1. Jules.

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— Me estoy volviendo loco— susurro Jules mientras cerraba la puerta de su cuarto.

No dejaba de pensar en ello no quería contárselo a nadie seguro nadie le creería.                     Nada de estas cosas era reales o eso era lo que creía, alucinaciones,  pesadillas, sonidos que nadie mas puede escuchar, veía cosas que no existían. ¿Qué era lo que pasaba con el? ¿Por qué justo a el le tenían que pasar estas cosas? ¿Realmente se estaba volviendo loco?, muchas preguntas y pocas respuestas,

Lo que tenia que hacer era distraerse alejar esos pensamientos de su mente, agarro su violín.  Empezó a tocar, le faltaba resina al arco. Dentro de la resina había gusanos moribundos retorciéndose, el mas grande le repto por el brazo y se convirtió en una cobra gigante que se le enroscaba en el brazo, la cobra se apretaba contra su brazo le cortaba la circulacion podia sentir la escamosa piel enroscandose y apretandose contra el cuando Jules miro hacia la puerta lo mordió, la sangre empezó a salir como una herida, la cobra se desenrosco de su brazo y repto hacia debajo de su cama  Como si fuera una serpiente mudando de piel, su piel se agrieto luego se fue cayendo a pedazos y desapareció.                                                                                       

En un segundo la resina ya estaba estrellándose contra la pared Jules cayo de rodillas al suelo le ardia y quemaba su herido brazo comenzó a gritar fuerte mas fuerte, golpeaba el suelo estaba enojado, furioso consigo mismo.

Lloraba y gemía, lloraba por que había ocurrido de nuevo estaba tan cansado de que siempre le pase lo mismo el quería ser como todos los otros chicos un chico normal. Le dolía tanto el brazo como si hubiese sido real pero no, fue alucinación. Grito de dolor, grito y grito. El dolor no paraba cada vez se hacia mas fuerte. Las lagrimas seguían resbalando por su mejilla  para calmarse se dirigió hacia el marco de su ventana y se quedo mirando el cielo luego la abrió tal vez el aire fresco lo calmaría, caía una fina llovizna en Nápoles siempre había bancos de niebla en Italia por la mañana del invierno, todos los años la misma rutina, todos los meses eran aburridos allí se sentía tan encerrado, siempre igual nada cambiaba ¿Por qué la vida de una adolescente como el tenia que ser tan aburrida?

Cerro la ventana y se puso su piloto negro de siempre, tenia un agujero en la parte de la muñeca, estaba muy roto  no le importo salio de su habitación para dirigirse al baño, horrible, horrible era la imagen de si mismo en el espejo, su nariz estaba roja sus ojos llorosos. No se molesto en levarse la cara, salio del departamento y corrió escaleras abajo.

Piso ocho, departamento 3B, Abigail Jacobs abrió la puerta, como siempre pálida y seria, le sonrío.

—Esta mañana estas diferente —le comento Abigail su pelo negro la hacia parecer mas pálida de lo que en realidad era. — hmm... déjame adivinar sucedió otra vez ¿Tengo razón?

—No se como pararlas Abi, me están matando por dentro mi alma se pudre, se pudre con ellas, me siento muerto  ¿y a ti que te pasó? —le pregunto Jules

—Es tu turno de adivinar.

—Haber, ¿has discutido con tu padre? —pregunto Jules, el pelo castaño le caí hacia la cara.  Siempre Abigail y su padre discutían, Jules nunca supo por que, solo sabia que el padre de ella era muy extraño. — ¿He adivinado?

—Digamos que tenemos puntos de vista diferentes, dijo que estoy loca, ¿Sabes? El tiene razón— contesto Abigail, dolida.

—Oh, Abigail tu no estas loca—le dijo Jules.

—Tengo problemas de ira, bueno ya sabes esa cosa—comento Abigail, ¿Qué cosa? Jules no sabia a que se refería, asintió levemente ella le sonrío

Abigail y Jules se habían conocido a los diez años, ella era niña pequeña con una cabellera negra hasta la cintura y ojos color azul como el cielo por la noche, siempre tenia amigos imaginarios, jugaba con ellos y con Jules,  le había mostrado lo que era ser una buena amiga durante ocho años, Abigail era la única amiga que Jules tenia.

Bajaron la escalera rápidamente, se hacia tarde para la estúpida escuela, la escuela General Del Oeste a 15 cuadras del edificio de Jules y Abigail, era su peor pesadilla, la mayoría de los chicos eran cabezas huecas, plásticos. Jules se puso los auriculares un mar de tranquilidad, se aisló del mundo, era bueno alejarse de todo lo que te producía daño.

Habían llegado a la escuela, trato de pasar lo mas rápido por el pasillo de las miradas criticas, Abigail se había ido al baño como siempre hacia hasta que suene la campana para entrar a clases, se sentó en la escalera tranquilo.



Abigail había entrado en el baño, tres chicas frente al espejo viendo su apariencia, taradas pensó Abigail. Entro a la casilla número tres, como siempre, se sentaba en la tapa del inodoro y esperaba quince minutos para entrar a clase, así era todos los días se encerraba ahí, como si fuera su pequeño refugio del que podía escapar de la pesadilla que era su vida. Si, su vida era una pesadilla, un padre que golpea a una madre e insulta a su hija no era normal, Abigail tampoco era normal, siempre que pasaban esas situaciones se descargaba, entraba a su habitación y rompía cosas, tenia pesadillas sobre eso tanto que no la dejaban dormir y afectaban sus calificaciones, era una chica muy oscura pensó,  Jules no sabia nada de eso, se sentía fatal era su mejor amigo y no lo sabia, nadie lo sabia le dolía el centro del pecho estaba angustiada, tan cansada, mierda, eso era su vida pura mierda todo le salía mal no tenia nada para estar contenta todo era una mierda. Odiaba a su padre, lo odiaba tanto y también odiaba a su madre por casarse con ese estupido y concebirla a ella, se odiaba a si misma como hija por ser tan mala con su madre, no se lo merecía pero Abigail pensaba que si, por que todo lo que a ella le pasaba era culpa de su madre, siempre

—Nadie se da cuenta de lo que me pasa por dentro. —susurro Abigail dolida enojada odiándose profundamente, la pared del baño comenzó a moverse, temblaban, se encogió en la tapa del inodoro, en las paredes de la pequeña cabina había manos, manos y sangre, brotaba como una herida, Abigail se vio las manos las tenia rojas, rojas de sangre.; Se quedo callada por un segundo luego grito, ¿sangre?, Abigail estaba aterrada, quería correr pero no podía moverse de repente  como si las paredes de la cabina fueran canillas la sangre empezó a salir, se inundaba la cabina Abigail quería gritar pero no podía estaba tan aterrada por el miedo, la cabina se fue llenando como una pileta de sangre, Abigail empezó a tragar sangre, se ahogaba con ella.

Se despertó sobresaltada y toda sudada por el susto se había quedado dormida en la tapa del inodoro, miro el reloj que tenia a mano eran las doce y cuarenta del mediodía ¿había dormido seis horas?



Jules salio por la puerta principal de la escuela, la gente le pasaba por al lado y lo chocaba, como si el fuese invisible, nadie conocía a Jules, no es como si fuese nuevo en la escuela, Jules siempre había sido invisible para todos.

Camino hasta la salida de la escuela y se sentó en los escalones que había allí a fuera, seguía lloviendo pensó, le gustaba la lluvia, los días grises y fríos eran sus favoritos, lo hacia pensar en Bianca, era casi nostálgico. Río con amargura, Bianca era su hermana mayor, si, era, había sufrido un accidente trágico a los catorce años que la había dejado en coma casi por 5 años, su madre había decidido desconectarla el no lo entendía, era su propia hija y ella ¿Iba a darse por vencida tan rápido? Odió a su madre por hacer eso, por no hacer nada por Bianca, también odió a su madre porque le había prometido "Hare todo lo que se pueda por Bianca, Ju." ¿PERO ACASO HABIAN MOVIDO TIERRA Y CIELO POR ELLA? No, jamás lo habían hecho, su padre se había sentado en el sillón con una cerveza a mirar la televisión, ¿y su madre? Ella había mirado a Jules y le había dicho "No queda nada por hacer."

Abigail salio con cara de horror por la puerta del baño, y corrió hasta la salida de la escuela  allí vio a Jules sentado en el escalón mirando hacia la nada, le toco el hombro y el ni si quiera noto su presencia, se puso delante de él, Jules ni si quiera la miraba. Abigail se sentó delante de el, y lo sacudió Jules la miro, pero tenia la mirada perdida como si no estuviera realmente allí, Abigail lo abrazo y el le correspondió el abrazo.

—Abi extraño a Bianca. — susurro Jules con la voz quebrada contra su cuello.

Abigail se estremeció. 

— Lo se Ju, lo se.

The shades of the Jules mind [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora