Capitulo 24

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El resto de la comida fue completamente incomodo, EunBi no me miraba, pocas palabras cruzamos y en esos silencios me maldecía por haber dicho algo completamente falso, Jiyo me miraba como si quisiera que le explicara las cosas, pero hasta yo mismo no me lo podía explicar, también no me podía negar a aceptar que es hermosa, por que lo es.

— Me dio gusto verte, ojala disfrutes tu cita.

—Gracias.

— Nos vemos después— asentí y sin mirarme se coloco de pie y se fue

Suspire, la había echo enojar.

Pague la cuenta y cuando justo salí para tomar mi auto, Jiyo salio y se dirigió hasta mi recargándose en el auto.

La mire, ya no traía el uniforme beige, ahora traía unos pitillos y una blusa con la inicial K a un costado.

— ¿Entonces una cita?

— Perdón —ella rió

— Si trataba de ponerla celosa creo que lo logro...¿Que es de ella?

—Larga historia.

— En nuestra cita puede contarme —adenti y le abrí la puerta del auto, no era una cita, mas bien una cena de disculpas.

— ¿Donde quieres cenar?

— Donde guste, aunque la comida casera es mi preferida.

— Deja el formalismo, no he de tener muchos años.

— De acuerdo.

Maneje hasta mi casa y comencé a cocinarle algo ala vez que conversábamos.

— Entonces sólo son amigos— Continuo la conversación.

— Si

— Wow...

— ¿Ella como sabia tu nombre?

— Es la dueña de la cafetería — Me gire sorprendido — mi jefa— lo dijo como si de algo normal se tratara o bueno lo era para ella.

— ¿Es dueña del Meow?

—Asi es, es tu amiga y ¿no lo sabes?

— No la veía desde hace años.

—Woooow.—rei por su expresión.

— A cenar.

En la cena no habíamos hablado más que cosas  de cada uno,  conociéndonos un poco mas pero excluyendo mi problema con la ley,  no sabia por que hacia esto,  quizás por que no me gustaba estar solo y Jiyo era una buena compañía,  tan juguetona y simpática.

Había comenzado a llover y manejar con el clima así era imposible,  así que la deje quedarse en la habitación de invitados que tenia.

La mañana siguiente el olor a comida,  quizás tocino y café,  me despertaron, Jiyo era muy linda al hacer el desayuno.

Cepille mis dientes y baje con una enorme sonrisa, ahí estaba...

— ¿Eunbi? —hable sorprendido,  ella giro a verme.

— Hola Bin.

—¿Que haces aqui?, ¿Como entraste?  ¿y Jiyo? — Mire al rededor,  no había señales de ella, la puerta de la habitación de invitados estaba abierta y la cama bien tendida.

— Ella tenía cosas que hacer,  como trabajar,  te prepare huevos hervidos— la mire frunciendo el ceño, ella sirvió los platos colocándolos en la barra— Anda toma asiento.

Hice caso.

— ¿No deberías estar preparándole el desayuno a tu prometido? — Esa no era muy buena pregunta y menos con el tono de voz con que la dije,  pero estaba realmente  molesto.

— Prefiero prepararlo para ti— Sonrió y comenzó a preparar las tazas de café.

Hubo un breve silencio donde el único sonido que se escuchaba era el de la cuchara y el refrigerador.

—¿ Por que no me dijiste que eres dueña de la cafetería?

— No vi que fuera importante,  pero ya que preguntas, pues lo soy,  mi amor a los gatos aun permanece—asentí— En realidad todo aun permanece — la mire,  ella extendió la taza dejándola a un lado de mi plato— Mi padre me ha comprometido con Daeil,  no es un mal chico, es muy buen chico,  demasiado diría yo, así que no ed bueno que se case con alguien que no lo ama de la misma forma que el lo hace.

— Entonces no te cases— Comence a comer .

— Bin...

—Mande.

— Yo aun te amo.

Mi Pequeña. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora