Epílogo

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6 meses después de aquella pesadilla que Camila había tenido, porque si, fue una pesadilla un tanto real. A Camila sí la secuestraron y sí fue Harvey, pero la encontraron unos días después de su de desaparición, con bastantes heridas y en estado de coma por los golpes que éste le había dado. Se preguntarán si todo lo que se relato fue falso, pero no, eran casos reales que ella vio a través del sueño.

-Estas lista?-preguntó Lauren envolviendo la cintura de su novia.

-S-si- respondió un tanto nerviosa.

Se habían contactado con los padres de las víctimas para dar a conocer lo que realmente había pasado con sus hijas, puesto que sus casos no se habían resuelto.

-Holly me fue de gran ayuda, me hizo entender todo tan bien- habló la morena con una lágrima cayendo y una sonrisa en su rostro.

-A ella le gustaba que le dijeran así. Siempre me decía que si pudiera, se cambiaría su nombre a ese, y ahora sé que lo hizo y fue feliz allá arriba- dijo el padre de la niña con la voz herida.

Mientras la conversación entre ellos seguía, el padre de Flora habló.

-Ella era tan pequeña...- comentó cabizbaja.

-Lo era, lo sé, de hecho me sorprendí al verla pero ella es feliz. Ella está feliz en su mundo perfecto ahora.- Camila respondió dejando ver una dulce sonrisa al acordarse de la pequeña.- De hecho, todas son felices en su pedacito de cielo.

-Y que pasó con Harvey?- habló la madre de una de las niñas.

-Él está donde debe estar y donde ya no puede hacerle daño a nadie más.

Después de haber dado finalizada la charla con los padres, Camila y Lauren se dirigieron a la comisaría a dar las indicaciones de donde se encontraban los cuerpos.

-Agradezco poder tenerte aún aquí conmigo, y cuando no lo estabas, yo realmente me encontraba deshecha, Camz.-Lauren habló con los ojos cristalizados- Es grandioso lo que haces, ayudando a los padres a saber que sus hijas son felices allá- miró el cielo.

-Supieras como me sentí yo, al tener que dejarte, al tener que abandonar la tierra y a mi familia, Lolo. También Agradezco estar aquí, viéndote una vez más.

La pareja entró al recinto policial y estuvieron alrededor de 2 horas allí adentro. Cuando terminaron fueron llevadas a su casa por policias del lugar.

-Una vez más, gracias por ayudar y darle un poco de paz a la familia de las víctimas- habló Len, el detective.

Pasaron el resto de tarde que les quedaba con su familia y amigos, celebrando que todos estaban bien, porque como es la vida hoy en día, estar vivo es un milagro.

En la noche, después de haber hecho el amor, conversaron sobre esa aventura que Camila había vivido o soñado, como prefieran decirle.

—Dime cómo es aquello.

—A veces se parece al instituto —dije sin aliento—. En mi cielo puedo hacer hogueras en las aulas y correr arriba y abajo por los pasillos gritando todo lo fuerte que quiero. Aunque no siempre es así. Puede ser como Nueva Escocia, o Tánger, o el Tíbet. Se parece a todo aquello con que has soñado alguna vez.

—¿Está Holly allí ahora?

—Si lo está.

—¿Te ves a ti misma allí ahora?

—Ahora estoy aquí —dije.

—Pero te irás pronto.

No iba a mentir. Asentí.

—Creo que sí, Lauren. Sí. De alguna u otra forma todos nos iremos.

Pero Lauren no quería aceptarlo. No quería aceptar que un día el amor de su vida se iría para siempre.

-No quiero que me dejes otra vez, no quiero perderte Camz- susurraba la ojiverde haciéndole cariño en el pelo a la morena.

-Lo siento- susurró Camila antes de caer profundamente dormida a causa de los masajes de Lauren.

Dicen que, si le dices algo a alguien mientras duerme, tus palabras quedan en su subconsciente.

-Quedate- Susurró Lauren.

Y aunque sabía que era un tanto imposible, no perdía nada con intentarlo.

Secuestro | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora