En tu boca me refugio,
De tus jadeos me alimento,
Mientras tu cuerpo cautivante,
Me destroza por completo.
Me hipnotiza tocar tu piel,
Tu aroma me desmaya,
No hay cosa más bella,
Que tu cuerpo en mi cama.
Tus "te amo" me enamoran,
Tus gemidos me perforan,
Luego de terminar este poema,
Dedicado a ella,
Pasaré mil años,
Rezando en la iglesia.