Ahora déjame volver a otra cosa más, por favor. Dijiste antes que ibas a
describir ciertos principios espirituales básicos de la vida que nos harían entender más fácilmente la vida en sí misma, y la muerte. Y aunque desde entonces has mencionado varios, ¿hay uno en especial, un principio básico de la vida que pueda en un momento abrir de par en par la puerta que conduce a una comprensión más profunda?
Sí. Y es el…
SEXTO RECUERDO
Tú y Dios son uno. No hay separación entre los dos.
Aunque a algunos esto pueda parecerles un dato muy elemental,
cuando aplicas este principio básico de la vida a la vida, creas un
receptáculo dentro del cual puedes contener todos los Recuerdos
anteriores que te has procurado aquí, así como los que van a venir.
Las implicaciones del Sexto Recuerdo son enormes. Si tienes claro
que tú y Dios son uno y que no hay separación entre los dos, cambia
el contexto dentro del que experimentas todo lo que ha sucedido, está sucediendo y sucederá en tu vida.
Para usar ejemplos obvios de lo que acabamos de decir aquí, una
comprensión de tu unidad con lo Divino hace que te resulte mucho
menos arduo recordar y aceptar la verdad de que tú eres, la causa de
tu propia muerte, o de que no hay víctima ni villanos en el mundo.
Esto puede hacer tu camino hacia la Completud menos arduo, y tu
muerte, más serena.
Ahora, obviamente, el individuo que eres “tú” no representa la Totalidad de Dios. Sin embargo, tienes todas las características, todos los aspectos, todos los elementos de la Divinidad dentro de ti.
Dios eres tú, con todas las letras. En verdad, Dios es todo. No hay
nada que no sea Dios.A menudo he oído la analogía de que yo soy, a Dios, lo que una ola es al
océano. La misma cosa, exactamente. Sólo más pequeño en tamaño.Esa analogía se ha usado en verdad muchas veces, y no es
inadecuada.
Así que, ahora, definamos este “océano”. Propongamos aquí que
Dios es el Creador. Muy poca gente que mínimamente crea en Dios
está en desacuerdo con esto.
Si es verdad que Dios es el Creador, esto significa que tú, también,
eres un creador. Dios crea toda la vida, y tú creas toda tu vida. Es así
simple.
Si lo piensas de esta forma, lo puedes mantener en tu conciencia.
Tú y Dios están creando todo el tiempo: tú a un nivel micro y Dios a
un nivel macro. ¿Lo entiendes claro?¡Sí, lo veo! No hay separación entre la ola y el océano. Ninguna. La ola es
una parte del océano, actuando de cierta manera. La ola hace lo mismo
que hace el océano, en menor medida.Eso es exactamente correcto. Tú eres yo, actuando de la forma en
que actúas. Te doy el poder de actuar como estás actuando. Tu poder viene de mí. Sin el océano, la ola no tiene el poder de ser una ola. Sin mí no tienes el poder de ser tú. Y sin ti, mi poder no se manifiesta.
Tu gozo es hacer que yo me manifieste. El gozo de la humanidad está en manifestar a Dios.¡Menuda declaración!
Aquí hay otra:
La vida es Dios, hecho físico.
Lo que es importante entender es que no hay una única forma en la
que la vida hace físico a Dios. Algunas olas son pequeñas, apenas una pequeña onda, mientras que otras son enormes, atronadoras en su recorrido. Sin embargo, ya sea minúscula o monstruosa, hay siempre una ola. No hay un momento donde no haya una ola en el océano. Y, si bien cada ola es diferente, ni una sola está dividida del océano en sí.
Diferencia no significa división. Esas palabras no son intercambiables.
Eres diferente de Dios, pero no estás dividido de Dios. El hecho de
que no estés dividido de Dios es la razón de que nunca puedas morir.
La ola llega a la playa, pero no deja de existir. Simplemente cambia
de forma, al retirarse de nuevo hacia el océano.
El océano no se vuelva más “pequeño” cada vez que una ola llega a la playa. En verdad, la ola que llega demuestra, y por lo tanto revela, la majestad del océano. Entonces, al retirarse de nuevo hacia el océano, restaura la gloria del océano.
La presencia de la ola es la evidencia de la existencia del océano.
Tu presencia es la evidencia de la existencia de Dios.Debería anotar eso y pegarlo en mi nevera. Tu presencia es la evidencia
de la existencia de Dios. ¡Qué calcomanía fabulosa para un parachoques!
Esta explicación es tan simple y sin embargo tan elegante.
Entonces, cuando decimos que “Dios y sólo Dios” elige la hora de nuestra
muerte, estamos diciendo que los humanos son parte de este proceso,
porque los humanos son parte de Dios.Sí, eso es exactamente correcto.
Y cuando me muera, mi muerte estará sucediendo a través de mí, no a
mí.Correcto. Estás mirándolo ahora de forma diferente. Estás cambiando tu perspectiva. Esto cambiará tu percepción.
La percepción crea experiencia.Hay sólo una última cosa que no acabo de entender todavía. ¿Por qué
demonios elegiría morirme alguna vez?Oh, eso es simple.
Porque acabaste. Has terminado. Estás completo.Están los que dicen que hay que ver para creer.
Yo te estoy diciendo que hay que creer para ver.

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En Casa con Dios
SpiritualAutor: Neale Donald Walsch ¿Que pasa cuando y después de la muerte?