El origen de los kuduakanos

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Cuando Yakunizh y Nicolás supieron que tenían que hacer algo por sobrevivir un tiempo, en unas ruinas casi abandonadas, donde se diría que un loco ya ahora torturado los estaría esperando para poder aniquilarlos por haber perturbado su estancia en tal lugar, decidieron hacer algo al respecto, vieron que era sorprendentemente inmune ante los ataques con arma blanca y al ver que en ninguna parte de su equipaje habían cosas para supervivencia propia tuvieron que ver la manera más inteligente para poder seguir vivos y no ser capturados por el asesino errante de las más grandes zonas de explotación de la historia de la ciudad de Brest tras las expansiones de países occidentales a tal región de la Europa occidental. Una vez que encontraran un cuarto en donde pudiesen esconderse por un tiempo de aquella silueta tenebrosa que habría de perseguir hasta el final de su estancia en el parque, habrían de improvisar nuevas armas para poder prepararse ante la aparición del demonio sonriente de gran inestabilidad mental que deseaba algo de sangre para poder ahogar en tal líquido rojo el derramamiento de sangre que acabaría con 2 de sus más grandes compañías a lo largo de su vida reciente, tomaron medidas de precaución por si alguna falla que ocurra en las instalaciones por el desuso y la falta de cuidados, tomaron también en cuenta que, sus vidas estaban a punto de tener un giro muy grande, y que también querían que pudieran sobrevivir en esas instancias sea cual sea el problema en sus vidas y sus necesidades básicas para poder subsistir, sabiendo que estaban en un lugar en donde los renos y otros animales más pequeños como los conejos y algunos reptiles de amplio volumen de los cuales ellos podrían sobrevivir cazando, estaban junto a una granja abandonada donde se podrían localizar algunas raíces comestibles, además que por agua no se preocuparían por mucho tiempo ya que se encontrarían cerca de un río, su única preocupación y lo único que ellos pensaban era "¿cuándo será que la policía llegará?". Se encontrarían en lo que antes era un antiguo criadero de aves, donde Vladimir Teniachkapova habría de alimentar a las aves cada semana para que Charles Salskiv d Gorbatav le diera un aumento y disminuya su tortura que habría de acompañarla hasta la muerte, empezaron a escuchar varios golpeteos en una de las puertas en donde se encontraban los alimentos para pájaros, empezaron a pensar de que se trataría del mismo Iván en aquella puerta, el miedo que recorría sus venas empezaría a ser tal que Nicolás empezaría a tomar su piedra para poder arrojarla a lo que pensaron que sería aquel loco psicópata que habría de meterles uno de los sustos más grandes que habían tenido a lo largo de su vida, provocados por un payaso más, posiblemente drogado por el consumo de los estupefactos traídos por el pleito entre las amapolas de Minsk y el cartel de Chernóbil, Yakunizh alarmada empezaría gritar:

—"ད་ལོེ་ལོ་མ, ནཔཽ ཏི་ཡེལིོ་ཞཻན་ལོ།". —

—"da loe lo ma, napoo te yelio zheen lo". —

—"un año más, somos los que controlan a los que nos perturban". —

A lo que una voz algo chillona habría de contestar:

—"ཡམ་ཧེ་ཏྣཀ།". —

—"yama he tanka". —

—"estoy a sus órdenes". —

Ambos extrañados soltaron sus piedras para poder abrir la puerta en donde antes estaban las migajas, semillas y raíces de las cuales Vladimir obtendría algo de pan para comer diario, vieron fijamente la puerta y vieron que ahí se encontraba un niño de piel negra desnutrido, con unos ojos pálidos como la luna llena en invierno, quien trabajaría en el parque desde sus 8 años, y que sorprendentemente habría de ser imperceptible ante la mirada de Iván Gustav y que milagrosamente sobreviviría con pura nieve, agua de botella, semillas, camarones y cadáveres de pájaros que habría de dejar el invierno duro que pasaría la primera vez que Iván Gustav quedaría perturbado no solo de por vida, sino también, hasta la muerte, aparentemente la muerte Astana Brida Zarévich sería algo más doloroso que cuando Charles y sus guardaespaldas mandarían a Iván al cuarto de tortura, para poder dejarlo más perturbado de lo que ya estaba. Él lo vio todo en ese momento fatídico. Su nombre sería Tulio Nayuti, hijo de Zelé Pietro Nayuti, del reino de Etiopía, de los primeros árabes, tigreanos y etíopes civilizados. Nació el 18 de julio de 1981 en Mekele, junto a una familia de origen amhara que anhelaba poder ir a la Europa oriental para poder así obtener una mejor vida. Sueño que pudieron alcanzar cuando Tulio tenía 3 años, al llegar a la Unión Soviética. Estudiaría en el mismo colegio donde Mariana Zarévich Tisnyakiv estudiaría y moriría varios años después, "Centro estudiantil niños héroes de Mikhalëvka", a pesar de que no sería instruido o educado por Gabokola Nolastopos, se declaró como uno de los más grandes y significativos estudiantes de tal centro, a pesar de que no podía hablar con total fluidez ni el ruso, ni el ucraniano ni el bielorruso, podía tener una buena comunicación con su profesor, León Kevinich, pero no con sus compañeros. Sería algo difícil para el entablar una relación formal o un momento de convivencia con ellos por su mala calidad de pronunciación de las lenguas eslavas, pero sus padres si lo hacían. Sus compañeros abusaban de él no solo por su habla bastante extraña, sino también, por su color de piel y también por el hecho de que él, sus hermanos y sus padres huirían de un duro destino que recorrería a su país por el golpe de estado de los marxistas en Abisinia, pero como la Unión Soviética y el resto de la Europa oriental también estaba regido por algo similar al marxismo, pensaron en ir a Estados Unidos Cada vez que su profesor le preguntaba de donde venía él le entregaba un papelito que tenía escrito:

La pesadilla de BrestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora