Capitulo 1: Viviendo feliz.

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Cinco años después.

Chris.

¿Qué puedo decir?

Estoy sentado junto con Connor, mi hermano menor, jugando videojuegos. O más bien, estoy ganándole a mi hermano en los videojuegos.

Connor apenas tiene catorce años y no tiene la experiencia que yo he adquirido en veinticinco años jugando con los videojuegos así que lo engaño diciéndole que apostemos cincuenta dólares cada uno.

¡Gane cincuenta dólares fácilmente!

Chris3956 es el ganador

Lanzo el control lo más lejos que puedo y hago mi baile de la victoria frente a mi hermano, el cual también lanza el control al suelo y cruza los brazos molesto.

― ¿Qué creíste hermanito? ¿Qué serias capaz de superar al maestro así porque así?―suelto una carcajada.―Lo siento pero nadie puede superar al maestro.

Suspira molesto.

Mi hermano es lo contrario a mí, si Connor se molesta solo se queda callado y cruzando los brazos hasta que se le pase mientras que yo si yo me molesto, le aviento la madre a todo el que se atraviese, además de una buena golpiza a las paredes.

―Si Kile estuviera, te ganaría en los videojuegos todos los días.―mi alegría para en seco y me detengo a asesinar a mi hermano con la mirada.

―Hijo.―llega mamá a la cocina con una bandeja llena de galletas.―No molestes a tu hermano con eso.

Connor rueda los ojos.

―Ya lo sé, ya lo sé.―repite con cansancio mientras le sonrió con algo de supremacía.―No debo de molestar al intocable bebito llorón. ―comienza a burlarse de mí chupándose el pulgar.

Gruño.

―Estúpido.―le suelto.

Y luego de eso siento un manotazo sobre mi cabeza.

― ¡Christopher Williams! ―chilla mi madre.―Tienes prohibido hablarle de esa manera a tu hermano, él es el pequeño y debes de cuidarlo en vez de ofenderlo.―le da un manotazo a mi hermano también.―Y tú no debes molestar a tu hermano mayor con esa clase de cosas, ambos son familia y deben de quererse así.

Connor abrió la boca para debatir pero yo niego con la cabeza, pidiéndole que por favor no lo haga. Y por primera vez, después de muchos años, me hace caso.

Mi madre tiene un carácter algo delicado, no sé por qué pero ella imaginaba que nosotros fuéramos hermanos dulces, comprensivos el uno con el otro, cariñosos, tolerantes, bla, bla, bla...

Pero se equivocó de manera olímpica; Connor y yo apenas nos hablamos cuando estamos juntos, Luan, mi hermana mayor, y Connor no se toleran mientras que Luan y yo tenemos una buena relación pero nos vemos cada dos o tres años así que básicamente a eso tampoco se le puede llamar relación por completo.

―Si señora, entendimos y obedeceremos.―digo intentando no sonar cansado mientras repito esa frase, aunque dudo lograrlo bien.

Mi madre me analiza con la mirada y luego de unos pocos segundos asiente.

―De acuerdo.―suspira y luego vuelve a poner esa dulce sonrisa que la caracteriza.―Ahora mis niños, les prepare unas galletitas para que coman.―comienza a hablar con nosotros como si fuéramos bebés, por lo cual Connor y yo rodamos los ojos sin que ella se dé cuenta. Realmente quiero a mi madre pero a veces nos trata peor que a los bebés, es irritante.―Están calientitas.

Solo por ambas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora