Prólogo

158 11 1
                                    

La sala está misteriosamente llena. Nunca está llena. Quizás porque nunca ha habido un escándalo tan grande como este. Todos susurran, seguramente comentando lo sucedido. No es mi primera vez, pero siento como si lo fuera. Hacía mucho tiempo que no me ponía nervioso.

- ¡Silencio, por favor! Es hora de empezar.

El silencio retumba desde las vastas columnas interminables hasta los muros de mármol blancos de los laterales de la sala. Los oscuros a la derecha y los luminosos a la izquierda. Nunca se unen, nunca hablan, nunca se mezclan. Puede que sean diferentes por fuera, pero tienen intereses comunes. Hoy todos observan lo sucedido, hoy todos tienen opiniones.

¿Y yo qué? - Me pregunto

Ahora mismo no pertenezco a ninguno, no tengo bando. Tengo otro objetivo que me llevará a la muerte, por lo que veo. Ya es la hora, ya empieza.

- Hijo, ¿sabes por qué estás aquí?

- Claro que lo sabe, siempre lo ha sabido y aún así lo ha vuelto a hacer. Esto es imperdonable.

- ¡Silencio!

Siempre igual, incluso sabiendo que soy una causa perdida siempre tienen algo que discutir. Desde el centro de la sala puedo observar como los supremos oscuro y luminoso están sentados en la parte superior en sus respectivos tronos, junto con sus guardianes. Me lanzan miradas penetrantes de enojo y decepción, eso es lo que soy.

- Te escuchamos, siempre lo hacemos. Pero te hemos dado demasiadas oportunidades y siempre acabas donde mismo. ¿Cuántas van ya? --- Me pregunta el Ángel supremo luminoso.

- Diecinueve. --- Interrumpe el Ángel supremo oscuro.

- Lo siento, pero no podéis pedirme tal cosa. No puedo hacerlo. --- Digo.

- Tu deber es acabar con ellos, no salvarles la vida.

- Solo son diferentes. — Replico.

- Son una amenaza. --- Implora el supremo oscuro.

- ¡Basta! Esto no es una charleta de amigos, esto es un juicio. El último y más importante. --- El Ángel supremo luminoso se levanta de su asiento y se acerca. --- Diecinueve veces te hemos perdonado, ya basta para ti también. Es tu última oportunidad. Tienes una última vez para demostrar que mereces seguir con nosotros. Tú eres el único capaz de hacerlo, no nos defraudes.

- Pero...

- Nada, ya le has oído. Se acabó y si vuelve a pasar, tu castigo será el peor de todos. La pérdida de lo que más te importa. Y ahora vete y termina lo que empezaste. --- Se levanta también el Ángel supremo oscuro.

- ¿Nombre? — Pregunto.

- April Bray.

Alas de ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora