-Yuri, ya llegamos al súper mercado - decía de pronto Otabek, después de sacar su boleto de estacionamiento y aparcar afuera de la gran tienda.
Después de su "platica de adultos" en el auto de Plisetsky, Otabek partió con rumbo al supermercado, sin embargo, a medio camino Yuri cayó rendido al sueño.
- ¿Tan pronto? - renegó adormilado, acomodándose de una forma más cómoda en el asiento - ¿No hay servicio a domicilio o algo así?
-Claro que no - respondió con una sonrisa burlona -si quieres quédate dormido en el auto en lo que yo voy y compro las cosas necesarias - propuso mientras se desabrochaba el cinturón.
- ¿Estás loco? No puedo dejarte ir solo - aunque... La idea de dormir un poco más le resultaba bastante tentadora.-No pasa nada, además, dudo mucho que me seas de ayuda -dijo tranquilamente, sin embargo, al ver la mueca de enojo que Yuri estaba empezando a realizar, prefirió escoger mejor sus palabras - d-digo, estás cansado, así no podrás estar cómodo en un lugar lleno de gente, además, yo tengo un poco más de experiencia con eso de las compras domésticas e infantiles, recuerda a mi familia en Kazajistán, algo aprendí con ver a mi madre hacer las compras para tres hijos y un esposo.
-Hum, hablando así pareciera que eres todo un hombre de hogar - le dijo de una manera un tanto ¿Tierna? Rayos, Otabek le hacía actuar de formas raras - seguramente... serás un gran padre de familia.
... ¿Qué carajos dijo? Dios, no pensó en sus palabras, simplemente soltó lo que pasaba por su cabeza: Un Otabek con dos niños al lado... Y su esposa.
Mierda, de pronto se sentía realmente cansado y de mal humor.
-Yuri - decía de manera sorprendida el kazajo, rogando a todos los dioses existentes que su cara no se hubiera puesto roja de la vergüenza - no creo que eso sea cierto, digo, es cuestión de observar -haciendo referencia a los cigarrillos y las actividades de hace un momento - no soy alguien "ejemplar".
-No digas estupideces, hay demasiados padres que ante los ojos de todos son todo un ejemplo de moral, y dentro de casa son simplemente unos salvajes desinteresados, y tú no eres así, eres... ¿Cómo explicarlo? Atento y amable, además de responsable y en una extraña forma, bastante amoroso y dulce.
- ¿Te parezco amoroso y dulce? – Otabek estaba petrificado en su lugar, jamás pensó que el rubio dijera algo así sobre él. Sin embargo, esas palabras lograron causarle bastante risa – pero que dulce te has vuelto últimamente con la maternidad, quizás debería de intentar embarazarte para que empieces a hornear pastelitos y cantarle a las aves.
- ¡N-No me malentiendas! ¡Quita esa cara de burla, idiota! – gritó bastante colorado, mierda, en vez de arreglar la situación solo la empeoraba más – admite que eres bastante... así. ¡Y si vuelves a decir alguna estupidez de ese tipo, te arrancaré las bolas con una medalla! ¡Soy un hombre, mierda!
Maldita sea ¡¿Por qué carajos las personas se divertían jugando con la poca paciencia de sus benditas pelotas?!
-Ya, ya, no te alteres – decía entre risas el kazajo, sumamente entretenido al ver como el rubio pataleaba en su asiento – mejor duerme otro rato en lo que yo vuelvo, y no, no es una pregunta – dijo tajante, previniendo cualquier reclamo de parte del otro.
-Eres insufrible, pero después no quiero que vengas alegando que no te ayudé en nada, ehh -decía en un fingido bufido de indignación, mientras se acomodaba cómodamente en el asiento – y compra galletas con chispas de chocolate, muchas galletas.
-Las galletas no son un alimento adecuado para niños, Yuri.
- ¿Y quién dijo que son para ellos? Son mías, tonto -escondiendo la cara para que no viera su sonrojo – a ellos cómprales verduras y esas cosas que saben feo, pero son saludables ¡Ya vete!
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My new family
FanfictionDespués de la muerte de Nikolai, Yuri sufre un abrumador descenso emocional que lo sume en una vida de promiscuidad y perdición. Sin embargo, una noche en particular después de una borrachera, termina siendo la "nueva madre" de dos niños huérfanos...