo hacia falta de 60 segundos para enamorarte de su personalidad.
Su sonrisa era hermosa, sus labios son gruesos y de un tono de color vino, algo que hacía aún más resaltar su sonrisa. Pero no solo era eso lo que lo hacía resaltar en una multitud, había muchas cosas más que todos envidiaban tener.
—Veamos... La lista— pensó.—
Saco de su bolsillo un papel un poco arrugado, paro en seco y lo desenvolvió, la lista que tenía era para hacer las compras de la casa, con su primer trabajo y su primer pago podría comprar lo que necesitara sin necesidad de estar pidiendo a su madre dinero.
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Lector© (Yaoi/Gay)
Novela JuvenilSimon Sewett. Un niño prodigio y un lector que en sus dieciséis años de edad jamás había experimentado el amor. Este amor a primera vista comienza cuando Simon acude a una librería y lo ve, ahí justo detrás del mostrador. Su fobia es un gran obstácu...