Capítulo 3. Ingenio Slytherin.

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Capítulo 3. Ingenio Slytherin.

N/A: Sé que prometí actualizar antes, ¡Loooo seee! Lo siento, es solo que a veces la vida se complica y como les había comentado estoy en la universidad y aunque fue mi primera semana fue demasiado cansado, además tengo mil actividades más (estoy loca y solo a mí se me ocurre ponerme hacer congresos y cosas de ese tipo) por lo que se me dificulta actualizar muy seguido pero bueno, creo que este capítulo es un poco más largo que los demás que he publicado así que eso compensará un poco mi culpa, espero lo disfruten. Ya no diré que día publicaré porque al final dudo hacerlo ese día (PERDÓN), pero lo haré pronto.

Me gustaría agradecerles a cada una de las personas que me han escrito un review, corto o largo significa muchísimo para mí que les esté gustando o que les esté causando sufrimiento, suena muy cruel, pero como amante del drama mi objetivo es que sientan el dolor al que Draco está siendo sometido en este momento y para mi es hermoso que la historia les esté llegando de alguna forma y que les cause incertidumbre. ¡GRACIAS INFINITAS!

Y como siempre, agradecerles a las personas que me apoyan a leer, editar y que me regañan un poco: Cristy1994, Danae García, Doris Tarazona, Adry Lizz y Gizz Malfoy, ¡SON LAS MEJORES DEL MUNDO! ¡GRACIAS!

Bueno, después de mis agradecimientos de una página, pasemos a la historia.

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— ¡Abre la maldita puerta, comadreja! —Draco golpeaba fuertemente la puerta de aquella pequeña casa en los suburbios de Godric's Hollow

Nunca pensó terminar en ese lugar, pero la desesperación lo comenzaba a inundar y junto con ella la esperanza también arribaba. Esa sensación tras recitar el hechizo solo podía significar una cosa: ¡Hermione estaba viva! Pero, ¿Cómo era posible? Él mismo había visto su cuerpo, la había tocado y no había podido sentir su latido ni había visto su pecho moverse de arriba a abajo. Necesitaba respuestas con urgencia. Una parte de él creía poder encontrar a la castaña del otro lado de esas paredes y aunque era poco probable quería asegurarse.

—¡Alohomora! —Tras decir el hechizo ingresó a la propiedad con la varita en alto, la casa se encontraba abandonada. Había algunos sillones cubiertos con mantas. ¿Que esperaba? ¿A Hermione con una taza de té dándole la bienvenida? Bufó. Tomó la decisión de inspeccionar más a fondo la propiedad, necesitaba buscar algún indicio de algo, alguna pista, algo que le ayudara.

Subió las escaleras hacia el segundo piso apresuradamente, abrió la primera puerta, ahí solo se encontró una gran cama sin cobijas. Inspeccionó habitación tras habitación sin encontrar nada, todas estaban vacías o cubiertas por sabanas. A excepción de una, la habitación del fondo del pasillo era distinta. Al entrar pudo percibir que se trataba de la habitación del hijo de Hermione, estaba pintada de un color crema que hacía que se viera iluminada, seguramente al atardecer sería un paisaje digno de apreciar. No pudo evitar sentir empatía por el pequeño al que pertenecía el cuarto, a pesar de que también era hijo de Weasley, ese bebé era parte de Hermione y por ello una parte de él nunca podría rechazar a la criatura, aunque tuviera ese pedante color pelirrojo sobre su cabeza.

El cuarto se encontraba pulcramente ordenado. A diferencia del resto de la casa esta habitación parecía aun habitada, la pequeña cuna de roble mostraba una cobija perfectamente acomodada, había un tocador color marfil con un cepillo de plata encima, una mecedora, un pequeño baúl y un gran ventanal que dirigía a un pequeño balcón que definitivamente ayudaba a que la luz natural llenara el lugar de una forma bella.

Inmediatamente llegó a su mente que Hermione estuvo ahí en algún momento, tal vez se sentaba ahí a mecer a su hijo. Tomó asiento en la mecedora y comenzó a tocar la madera, queriendo sentir la presencia de la castaña pero nada pasó. La extrañaba embriagadoramente, tanto que dolía. No podía concebir la idea de que ella realmente se había ido. Sintió como el nudo en su garganta crecía, al parecer no hacía más que aumentar. Las lágrimas habían cesado después de realizar el hechizo en su mansión, la esperanza por fin había regresado, ahora era lo único que le quedaba pero ese maldito nudo ahí seguía y cada vez se sentía más grande.

¿Qué fui para ti? ( dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora