Austin

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-¡Feliz cumpleaños hermano! - Harrison me grito en el oído para después tirarse sobre mi a modo de "abrazo", claramente estaba muy borracho.

-Bien, perfecto - dije mientras le quitaba la botella de la mano - basta de esto.

-Eres aburrido - arrastraba las palabras y le hablaba a la ventana que había en nuestra sala común. Harrison y yo eramos como hermanos, lo conocí cuando llegue a esa fraternidad cinco años atrás, es un buen chico hasta que le pones una cerveza en frente - y feo.

-Justo en este momento no estas en posición de criticar mi físico - dije sonriendo de lado mientras me abria paso entre la multitud. En cualquier momento Harrison iba a vomitar, de eso estaba seguro, así que es mejor que lo haga afuera para evitar que al día siguiente West lo obligue a limpiar la alfombra sin usar las manos... es mejor evitar ese tipo de cosas.

Nos escabullimos por el patio trasero hasta llegar al bosque, nuestra fraternidad era la más cercana al límite del campus aunque eso no nos impedía ir a vomitar ahí. En cuanto Harrison se pudo sostener del tronco de un árbol comenzó a vomitar.

-No vuelvo hacer esta mierda - dijo irritado.

-Es vomito no mierda.

-Sabes a lo que me refiero Austin.

-Y tu sabes que no hablas enserio.

-Lo digo enserio - reí para mis adentros, no era así - mi garganta me está matando.

-No entiendo porque tomas de esa manera.

-Tu que sabes... nunca en tu vida has probado una cerveza.

-No seas idiota. Tomo en cada fiesta pero se controlarlo.

-Lo que sea... - estaba de mal humor por lo de su garganta.

No entramos a la fiesta de nuevo, nos quedamos dormidos debajo de ese árbol que me parecía igual que los demás, recordaría ese momento... pero no recordaría en cual de todos los arboles dormí con mi mejor amigo en mi cumpleaños número 23.

Sentí algo caliente en mis piernas y me desperté.

-¡Carajo! - gritó Harrison con desprecio. Yo aun estaba algo adormilado y no entendía que era lo que pasaba hasta que algo caliente salpico mi brazo. Una chica estaba vomitando a unos centímetros de mi.

-¿¡Qué mierda haces!? - exclamé con el mismo desprecio que Harrison había usado.

-Viven aquí... pueden cambiarse - la chica estaba muy borracha.

-Que puto asco - dijo Harrison mientras sacudía la pierna izquierda con fuerza para que se limpiara, supongo.

-¿De que fraternidad eres? - pregunte para llevarla de regreso ahí.

-De todas cariño - dijo mientras reía como demente. Se acerco más a mi para darme un abrazo - feliz cumpleaños Austin.

-Déjalo en paz maldita loca- Harrison no estaba totalmente sobrio así que su reacción era un poco agresiva.

-No hablo contigo.

-No sabemos quien eres, no lo felicites si no lo conoces.

-¿Conocerlos? - la chica soltó una sonora carcajada, a decir verdad si parecía loca - todo el campus los conoce.

-¿De qué hablas? - dijo Harrison muy intrigado por su respuesta. El tema de la "popularidad" para Harrison era muy importante, le gustaba que se supiera de él... a mi me daba igual pero aun así los dos eramos bastante conocidos y aunque eso él ya lo sabía, le gustaba que se lo repitieran.

-¿Qué no son los maricas que se dan mamadas en el bosque bajo la luz de la luna? - ni Harrison ni yo dijimos nada porque su maniática risa era demasiado aterradora - ¿Creen que no lo sé? Vamos chicos se les nota a kilómetros.

-Cierra la puta boca zorra - solté sin más. Usualmente no hablaba así pero en verdad me estaba molestando.

-No se preocupen su secreto esta bajo llave - hizo como si cerrara su boca con llave y después comenzó a reír.

-¡Dijo que te calles! - exigió Harrison.

-No, te lo dijo a ti - exclamó, ya me estaba hartando - ¿qué no se supone que eres tu su zorra, Harrison? - él la miraba de forma extraña pero estaba claro que ya la odiaba.

-¿Y qué no se supone que tu eres el aborto fallido que nuca es invitada a este tipo de fiestas? - dijo con un tono hiriente que nunca lo había oído usar.

-Harrison... - dije a modo de advertencia. Me fulmino con la mirada pero ambos sabíamos que eso fue demasiado.

-Imbécil - fue lo único que dijo la chica antes de irse llena de furia.

-¿Quién era? - pregunte desconcertado pero recibí un "a mi que me importa" por respuesta.

Fuimos a cambiarnos sin decir nada, sabía que Harrison estaba preocupado por si esa chica le decía a alguien sobre ellos dos en el bosque, como dije: a Harrison le importa lo que se dice de él y no quería obtener fama de una mamada inexistente en el bosque.

A mi me daba igual, si decía algo sabía que no era verdad así podía vivir con ello. Lo que no podía sacarme de la cabeza era aquella chica y su horrenda actitud... supuse que me daba lastima o algo parecido, no lo sé.


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Nunca es tarde (Libro Dos) (Thomas Sangster Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora