Encuentro.

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Al día siguiente me despierto, me pongo bajo la ducha intentando recordar lo que John me dijo... Pero recordé otras cosas, recuerdos familiares, mi perrito Teckel, mi madre y su sonrisa, mi padre y sus abrazos, añoraba realmente los añoraba. Pero en fin no fui a la graduación por Marcos, así sin más decidí irme. Pero todo tiene un precio.
Salí a correr, "footing" para despejar la mente. Me dolía el trasero, mucho. Pero disfruté, choqué con un chico...

-Ayy, per... Per.. -tartamudeé, sin darme cuenta de que Marcos estaba delante mío.- M.. Marc.. Marcos, tú aquí? - pregunté, dubitativo.

-Hey, perra te encontré. Te busqué por toda, Terrassa. Y mírate ahora, aquí.- dijo bruscamente, cosa que me hizo pensar «habría tomado alcohol» - Y dime Erick... Dónde estás viviendo, y esa ropa tan ajustada? Que buscas, pollas para tu culito, Perra?...

-Hueles a rancio, alcohol...- dije sin percatarme que lo tenía a menos de cinco centímetros de mí.- ¿Que, haces aquí?.- repetí irritado.

-Pues te vieron con otro y decidí salir en tu busca, ahora vén perra y hazme una mamada, ok?

¿Cómo? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Cómo lo sabía?... Estaba tan aturdido de su respuesta y su olor a alcohol me provocaba náuseas. Siento un tirada y veo que me agarró de la muñeca. ¿Dios que pretende? El parque estaba desolado, el ambiente entre nosotros se había cargado. Entonces veo una sombra, mi cuerpo se tensa.

-Ehh, tú hijo de puta déjalo en paz.- gritó la sombra acercándose más.- Déjalo o te, rebiento.

Algo chocó en mi cabeza que me hizo caerme al suelo, las lágrimas comenzaron a salir sin previo aviso, me toqué la cabeza tenía sangre. Veía como dos sombras borrosas se peleaban. Hasta, que un golpe seco hizo que mi mundo visual desapareciera. Voces y más voces, recordando a mi madre en su 35° aniversario, mi padre trayendo a mi perrito, hasta Marcos y nuestro primer beso, finalmente todo se desvaneció. Oscuridad total.

-¿Y? Me importa una mierda!! Es mi pareja...

-Jóven cálmese, el doctor vendrá pero tendrá que esperar antes.- dijo una voz que intenba calmar al joven.

-Quiero entrar a verle. Y ya?! Ok. Dónde coño anda ese maldito doctor... Vayan a buscarlo, joder.

Silencio, después silencio total... Mi mente intentaba recordar lo que sucedió pero me dolía un montón la cabeza, no podía ni abrir los ojos. Se acabó y una lágrima salió por mi ojo derecho. Abrí lentamente los ojos ahí estaba tenso y relajado, con la mirada perdida.

-Joh... John... ¿Eres tú? -susurré con un hilo de voz.

-Shh. Si, soy yo nene.- dijo levantándose del sillón, salió de la habitación y entró con un doctor. -Este es tu doctor, Erick.

-Buenas noches, Erick. Me llamo Sebastián.- Dijo el hombre que apenas debería tener sus 45 años. - Me alegra verte despierto, cómo te encuentras de la cabeza, te duele en una zona en concreto?

-No... Un poco... Quiero agua porfavor.

-De acuerdo. Infermera acompáñeme mientras voy a por el historial médico, usted vaya a por el agua.

La chica, morena asintió. Y sé marchó junto al doctor. John me miraba con pasión o odio ¿Qué era? Qué había hecho?

-Me vas a contar lo que sucedió, con el hijo de puta ese? Quiero saber quién es?- dijo en un tono seco, adviertiendo que si no se lo explico me pasará algo malo.- Y...

-John, ese es Marcos. Mi ex pareja. Salí a correr por el parque choqué con él y... Bueno no recuerdo más.

-Ese hijo de puta, te quería tomar estando borracho. Quería algo que me pertenece y eso aunque creas o no me jode.- dice en cabreado.- Cuándo le vi agárrarte muy fuerte, acercando sus asquerosos labios con ese aliento a alcohol me enfureció.

Me comienzo a frotarme lentamente la cabeza y después la muñeca izquierda. Veo que tengo vendada la muñeca. Abren la puerta es la infermera morena.

-Gracias.- susurro en tono disculpa. Ya notó el ambiente, cargado de la habitación.- Qué hora es, John.

-Son las 4:45 de la mañana, descansa. Duerme y... Perdona por mi tono. Pero es que...

-Hay algo que quieras decirme? John por qué me proteges apenas llevamos cuatro semanas y... Bueno te comportas como un obseso del control. Dime por que eres así?

-Así, cómo? No hay explicación alguna tú eres mío y de ningún hijo de perra. ¿Vale?

-Ves me pides disculpas, te cabreas, me proteges, te irritas... Además no soy tuyo, algún día me marcharé.

-No...- se tensa, el miedo se le refleja en la mirada.- No... Por.. Por favor, no te vayas.- dice susurrando.- Me dijiste que me querías...

Nos quedamos en silencio, hasta que reúno valor y las palabras me surgen.

-Cuando dije yo eso?

- En tus sueños, cuándo una lágrima se derramó por tu mejilla.- responde en tono apenado.- Lo susurraste...

Oh me vió después de nuestra primera vez, después de que le entregara mi virginidad. Dios que vergüenza. Recuerdo haber susurrado algo pero me dormí y él lo escuchó.

-John.. Yo.. Bueno.. No.. No sé. La verdad.- tartamudeé, y cuando levanto la mirada lo tengo apenas a cinco centímetros de mí. Sus ojos me reclaman y mi corazón está desbocado. Sus labios carnosos y finos, demandan un beso.- Dáme algo de tiempo. Y... Marcos cómo está?

-Bien. Borracho en otra habitación. Pero bien.- la mirada fría y penetrante volvió. Sus secas palabras.- No lo dejé en coma, tuvo suerte es malnacido.

-John, por favor ahora no. Tengo hambre, podrías llamar a la infermera?

-No. La comida de aquí es una mierda necesito que te alimentes bien. Después de todo lo que sucedió, necesito recuperarte.

-Ya bueno...y entonces que comeré?- digo en tono reprocha.

-Te traeré arroz chino, dos rollitos de primavera y una fanta de limón. Vale. No te muevas, cualquier cosa los médicos o me llamas. Vale, nene...

-Vale, pero de dónde lo sacaras? Son las 5:15.

-Del buffet. Tu tranquilo. Yo me encargo.- me besó y se marcho preocupado.

Cuando volvió eran las 5:30. Estaba pálido y nervioso.

-John estás bien, te noto raro?

-Come. Y bebe fanta, después hablamos.- un sonido hizo que nos diéramos la vuelta. Gritos y golpes se vieron que los de seguridad corrían.

John sale y yo comienzo a comer. Tiene una pinta, «hmmm». Y empiezo a comer. Después de terminar voy al baño. ¿Dónde estará John? Pensé en salir de mi habitación. Abro lentamente la puerta y veo gotas de, sangre. Me temo lo peor, el miedo me invade crece en mi interior. No hay nadie.

-Ho.. Ho.. Hola?- grito y el eco de la planta hace que me estremezca.- Hay alguien, John?

Remember MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora