‘That boy’
Hubo un incómodo minuto de silencio.
-¿Se te ofrece algo más?
-Creo que estamos empezando con el pie izquierdo
-No me digas. ¿Enserio?
-Espérame un momento -se alejó corriendo directo hacia su casa. Lo espante, buen hecho ______, gran trabajo. Cerró la puerta y desapareció de mi vista. Como no había mucho sol decidí sentarme sobre las tejas del techo, como no tenía nada que hacer me quede observando las nubes.. para ver qué forma tenían. De un momento a otro mi mirada se distrajo al ver al rubio trepado en su techo de la casa, sentado al igual que yo.
-¿Estás loco?
-Esto no es tan malo, la vista es muy bonita
-¿Me puedes escuchar hasta haya?
-Claro. No estoy sordo
-¿Porque te subiste? ¿Estas demente?
-¿Porque te subiste tu primero? ¿Estas demente?
-¿Te estas burlando de mí?
-¿Te estas burlando de mí?
-Ya basta.
-Ya basta. -rio.
-Hablo enserio
-Yo no -volvió a reír.
-Me largo -me pare.
-Pues anda -dijo eso y con rapidez lo fulmine con la mirada mientras fruncía el ceño.
-Tus bromas no me causan gracia rubio
-No me llamo rubio, soy Connor. Y linda, déjame decirte que soy todo un comediante
-Creo que ya tengo mucho con mi familia como para aguantarte r u b i o
-Miren eso, me ha salido una chica mala. ¿Qué te digo? ¿Gatita?
-No me vuelvas a decir gatita nunca más en tu vida porque si lo vuelves hacer te castro -sonreí falsamente.
-Gatita. -lo siento pero ya no aguante más, me saque uno de mis zapatos y lo lance lo más duro que pude.
-¡Ja! Que no me digas gatita, rubio. -el zapato le cayó directo a la cara, creo que le dolerá, por lo menos, una semana.
*
-¿A dónde vas? -pregunto mi mamá.
-A caminar.
-Pero tú ni caminas -intervino Liv.
-Si lo hago. Tu no, por eso estas escuálida
-Para tu información, yo estoy en forma
-No quiero discutir así que hasta luego -salí de la casa y tome mi par de patines que se encontraban casi-tirados en la entrada de la casa. La verdad no iba a caminar, iba a ver unas guitarras, hace tiempo llevo pidiendo una y como no me la dan la compraré por mi cuenta.
Había un centro de guitarras que estaba cerca así que no tenía por qué preocuparme por la distancia.
La verdad no era un prodigio patinando por lo cual casi me caigo tres veces en el camino.
*
Ojee unas cuentas guitarras que estaban en la vitrina, pero, no me llamaban mucho la atención. Me dirigí hacia un empleado y le pedí que me ayudara un poco en el tema. Me sorprendí a ver al rubio, digo, Connor, sentado con una guitarra en la mano, tocaba bien como para ser tan molestoso. Deje al empleado hablando solo mientras me acercaba despacio. Torpemente me tropecé con unas cuantas guitarra. Sentí una mirada sobre mí.
-¿Qué haces aquí? –se paró dejando a un lado el instrumento.
-¿Me estas siguiendo?
-Pero si yo llegue primero –levanto ambas cejas, era cierto.- ¿Tú me estas siguiendo? –sonrió de lado.
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-Abby.
