Los rayitos del sol traspasaban a travez de mi gran ventana. Me levanté con pereza caminando directamente hacia el baño, me lavé la cara y me cepillé los dientes.
Cogi mi móvil, aun tenia tiempo de sobra, me puse el uniforme, agarré mi mochila y baje a desayunar.
_como amaneció mi rizitos - se acercó mi padre hasta donde estaba sentada, dandome un beso en la frente. Me alegraba de haberlo visto a esta hora del desayuno. Muchas veces no lo veia en todo el día a causa de la empresa que lo tenia esclavizado.
_bien, ya me voy - dije levantandome.
_vamos juntos, tambien voy de salida - habló mi padre.
_Tae que se vaya a pie ¿no? - dijo Tae algo molesto.
_apurense chicos - mi padre salió con su maleta, pero sin antes de haber dado un tierno beso a mi madre.
Llegué a la escuela, nos despedimos de papá. A los diez años que Tae tenia, aun seguia despidiendose de papá con un beso en los labios.
Yo tambien lo hacia pero soy mujer, a comparación de ellos que ambos son varones.
Caminé hasta el salón, encontrando a Rachell parada en la puerta, me preparé para
escuchar sus palabras e insultos y cerré los ojos, pasaron segundos sin escuchar palabras provenientes de ella. Abri los ojos y tenia la cara embobada con la mirada al interior del salón.Asomé la cabeza por la puerta y vi a aquel chico, será ese el chico nuevo, me pregunté a mi misma.
Tenia la piel bien blanca, blanca así como la nieve, esos ojos marrones claros, una nariz tan fina como su rostro y sus labios joder ni hablar, si tan solo viendolos eran suaves, como seria si los probara.
Si pudiera ver mi rostro, seguro estaria al igual que el de Rachell. Me quedé más asombrada viendo su cabello verde, un verde no tan exagerado, y los aretes que traia puesto en cada lóbulo de sus orejas. En esta escuela no permitian nada de eso.
De todos modos agradecia a aquel chico, por no haber empezado la mañana siendo insultada por aquellas zorras.
Kristel se encontraba sentada a lado de aquel chico, lo miraba tanto que nisiquiera parpadeaba, como si se hubiera perdido en aquellos hermosos ojos.
_¿te quedarás toda la media mañana así? - habló con voz gruesa, haciendo que esta despertara. Tenia una voz tan varonil, voz que ninguno de los chicos del salón tenia - vete, me molestas - levantó más la voz.
Me dio muchas ganas de reirme, era el primero que la trataba así, ya que todos se morian por acostarse con una de ellas, habian muchos rumores que eran muy buenas en la cama.
_tú que me vez estúpida - salió empujandome
_que mierda le pasa a esa - apareció Ali - ¿estas bien?
Tú: si, no pasa nada
_donde está, escuché que ya llegó, que está aquí
Tú: que buenos oidos tienes que escuchas todo
_ ____ - dijo molesta
Tú: ya, ya, está ahí - apunté con el dedo índice donde se encontraba sentado
_mierda, no imaginé que era tan huapo.
Tú: es huapisimo
_te reto algo
Tú: ¿un reto?
_si, te reto a que le hables a aquel muñeco de nieve.
Tú: no, no lo haré