Esa mañana, las cosas fueron diferentes dentro del zenana.
No habían salido a tomar el baño habitual al hamam. En cambio, los habían dejado tomar baños de tina en sus habitaciones. Yuuri y Minami habían disfrutado de un baño juntos, jabonándose el cabello mutuamente y haciéndose cosquillas entre ambos.
Era una situación inusual y sabían que algo debía de estar ocurriendo en palacio. Las Joyas permanecían aportadas de todo, sólo dedicados a aprender a entretener y preocuparse de verse hermosos. Podía parecer algo banal -y Yuuri lo sentía así- pero las Joyas eran una propiedad del Gran Rey y su cuidado era un asunto importante.
Por ello, las noticias llegaban por rumores a través de los sirvientes externos que traían la comida y los presentes de algunos interesados en obtener los favores de las Joyas.
Yuuri y Minami no se preocupan de aquello, las noticias les llegaban a través se Phichit y Seung-Gil. Y sabían que aquello tenía que ver con el pequeño detalle de que Yuuri fuera la pareja del Gran Rey.
"Aunque no lo haya aceptado, ellos esperan que lo haga y sienten que me deben lealtad por ello."
Mientras se estaban secando el cabello con telas de lino y vestidos únicamente con pantalones bombachos, sintieron golpes en la puerta. La sirvienta que los atendía se acercó rauda a abrir y dejar pasar a Phichit y su consorte, ambos con paquetes en las manos y un pequeño cofre de hermosa madera oscura.
— Saludos Delta Phichit y a su consorte Seung-Gil. —dijeron ambos Omegas al tiempo— Que los Dioses Estrella den prosperidad a su día.
— Y que a ustedes les guíen con pasos firmes y caminos llanos. —respondieron a su vez la pareja.
La sirvienta hizo una suave reverencia y salió de la habitación dándoles privacidad. Era sabido por todos que el Delta y su pareja habían forjado una amistad con los Omegas de Tierra Oriental. Aunque los Alfas estaban prohibidos en el zenana, Phichit podía entrar con cierta libertad gracias a que estaba emparejado con un Omega que portaba su marca. El Alfa dejo las cosas que traía sobre la cama y se apresuró a encargarse de las cosas que traía su pareja, aunque Phichit era un Alfa bajito en comparación a su Omega hacía gala del comportamiento caballeroso que los Alfa tenían siempre.
A Yuuri y a Minami se les hacía una pareja adorable.
Seung-Gil sonrío suavemente y beso los labios Phichit en un gesto cándido y suave.
— Gracias.
Phichit parecía un cachorro excitado a ojos de Yuuri y la risita de Minami le confirmo que no era el único que lo pensaba.
— ¿Qué los trae hoy a ambos al zenana? —pregunto Minami mientras se acercaba al Alfa y se ponía a curiosear entre las cosas dispuestas sobre la cama.
— La comitiva ha llegado está mañana a las afueras de la ciudad. Uno de los centinelas la vio a lo lejos con los primeros rayos del sol y se dio la orden de resguardo al zenana. —comento alegre Phichit mientras se sentaba a los pies de la cama. Una sonrisa afable en su apuesto rostro.
— No es tan malo como se escucha —dijo Seung-Gil mirando a su Alfa con el ceño fruncido—. La orden de resguardo es sólo el cuidado de mantener a las Joyas lejos de los Gamma que pueden haber perdido los efectos de la medicación y para que los extranjeros no los vean. Está prohibido que ojos de otras tierras tengan ese derecho.
Yuuri comprendía. Las costumbres de Tierra Continental eran distintas a las de Tierra Central y a cualquiera de las demás Tierras del continente. Había escuchado que el joven heredero al trono era un Alfa con un carácter difícil pero centrado que había recibido el privilegio de conocer a las Joyas de palacio.
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La Joya del Desierto
أدب الهواة[Arabian!Au] [Omegaverso/Mpreg] [Victuuri] La Purga ha terminado y Tierra Oriental a caído. El Gran Rey ofrece su ayuda a cambio de una muestra de compromiso: un Omega que forme parte del harem de la Corte. Yuuri se encamina a afrontar un destino qu...