Lector© (Yaoi/Gay)

Capitulo VI

Despues de que saliera de la ducha, bajo las escaleras y se sentó en el comedor. Llevaba otra cuchara de cereal hacia su boca, mientras Simon desayunaba su madre lo veía por de reojo de donde estaba llamando desde su celular.

-Esta bien. Adiós- finalizó la llamada- Peter ya viene en camino. -dijo

El menor llevo su tazón a la cocina y lo lavo, dejándolo ahí en el fregadero. Se dió la vuelta y vio a su madre con los brazos cruzados observándolo.

-¿Me dirás a dónde fuiste ayer?-Preguntó. Su tono sonaba firme, pero Simon solo negó con la cabeza- Simon. Escúchame bien, tu más que nadie sabes que no puedes andar por ahí en la calle sin avisarme.-dijo-que tal si... Hubiera pasado otro "incidente"

-pero no sucedió-respondió. No faltaba rebuscar entre su memoria, sabía a lo que se refería. Odiaba ese recuerdo

- Pero pudo haber ocurrido. Es suficiente, Simon, por favor no quiero que te paso algo como eso, no sería capaz de soportarlo... No otra vez.- su voz se había suavisado pero cambió a esa expresión de nuevo, quería que Simon la tomara encerio-

El lo sabía, pero prefirio no mencionar nada y....
No lo hizo.

- Hablé con Ester - prosiguió y Simon levantó la mirada. Ahora tenía un tono más tranquilo pero de igual forma firme- le dije lo que sucedió ayer.-

Y antes que la mujer continuasen, tocaron la puerta -"de seguro es Peter"- pensó. Claramente era el quien se disponía de ir a acompañarlo a la librería, justo donde deseaba ir.

(...)

Simon a un no tenía en claro que era lo que quería, o deseaba, pero por primera vez en su vida sintió una calidez inimaginable, justo en el centro del tórax donde se encontraba su corazón.

Al ver el chico, si bien perdía la nosion del tiempo y lugar solo verlo, ¿que sucedería cuando rozarán sus pieles? Esa blanca piel de porcelana que tenía Simon, sin ninguna marca de nacimiento u cosa que la opacarán.

En cambio la del aquel joven, era en si un tono más rosada, más viva, no era no llegaba a ser moreno ni tampoco blanco con él, era la combinación reencarnada en si, a la perfección.

Quizás a aquel chico le parecía raro conocerlo, Simon no daba buena pinta de ser una persona sociable, y por supuesto era así, no sabía qué hacer y, si Peter no hubiera tirado un libro por accidente al suelo Simon jamás hubiera despegado su vista de el.

- Te parecerá aburrido no saber cual escoger después de haber leído casi todos ¿no es así? - dijo Peter. Coloco de nuevo que recién había recogido en el estante, en su lugar.

Simon no presto atención a lo que le dijo, quito un libro del estante y dejando ese hueco pudo ver el perfil izquierdo de el, ahora estaba más cerca de lo que estuvo ayer, y se alegro por ello, casi que sus labios estaban apunto de mostrar una sonrisa, pero no lo consiguió.

Y por fin lo consiguió, su nombre. Visualizo el nombre del gafete que le tenía colgando de la prenda en la parte superior...

-Ellier Schneider- repitió de nuevo en su mente.

Vaya nombre que tenía, pero pareciera que no es muy reconocible, y no es que sea un insulto sino más bien, -diferente- pensó. Se alegro de que no sea muy común.

Ahora sabía su nombre -"¿Y ahora que?" -Dijo para sí mismo. ¿hablaría con el? Por ahora, no. Aún no es el momento. Solo hay que esperar un poco más.

(...)

No llevaba nada entre manos luego de salir de ahí, ¡Vaya suerte que tenía! Peter no lo estuvo vigilando todo el tiempo, fue un gran alivio y de ser así este le preguntaría y por consecuente lo ignoraria, pero no debemos olvidar que Peter ha sido el único lo suficientemente listo para Simon, un oponente digno de su capacidad, pero ya no lo veía como su enemigo, quizás nunca lo fue en primer lugar. Era su profesor sí, pero ¿tenía la obligación de acompañarlo un sábado por la mañana a una librería? Que buena pregunta para mencionar la justo en el momento en que iban de vuelta a casa. Ambos notaron que en tanto a la librería como en las calles no había tanta gente.

Y eso se debía a que, habían pronosticado una gran tormenta de nieve para esta tarde, el frío era demasiado, tanto así que estaban cerrando las calles y los puestos empezaron a cerrar más temprano de lo habitual.

-No puede ser... - dijo Peter

Simon alzó la mirada y miro enfrente, no había paso, la calle que se encontraban estaba completamente cubierta de la nieve.

-Conozco una ruta, volvamos ...-Dijo Peter.

Dicho esto, dió marcha atrás y fueron en dirección contraria.

Simon quería pasar de nuevo por la calle de la librería y verlo de nuevo, Simon tenía miedo sino conseguía dirigirle la palabra.

No pasaron por esa calle.

(....)

Ya había llegado a su hogar, para el su hogar se sentía una cosa vacía, sin nada o nadie que ocupará ese espacio silencioso.

Su madre le había dejado una nota sobre la mesa y comida preparada en el refrigerador, no comió.

Subió por las escaleras, y miró esa puerta al final del pasillo ¿Debía pensar en eso ahora? Por supuesto que no, era un recuerdo que deseaba olvidar. Ignoro por completo esa habitación y se fue a la suya, tomo el primer libro al alcance de su vida, y comenzó a leerlo.

Siempre se había imaginado de pequeño si en verdad existían los dragones que hablan o un príncipe rescatando a una princesa de una gran torre, pero eso solo eran absurdos pensamientos que había abandonado a los 5 años, porque sabía que no era más que una fantasía, no existía.

Cualquier niño siempre deseaba un juguete en su cumpleaños y no el libro más grueso del mundo escrito por el mejor poeta inglés. Su madre había notado estos cambios, como por ejemplo, desde pequeño nunca dejo que se acercarán a él desde que tiene memoria, jamás salía a jugar con los niños de enfrente, ninguna actividad que un niño hacia ni siquiera jugar a la pelota, nunca tuvo interés.

Ese horrible recuerdo lo perseguía, no iba a recordar semejante cosa, no ahora. Se levantó de golpe de la cama y tomo otro libro de su estantería y se sentó en una silla junto al escritorio, Simon no sabía en qué momento se había quedado dormido sobre el escritorio.

(...)

Aquí lo tienen, lamento la demora. ▶Gracias por leer, votar y comentar.

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