Capítulo 4

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TRES AÑOS DESPUÉS


Hayeon nunca llegaba tarde a clase, pero se había llevado toda la noche terminando un trabajo que debía entregar para la semana siguiente y cuando sonó el despertador fue incapaz de levantarse de la cama. Aún era jueves, tenía todo el fin de semana para finalizar el trabajo con tranquilidad, pero el sábado se cumplían tres años de la muerte de su padre y la pelirroja volvía a Busan para pasar ese día con su madre y su hermano.

—Oh, ¡Hyuk!

Hayeon divisó a su amigo subiendo las amplias escaleras del edificio en el que tenían la primera clase de la mañana. Los pocos estudiantes que quedaban fuera iban tan acelerados como la propia Hayeon, esperando poder llegar antes que el profesor en cuestión. Sin embargo Hyuk caminaba con su habitual aire soñador y desinteresado, subiendo con pesadez los escalones con las manos enterradas en los bolsillos de su pantalón.

—¡¡Han Sanghyuk!!

Había tenido que alzar la voz para que el muchacho al fin se detuviese, girándose para mirar a Hayeon con la boca abierta y las cejas alzadas, realmente sorprendido de encontrársela allí. En ese momento la pelirroja llegó hasta él, teniendo que apoyar las manos en sus rodillas para después doblarse hacia delante y poder recuperar el aire que le faltaba tras la carrera.

—Noona... ¿qué haces aquí fuera todavía? ¿Te encuentras bien?

—Sí... es que... —mientras trataba de hablar su mirada descendió hasta el reloj de su muñeca, el cual le indicó que faltaban dos minutos para que la clase comenzase—. ¡Mierda! Ahora te lo explico, ¡vamos!

La chica agarró el brazo de su amigo y tiró de él hasta el interior del edificio. Para su desgracia el profesor ya había llegado, pero se las ingeniaron para entrar sin ser vistos por la parte de atrás, colocándose en los asientos de la última fila. Aquella era una clase teórica, y éstas se impartían en grandes aulas con largas filas de mesas y bancas que descendían hasta la parte en la que se encontraba la mesa del profesor, como si de un teatro se tratase.

Hayeon estudiaba la carrera de Artes Escénicas en la Universidad de Seúl, y en unos meses más finalizaría su tercer año. Tuvo que mudarse a la capital en cuanto comenzó con sus estudios universitarios, pero a pesar de la lejanía viajaba con asiduidad a Busan para ver a su madre y su hermano. La muerte de su padre los había unido mucho más como familia, así como también había provocado el enfriamiento de la relación con los hermanos de su padre, sobre todo después del repentino fallecimiento de su abuela ese mismo año. Aun así, Hayeon no tuvo problemas habituándose a la vida en Seúl, donde encontró un buen lugar para vivir y buenos amigos con los que compartir las nuevas experiencias que la vida en la capital le ofrecía.

—Hpmf... me M-U-E-R-O de hambre...

Las clases de la mañana habían finalizado, dando paso a la tan ansiada hora de comer. Hayeon se acariciaba la tripa con una expresión de profunda desesperación mientras Hyuk reía con diversión junto a ella, animándola infantilmente durante todo el camino hasta la cafetería. Allí encontraron al resto de sus amigos ya sentados en la mesa, esperándoles para comer. Las hermanas Min, Sohee y Sojin, estaban colocadas una frente a la otra. Sojin parecía estar enfrascada en una profunda charla con Minjae, quien cada dos por tres lanzaba miradas desesperadas a Sohee, siendo incapaz de callar a la maknae del grupo. Hayeon alzó la mano en cuanto su mirada se cruzó con la mayor de las hermanas, ampliando una enorme sonrisa. Sohee correspondió igual de efusiva, moviendo los labios en lo que Hayeon entendió como un "venid rápido", a la vez que golpeaba un asiento a su lado. La pelirroja rió y asintió, tirando de Hyuk para meterle prisa y correr para hacerse con la comida.

Blossom Tears (Leo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora