Como una tormenta la verdad arrastra las mentiras a su paso...
Esmeralda joven de 16 años , tras una drástica decisión de sus padres se mudan a Londres.
A los 18 años descubre que todo lo que a vivido solo a sido un mundo de mentiras, un cuento...
Jack me tuvo así por un buen rato, sin decir ninguna palabra. Me hacían sentir segura y cómoda en sus brazos. Mi ira se iba disipando como si nunca hubiera existido.
Jack: -¡Esmeralda! ¡Te quiero proteger! ¡Quiero estar a tú lado¡ ¡quiero que seas mía y de nadie más! -(cortando el silencio que había entre los dos)-
Yo me sobresalto. No esperaba que me diría eso, mi corazón latía como si me fuera a dar un paro cardíaco, mi respiración se agitó y para colmo me puse roja como tomate.
Tome fuerza y me solté de sus brazos. Iba a correr, cuando siento que me agarra de la cintura y me da un beso profundo. Mi cuerpo iba cediendo a cada toque de sus dedos. Sin darme cuenta yo tenía mis brazos cruzados en su cuello. Nuestros cuerpos estaban unidos, ya no había distancia entre los dos.
El toque del timbre me hizo reaccionar, rompiendo el hechizo voraz que nos unía. Me alejé de Jack lo más rápido posible y salí corriendo sin mirar atrás. Sentía como mi sangre hervía, estaba segura de que estaba súper ruborizada. No quería que nadie me mirada estando en este estado, así que no fui al aula.
¡Primero, Valentina me iba hacer el interrogatorio! ¡Segundo, podía decirle a Cristian! Y no quería seguir peleando con él. Así que decidí no decir nada.
Estuve en la enfermería descansando, hasta que tocará el timbre de salida y Valentina me venga a ver. Y así fue. Valentina llego a la enfermería muy preocupada. No dejaba de hacerme preguntas.
Valentina: -¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Necesitaba algo? Etc...
Después del interrogatorio le pedí a Valentina que me llevará casa, no quería ver a Cristian. Porque sabía que mañana Cristian me iba a buscar para hablar conmigo o mejor dicho discutir otra vez.
Llegue a mi casa me duché y me fui a dormir.
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Al día siguiente Me levanté y me arregle me puse un short Jean, una blusa negra de tiras y mis converse. Iba a trotar un poco, para mi sorpresa Cristian está afuera de mi casa esperándome sentado en la escalera.
Esmeralda: -¡Pero qué haces aquí Cristian!. ¡Son las 6.00 am! ¿Cuánto tiempo llevas hay sentado? Si querías hablar conmigo lo hubieras hecho más tarde. -Cristian me quedo mirando con una expresión triste en su rostro-
Cristian: -¡Esmeralda! ¡Lo siento! Ayer no sé qué me paso, pero todo lo que te dije es verdad. ¡No confío en ese chico! sé que no justifica mi comportamiento pero eso es lo que yo pienso y no me voy a quedar de brazos cruzados y mirar.
Yo me dediqué a escucharlo atentamente, para después darle un abrazo, no quería verlo triste.
Esmeralda: -¡Cristian! ¡Te perdono!, pero no lo vuelvas hacer. Y ¡lo siento!, pero no voy a dejar de hablar con Jack, no te voy a decir porque, solo te pido que te conformes con eso.
Él me miró un poco de seccionado.
Cristian: -Esmeralda yo te voy a proteger, no dejaré que nadie te haga daño y si alguna vez te llega hacer daño ese tal llamado Jack le voy a patear el culo.
Comenzamos a reír, estábamos charlando hasta que Cristian recibió una llamada telefónica y se fue apurado sin decir nada.
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Pasaron los días y ya llegaba el día de mí cumpleaños, yo no le tomaba importancia, para mí era un día como otro. En cambio Valentina estuvo molestando todo el tiempo, me había comprado un vestido negro y unos tacos negros ella decía que el color negro me quedaba hermoso. Hasta había planeado mí fiesta de cumpleaños.
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Me acosté en mi cama intentando no acordarme de que mañana era mí cumpleaños. Comenzaron a venirme unos dolores horribles. No sabía qué hacer, mis padres salieron y todavía no llegaban. Después de unas 2 horas de dolor me quede dormida.
