Capítulo 4

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Narra Robert:

Me sentía muy nervioso, después de mi platica con Azul anoche cada día tenía más miedo, yo frente a ella actuaba como siempre, sin embargo cuando estaba solo me quedaba pensando ¿Qué haría yo sin ella? Fui camino al hospital, la iba a ver sonriendo de nuevo, eso era mis únicas razones por las que seguía aquí, al estar afuera de su cuarto respire profundo muchas veces, dibuje una sonrisa en mi rostro y entre lo más natural que pude. – ¿Cómo amaneció la más hermosa?- pregunte sentándome en el borde de la cama. – Tuve un mal sueño- dijo sentándose en su cama- estaba en un cuarto completamente oscuro, al otro lado había una puerta con mucha luz, al intentarme moverme era imposible, algo estaba impidiéndome avanzar, entonces una voz me dijo algo muy raro, tengo miedo- me daba miedo ese comentario, muy bien sabía lo que significaba, pero no quería aceptarlo. – Tranquila, yo estoy a tu lado, nada te pasara- no la veía del todo convencida, al igual que yo forzó una sonrisa- bueno solo venía a saludar, me regreso a la escuela- dije mirando al reloj, no quería irme, debía aprovechar todo momento a su lado, pero era tiempo. – Te veo en la tarde, te quiero- dijo mientras me iba de la habitación, en ese momento escuché como se tiraba de nuevo en la cama. Salí del hospital, hoy salía más temprano de la universidad, sin duda al terminar vendría de nuevo a ver a Azul. Estuve en todas las clases, solo que me sentía muy inquieto, escuchaba mi teléfono vibrar a cada rato, tenía miedo que esas llamadas estuvieran relacionadas con ella, en un movimiento rápido abrí el celular, tenía más de 10 llamadas perdidas de Fernando, sabía que algo estaba mal, debía correr rápido, me levante de mi lugar e ignorando al maestro salí del salón, corrí todo lo que pude camino al hospital, enseguida me fui al pasillo donde me encontré con Fernando y Karen. – ¿Qué paso?- pregunte asustado – No podía respirar, estaba hablándonos cuando comenzó a faltarle el aire- respondió apretando mis hombros- siento que de esta ya no va a salir- estaba asustado, no podía ser, aun no. Estaba a punto de decirles algo cuando mi pesadilla se hizo realidad, el sonido de la maquina comenzó a sonar, lo que significaba que había muerto, por más que los doctores intentaron reanimarla, fue demasiado tarde. – Tristemente, Azul ha muerto- dijo el doctor tapando su rostro con la cobija blanca. Quedé en shock en ese momento, no quería aceptarlo, simplemente no podía. – No podré seguir sin ti- murmure comenzando a llorar.

Actualidad

Al llegar a mi habitación, lo único que quería hacer era ya irme a dormir, hoy había sido un día bastante emocionante, Emily estaba en otra habitación, lo más seguro era que estuviera dormida en estos momentos, era del tipo de persona que tocaba la almohada y se dormían enseguida. Me sentía extraño, ver a mi hermana después de un largo tiempo me hacía feliz, sin embargo ir de nuevo al parque me dio melancolía, y ver a Cristina así me hacía sentir mal, según lo que me explicaron, después de que le dieron la noticia cayó en depresión, tiempo más tarde se fue olvidando de muchas cosas y solamente se acuerda de Azul, ella piensa que sigue viva y que en cualquier momento volverá al parque a cuidarla. Tenía tantos pensamientos en la cabeza en este momento que ni yo sabía cómo lidiar con ellos. Me senté en el borde de la cama, sin darme cuenta comenzaba a tener diferentes pensamientos, todos estaban relacionados entre sí, no sabía explicar el cómo me sentía. Decidí dormirme, tenía la esperanza que mañana mejoré todo. Volví a abrir los ojos, ya era de día. Me puse en pie estirando mis brazos, al mirar al espejo noté mi cabello demasiado despeinado, eso se sentía tan extraño, ya desde hace mucho tiempo no me fijaba demasiado en mi apariencia. Escuché que alguien tocaba la puerta una infinidad de veces, al abrir estaba Emily con una sonrisa dibujada en el rostro, ¿Cómo es que siempre esta tan contenta? - Ayer quería hablar contigo un rato, pero me quede dormida por error- dijo un poco apenada, su vida era un constante "me quedé dormida", la verdad ya estaba acostumbrado a escuchar aquello. – No hay problema, igual llegue a dormir- respondí tambien con una sonrisa. – ¿Entonces...? ¿Puedo entrar?- inmediatamente en cuanto dijo eso me aparte de la puerta, Emily entro bastante emocionada. Estuvimos hablando de todos nuestros momentos en la Universidad, era bastante extraño el sentimiento de recordar aquello, Emily era una gran amiga para mí, puede que cuando estaba con ella no fuera del todo perfecto, sin embargo esa relación me pudo sacar un poco de la depresión por la que estaba pasando. Ella se fue a su cuarto para arreglarse, fui a ver mi ropa que aún estaba en la maleta, saqué un conjunto, simples pantalones con una camisa. Me quedé esperando en el pasillo, Emily salió al poco rato vestida con una falda y una blusa floral. Los dos nos dirigimos a la recepción, no tenía idea de dónde ir, solo sabíamos que queríamos salir.

Después de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora