—Lo siento, no sabia que tenias novio. —se disculpo apenado y confundido.
—Yo no...
—Entonces no tienes nada que hacer aquí. —interrumpió Peter.
—Fue lindo hablar contigo. —se despidió con una sonrisa y volvió con su amigo.
—¡¿Qué rayos estas haciendo?! —grité sobre el volumen de la música haciéndolo añicos con la mirada.
—¿Yo? —dijo tratando de contener una carcajada. — Saludo a mi compañera de trabajo ¿Acaso esta mal? —dijo en ese típico tono inocente que usan los niños para pedirle disculpas a su madre por alguna travesura.
—¿Amor? Tu estas mal, definitivamente. —quite bruscamente su brazo de mi cintura. — Si quieres romper la paciencia de alguien, te informo que aquí hay cientos de personas. —dije cruzando mis brazos sobre mi pecho de forma retante.
—Simplemente quería arruinar tu noche de sexo salvaje.
—Eres repugnante. —dije con una mueca de asco y comencé a caminar hacia donde Shay se encontraba.
—Oye, oye, oye. — dijo con una voz cantarina y me tomó por el brazo antes de que pudiera ir más lejos. — Apenas nos conocemos ¿No crees que deberías ser mas amable con tu nuevo compañero de trabajo? —preguntó con una actitud jocosa.
—Vete al diablo. —respondí fríamente y me solté de su agarre para poder seguir mi camino.
No había intercambiado muchas frases con Tanner desde nuestro primer encuentro, pero puedo asegurar que mi sangre estaba hirviendo de la rabia justo ahora.
No planeaba una noche de sexo con Holden, en lo más mínimo, pero era lindo y simpático, me hubiera gustado pasar un poco de tiempo con el, y Tanner definitivamente la había cagado.
Nunca había dejado que nadie, ni siquiera mis padres, se entrometan en mi vida, en lo que hacía y en lo que dejaba de hacer, y que este imbecil se entrometa en mis cosas de un momento a otro no me hace ninguna gracia, en lo absoluto.
—Shay, necesito que me acompañes al baño. —hablé con una fría tonalidad interrumpiendo su entretenida charla con aquel rubio curpulento.
—Oh, claro. Vuelvo en un segundo. —se dirigió al muchacho con una cálida sonrisa. Este asintió en respuesta y le dio un gran sorbo a su cerveza.
Ambas comenzamos a caminar con dirección al baño de mujeres sin omitir palabra alguna, y así no forzar la voz sobre Just hold on, que sonaba a todo volumen.
Gracias al cielo, el baño no rebosaba de gente. Únicamente había un grupo de chicas a excepción nuestra. No parecían superar lo dieciocho años, así que de seguro habían hecho algún tipo de trampa para poder meterse al club.
Podía decir que no eran para nada disimuladas y no tenían ni un pelo de precavidas, ya que podía escucha sus murmullos a la perfección.
No lo puedo creer, estoy compartiendo un baño con Camille Woods.
Se ve más alta en la fotos
Quiero abrazarla, fotografía cuando lo haga.
Ya estaba acostumbrada a este tipo de situaciones, no me sorprendía en lo absoluto, pero admito que es difícil aceptarlo al principio.
—Disculpa. —habló una muchacha rubia de contextura pequeña. — ¿Podemos tomarnos una foto contigo? —su voz sonaba nerviosa.
—Claro que si. —asentí con una simpática sonrisa.
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STAGING ©
Teen FictionPeter Tanner, una reconocida estrella de Hollywood. Demasiado talentoso y exitoso para la corta edad de veintitrés años. Él era lo que podía llamarse un galán de telenovela promiscuo, virtud que por supuesto utilizaba para su beneficio. No estaba in...