Capítulo 4: Amistad inquebrantable.

529 51 17
                                    

El pequeño grupo de amigos, si es que podían llamarse así, se sentaron en el patio para conversar un poco acerca de su vida luego de haberse ido del orfanato

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El pequeño grupo de amigos, si es que podían llamarse así, se sentaron en el patio para conversar un poco acerca de su vida luego de haberse ido del orfanato. Resulta que Near, Mello y Matt fueron adoptados por una agradable pareja que desafortunadamente no podían tener hijos; les fue un poco difícil, especialmente a Near y a Mello, poder adaptarse al nuevo ambiente, necesitaban competir entre ellos siempre había sido así, aunque Teresa, su nueva madre, tuvo que poner más de veinte condiciones para evitar que esos dos se pelearan las veinticuatro horas del día. Después de cuatro años ellos aún seguían compitiendo pero al menos Mello se tranquilizaba y trataba de no golpear a Near... tan fuerte. Los viejos hábitos siempre permanecerían en ellos y eso no pudo evitarlo su nueva madre, pero aun así los amaba mucho.

Para Harper las cosas no eran tan distintas, sin embargo ella no les dio tantos detalles de su vida. Fue adoptada a la edad de nueve años por una pareja inglesa-japonés los cuales la amaban como si fuese su verdadera hija; durante esos años cambió demasiado, se volvió fría y apartada, no le gustaba salir de su cuarto, todo el tiempo estaba seria, tenía un flequillo que le cubría más de la mitad de la cara y muchos otros aspectos. Ya no parecía la misma niña alegre de hace tantos años ¿Qué le paso?

Mello comía un chocolate, Matt jugaba en su PSP y estaba aislado de la conversación, Near leía un libro (no le dejaron llevar juguetes a la escuela y tenía que entretenerse con algo) y Harper comía tostadas, una de sus adicciones a decir verdad, mientras seguían conversando de la vida... o de cualquier tontería que cruzara por sus mentes. Después de un rato una chica de cabello castaño se acercó a ellos y abrazo a Harper, la cual estaba que la apartaba, pero no lo hizo para no ser tan cortante, Linda era su única amiga después de todo.

-Llegas tarde Lidell –le regaño Harper mientras esta le seguía abrazando- ¿Se puede saber por qué perdiste dos clases? Ya es la hora del almuerzo.

-¡Lo siento! Me quede dormida –se excusó su amiga con una sonrisa nerviosa.

-Linda es la 1:28 ¿Qué demonios hiciste anoche para despertarte a esta hora? –Momento de silencio, antes de dar otra excusa noto que su mejor amiga estaba en un grupo de chicos. Harper ¿Socializando? Eso era extraño ¡¿Pero socializando con chicos lindos?! Eso era aún más extraño.

-¿Me presentas a tus amigos? –Pregunto con una sonrisa, la azabache rodo los ojos.

-Ellos son el choco-adicto de Mihael Keehl, aunque le gusta que le llamen Mello –este saludo a la castaña con la mano y luego mordió su barra de chocolate- El pelirrojo cuya visión esta clavada en la consola por lo menos 23 horas al día es Mail Jeevas, as Matt –este ni se inmutó- Y esta pelusa que tengo al lado es Nate River, Near para los que no lo conocen... y los que lo conocen también.

-¿Pelusa? –Linda soltó una pequeña risita- ¿Es el que me hablaste antes? ¿Del que te habías enamora-? –Harper metió una tostada en su boca antes de que pudiese terminar.

-El mismo –respondió la azabache fríamente- Chicos, ella es mi amiga Linda Lidell.

-Un gusto... -respondieron Near y Mello al mismo tiempo, Matt seguía concentrado en su videojuego. Harper cansada de que el pelirrojo no prestara atención, tomo una pequeña piedra y se la lanzo en la cabeza, el cual reacciono con un quejido y puso en pausa el juego.

-¿Oye que te pasa? –Pregunto mientras de sobaba la zona golpeada, Mello y Linda trataban de no reírse de él.

-Préstame atención cuando hablo cabeza de mandril que no lo hago muy seguido, ella es mi amiga Linda, desde hace rato la estoy presentando y tu estas concentrado en ese maldito aparato –dijo cruzándose de brazos.

-¡Bueno perdóname!¡Tampoco tienes por qué arrojarme piedras! –Cuando vio a Linda se sonrojo levemente, vaya que su nombre no era en vano, esta también se sonrojo un poco, se quedaron mirando por un buen rato. Todos los demás lo notaron y una sonrisa involuntaria se hizo presente en sus rostros.

-Creo que mejor nos vamos... -Mello, Near y Harper estuvieron a punto de levantarse pero Linda y Matt volvieron a la realidad.

-Oye amiga mía del alma ¿Tu...? –La azabache la interrumpió antes de que terminara de formular la pregunta.

-Si Linda, te voy a pasar los apuntes de hoy –está la abrazo con fuerza y le agradeció con una gran sonrisa- Linda me estas matando con tu cariño –dijo entre dientes.

-¿Cómo es que ustedes son amigas? –Preguntaron los tres chicos a coro.

-Es una larga historia... -respondieron estas al unísono.

&

Todas las noches de tormenta Harper se quedaba a dormir con Near, prefería quedarse a consolarlo a disfrutar el espectáculo de rayos, dejo eso de lado por él, las tormentas no habían dejado de aparecerse durante algunas semanas. Pero esa noche era la excepción, todo era calma y tranquilidad, eso le estaba estresando a Near; todas las noches deseaba que lloviera a cantaros y que los rayos retumbaran en el lugar para que ella se quedase con él, aunque para ser honestos... él pequeño ya había superado ese miedo, no lograba explicarse porque quería tenerla tan cerca, es decir, era normal por el hecho de que ella era su mejor amiga y ella siempre estaba allí para él y él para ella, lo que no lograba explicarse era porque no podía dejar de pensar en ella en las noches o porque cuando ella le daba un abrazo o un besito en la mejilla se sonrojaba como un tomatito o porqué cuando todos se burlaban de ellos y le decían que parecían novios se apenaba tanto.

Near se frustró, a veces le molestaba no poder comprender sus propios sentimientos ¿Acaso se estaba enamorando de su mejor amiga? Era una posibilidad que él no podía y no quería aceptar. Él nunca había conocido el amor, nunca lo recibió, el único amor que había conocido en toda su corta vida era el que le tenía a los juguetes. Pero claro que amar a un objeto y amar a una persona son temas completamente diferentes. ¿Será que él la comparaba con alguna adorable muñequita de porcelana y simplemente quería jugar con ella? Por supuesto que no, esa excusa era demasiado tonta e inclusive egoísta.

Aun ahora, a sus 14 años, seguía cuestionándose a sí mismo día y noche sobre lo que sentía por su amiga, si, ese extraño sentimiento seguía con él. Demonios, eso lo mataba. Sus sentimientos hacia ella eran el único rompecabezas que, después de nueve años, aún no había podido resolver. Tal vez por ser demasiado inocente e increíblemente inteligente. Y ahora por obra del destino estaban estudiando en el mismo salón después de tanto tiempo, la había extrañado tanto... lástima que no sabía cómo demostrárselo.

(-(-(-_-)-)-)

Gracias por leer.
-NonRaziel-2000.

Un simple juego {Nate River}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora