capítulo 9

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Terminaron las clases. Y me despedí de valentina, que después de todo, era muy agradable estar con ella, me hacía sentir como una niña.

Me dirijo a la salida donde me estaba esperando mi chófer, en verdad me gustaba saber que mi chófer era un chico extremadamente sexi y por decir sexi no exagero.

No sé porque se pone esa camisa pegada al cuerpo, le hacía resaltar su gran y ejercitado cuerpazo.

Cualquiera diría que me estaba incitando con esa ropa pegadita al cuerpo.
Qué si él quería podría tener a cualquier mujer que quisiera.

Mire a mi alrededor observando que las otras estudiantes tenían un chófer ya mayor de edad ninguno era joven.

Valla sólo yo tenía a un chófer joven, eso era raro, pero para mi mejor, así que no le tome importancia y subí al carro en dirección a mi casa.

- con tanto apuro no me he podido presentar.

Valla en serio, eso rompió el silencio que había desde que salimos del colegio.

-Mi nombre es Cristian, tengo 20 años de edad, sé que no he podido hablar con más calma pero quiero que seamos amigo, no solamente seré tu chófer personal, también seré tu amigo. Bueno si no te molesta ser amiga mía.

Valla eso fue un golpe bajo, no estaba preparada para eso.

Lo quede observando por el retrovisor, no sabía que contestar.

(Es en serio si quería ser mi amigo por qué no lo hiso como los chicos normales y se acercaba a hablarme con normalidad. Pero no, fue muy directo).

En verdad que no sabía que responder así que sólo le dije que sí.
Y cerré la conversación de forma cortante.
Había pasado por muchas cosas hoy, fue un día muy movido, y solo tenía en mi cabeza la imagen de mi cama y yo en ella.

Llegamos a mi casa, a lo que me iba bajando del carro Cristian me dice:

-Que pases una buena noche mí querubín.

Yo me quedé estupefacta, querubín, es en serio. La única persona que me llamaba así era mi papá y nadie más, yo me di la vuelta mirando fijamente a Cristian le dije:

Esmeraldas:
-Que sea la primera y última ves que me llamas mí querubín.

En serio, sentía como la furia se apoderaba de mi cuerpo, no sé por qué, pero le quería dar un golpe, para borrar su estúpida sonrisa de su bella cara.
Me di la vuelta en dirección a mi casa abriendo y azotando la puerta.

(En verdad mi papá me iba a escuchar).
Me puse a pensar.

Pero cómo el conoce esa palabra y no creo que mi papá se la allá dicho, él era muy estricto y muy sobreprotector y no le gustaba que ningún hombre me hablará así.
Esto está muy raro, bueno está ciudad era rara.
Decidí no preguntarle nada a mi papá.
Subí a mi cuarto, poniéndome mi piyama, que era una camisa de mi papá y mi calzón que tenía un corazón con alas , no me gustaba
ponerme pantalones ni nada, solo me gustaba dormir en calzón y camisa.

Me acosté en mi cama y me quede profundamente dormida.
Fue un día muy agotador y mi cuerpo y alma lo saben.

Mamá:
-Esmeraldas levántate.

Esmeraldas:
-Mamá que paso, porque me levantas tan temprano.

Mamá:
-Que te pasa Esmeralda si ya son las 1:00 pm y tú sigues dormida, vengo a ver unos documentos y encuentro a mi hija durmiendo. Muévete, levántate y báñate.
A y cierto porque dejaste la ventana abierta, que te quieres enfermar.

Yo me quedé sorprendida.
Pero si yo me acuerdo que cerré la ventana bien. ¿Cómo es que estaba abierta?

Me levanté, y me quede observando pensativa de ¿porque no escuche la alarma de mi celular? Si yo nunca me levantaba tan tarde, máximo me levantaba a las 9:00am y siempre escuchaba la alarma era una melodía muy ruidosa para no escucharla y no dejaba de sonar hasta que alguien la parara. ¿Y por qué la ventana se encontraba abierta?

 ¿Y por qué la  ventana se encontraba abierta?

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