Localización Mansión de la manada Amanecer
Hace ya mucho tiempo, una pequeña niña caminaba por los pasillos. Solitaria, pero con una calma que no justificaba su edad. Siempre silenciosa, pero con la mirada en busca de algo, sin embargo no lograba encontrar lo que anhelaba.
Diminuta la chiquilla. Con cinco años apenas alcanzaba el porte la mesa del comedor, la más pequeña por supuesto. Tenía una mesa para ella sola, donde recibía sus alimentos sin falta a las tres horas mas importantes del día... aún así, podía observar a los adultos al otro lado del corredor. Allí había otro comedor, uno para todos los que vivían en esa casa, todos menos ella. Con su vista, algo opacada, trataba de mirar a sus padres buscando algún único gesto que estuviese dirigido hacia ella...quizás una sonrisa?
Observó el rostro femenino y, una mueca de desagrado fue lo único que recibió. Buscó la mirada del padre, pero nisiquiera le halló, por ese entonces estaba desaparecido. Años más tarde, logró encontrar su mirada, pero ni siquiera eso le brindaba la figura paterna, totalmente ajeno a la existencia de la pequeña, como si escondiera su presencia en sus ojos con una benda.
Lloraría... lo haría?... debería?... a fin de cuentas la pequeña sólo terminaba sus comidas y se iba, en eso consistía su rutina. Vagar por la mansión como si fuese un fantasma, buscando algo que no se encontraba... absorta en su propio mundo, y evitando escuchar malos comentarios.
Hay allí lo que ninguno en esa casa sabe, y ella misma lo desconoce en su totalidad. Es algo que solo conoce la primera persona que la vio llegar al mundo... Normalmente las mujeres de la manada se abstenían de dejar que alguien las asistiera en el parto, pero da la casualidad, que la madre de la niña cayó enferma durante la gestación. Nadie se lo explicaba. Había recibido los mejores alimentos, los mejores cuidados, y aún así, tan pronto quedó embarazada, tras las primeras semanas entró en un estado de agotamiento insufrible. La pobre mujer tan siquiera podía ponerse en pie.
Y su esposo... Solo la propia conciencia de ese hombre sabe cuán desesperado se halló en su momento. A ojos de todos, solo eran un par de almas unidas por un matrimonio arreglado, pero grande fue su condena cuando él, un joven de cabello rojizo como el cobre y ojos tan negros como roca volcánica, posó su mirada en ella.
Hien siempre fue un hombre callado, y ni siquiera se opuso al matrimonio porque sabía de la importancia que este tenía. Jeolp por otro lado, luchó hasta el final... aún cuando tardó en cumplir las expectativas de sus padres para que la absolvieran de todo compromiso, sin éxito.
Hien lo sabe a la perfección, y es un secreto que guarda con rescelo para sí mismo. Era callado, pero tan curioso como un niño. Por eso sintió curiosidad de conocer a su prometida, y no dudó en escabullirse aquel día por las paredes de la casa de Jeolp. Ahí se condenó así mismo. Tras recorrer unas cuantas habitaciones, halló la de ella, y la vió, de rodillas a un lado de la cómoda, sollozando de tristeza.
Por el filo de una puerta que parecía estar cerrada, observó cada detalle de su persona. Sus ojos dorados, lastimados por el llanto, su cabello, algo enmarañado y desordenado, de un bermellón bastante opaco, y unas mechas negras que delataban su especie. Era de las pocas personas a las que se les notaba las rayas de tigre. Hien muy al contrario, no dejaba que se notasen, y menos que alguien le viera en su forma bestia.
Pero en ese instante, sentía palpitar en su pecho un corazón muy ansioso, y un deseo de detener esas lágrimas. Sin que nadie le viese su cambio de forma, se acercó a ella como un felino para hacerle companía. Un extraño tigre de colores invertidos, eso era lo que era, pelaje negro y rayas rojas. La muchacha nunca habría imaginado ver algo así, y creyendo que era un sueño agradeció la companía y descansó a su lado.
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Híbridos
WerewolfDaia Lerix Gold Tigris, 18 años, cabello naranja opaco, piel canela, solo una fémina más no? todo parecía normal, el exterior mostraba algo normal, quien podria pensar que en tan sólo un día...las cosas cambiarian.