Día de San Valentín. Esperando que todo salga bien

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Muy bien.

Por el momento no todo estaba saliendo bien.

Serpens se sentía afligido y decepcionado.

Owen seguía intentando ser perdonado.

Scorpius seguía en su mundo, ajeno al resto de todos.

Y Axel pues no todo estaba resultando bien.

Si las cosas seguían así, la operación resultaría un Epic Fail.

Para ellos, el día no resultaba como esperaban. Todo parecía que fallaría.

Todo inicio con la mañana de ese día:

Owen Zabini quería hacerle saber a Adeline cuanto la quería y que sus sentimientos eran verdaderos, pero al parecer las típicas flores y chocolates no le sirvieron porque apenas se presentó con su presente, ella lo devolvió y se puso más molesta de lo que ya estaba.

Scorpius parecía zombi con complejo de James Bond, no mal interpreten es que parecía un espía al estarse escondiendo tras los muros y tapices para ver lo que hacía su amada no-exnovia (técnicamente no habían terminado) y con la aparecía que tenía parecía que no habían pegado un ojo en toda la noche además de esas ojeras moradas y ojos hinchados era más que obvio que había llorado. Pero nadie se percataba de eso, o solo ignoraban eso para evitar preguntarle.

El punto era que el estaba desesperado por hacer algo, se sentía vacío por dentro como si le faltará su dosis de amor.

El amor de Lily.

Axel Nott pues, él solo quería que su día especial con su novia, y lo estaba logrando, pero al mismo tiempo sentía que algo faltaba. No era que no disfrutaba del día sino era la sensación de que sus amigos necesitaban su ayuda.

Tal sensación no era ajena a la realidad, ya que Serpens Malfoy se estaba llevando la peor parte de todo.

Por el momento seguía tratando de buscar el momento adecuado, pero parecía que no iba a aparecer.

Hasta que se decidió, si el no podía encontrar el momento para invitarla, recurría a La Bruja Cupido. Según tenía entendido podía hacerle llegar la carta que quería entregarle para le llegue a ella sin necesidad de muchas detalles.

Si bien La Bruja Cupido era anónima y nadie tenía idea de donde había surgido; se rumoraba que ella te atendía en un aula vacía del séptimo piso, que estaba semiobscura debido a que donde se sentaba ella no se veía nada, ni te dejaba que te acerques mucho. También como ya era Día de San Valentín debías darle el pago completo por el servicio.

Si bien reservabas con una semana de anticipación, o unos tres días por lo menos, te cobraba un adelanto por hacerlo. Usualmente algunos le pagaban con galeones, los que sabían como negociar se intercambiaba el servicio con productos de fuera; bien podía ser dulces de Honeydukes, artículos mágicos y de bromas, productos muggles.

La Bruja Cupido no sólo era quien hacia que pases un buen día, sino que también le gustaba las negociaciones y trueques, por eso no desperdiciaba la oportunidad de sacarle el provecho al pago.

Pero de cualquier manera te ayudaba y parecía ahorrar el trabajo de invitar a alguien y evitar quedar en ridículo, su trabajo parecía sencillo y con su suerte Serpens Malfoy tenía la esperanza de tener su última oportunidad de poder invitar a Olivia a una cita.

Estaba en camino al séptimo piso con una carta en mano y un paquete de galletas Oreo Peppermint  para hacer un trato con La Bruja Cupido con vió algo que no esperaba.

Olivia, su Olivia, estaba con Frank Longbottom que tenía en sus manos un peluche de lechuza color blanco, una caja en forma de corazón y tambien arreglo de flores de colores vivos. Si bien sabía Serpens que esas cosas no eran el estilo de Olivia, ella no parecía estar más que feliz con los obsequios de Frank tenía, parecía que iba a saltar de la emoción al recibir ese regalo.

Fue cuando Serpens supo algo.

Tardó demasiado.

Tardó al esperar el momento correcto.

Tardó al creer que ella estaría esperando algo de él.

Tardó en saber que alguien más estaba interesado en ella.

Y que no demoró en atreverse a invitarla al baile.

Que él aunque podía ser muy divertido y amigable.

En asuntos como ese, podía ser más tímido que una tortuga.

En especial tratándose de Olivia.

La que había conocido desde que eran unos niños.

Antes de inciar Hogwarts.

Había sido su amiga, su hermana, su confidente.

Y se enamoró de ella.

En un principio se creyó que estaba loco, que era cosa de la adolescencia y luego se pasaría.

Pero la verdad es que decía eso desde antes de los 13 años y no había dejado de pensar a Olivia.

Estaba presente todos los días, en sus pensamientos, sueños, cartas y poemas.

Era quien inspiraba sus letras.

La carta de le iba a enviar era un poco diferente a lo que le escribía en las noches.

Era una combinación entre invitación y declaración.

Quería que cuando ella la lea, tenga la esperanza de que se presente para descubrir los sentimientos de Serpens.

Pero no fue así.

Ella se veía feliz con la invitación que le había hecho Frank Longbottom y él no era nadie para impedirlo.

Después de todo ella solía atraer la atención de la población masculina de Hogwarts de cualquier edad.

Su hermano atraía la atención de la población femenina.

Pero ella lo hacía sin la intención de hacerse notar, pero era imposible no ser notada.

Después de todo su familia era una de las más famosas en el mundo mágico y más siendo la hija de un héroe.

Serpens conocía perfectamente a Olivia Potter, y aunque tuvo todas las oportunidades de hacer que se fije en él.

Pero siempre se frenaba.

El hecho de que Olivia la creía tan perfecta, que le era imposible que se pudiese fijar en él.

Pero eso con la carta arrugada y las galletas Oreo en sus manos, se dió la vuelta como siempre y dejo que la nueva pareja tenga su momento especial y ese día tan especial para muchos.

Excepto para uno.

Para Serpens Malfoy.

Operación: San Valentín Perfecto [#LumosAwards ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora