No resisto más!

6.7K 98 2
                                    

Yo menos bebé–  dijo, totalmente excitado.

Decidido y con suma calentura me dió un lijero empuje hasta quedar en el bordillo del mesón, me alzó y de un solo impulso caí sentada.

Mis piernas quedaron en medio de su cuerpo, un cuerpo descubierto hasta la cintura.

Sus manos tomaron mi remera y delicadamente la despojó hacia árriba, quitandomela por completo.

La dejo caer al piso, facinado ante la vista de tenerme totalmente desnuda frente a él.

sus manos no resistieron e hizo tacto con mis bubis, las cubrieron por completo y  las meneaba en circulos, sus dedos indice y pulgar apretaban mis pezones al tiempo. Con un ritmo sofocante, mientras su cadera y la mía buscaban cercanía, cercanía entera de esas que hacen que seamos una sola carne.

Me encantas hermosa– susurró.

Sonrrojada, lo miré –Esa mirada dulce, perversa llena de entrega, una exploción de sensaciones obtuvimos.

Detubo sus manos, y mi pecho y cadera pedian a grito ¡más! –mi cuerpo por si mismo se movia, nesesitando de su placer.

Observé cuidadosamente como se desabrochaba su pantalon, tomandose su tiempo quitó los botones, disfrutando de gran manera el movimientos de mi pechos al agitarse –pidiendolo a él.

Desnudo nos encontrabamos, como vinimos al mundo, carne con carne.

deseo, placer, entrega, pasión; más se sentia más que eso.

Su dedo anular metio en su boca y lo humedecio con saliva dandole un movimiento suave y bastante provocador, puso su dedo lubricado en mi clitoris y masajeaba provocando mis instintos más perversos.

Tomo mis piernas y las abrio delicadamente, hasta lograr poner mis plantas en el mesón.

Me tenia completamente ante él, dispuesta a ser suya por segunda vez.

Su erección fue acercando a mí, y lentamente y con paciencia lo introdujo – un gemido placentero se nos escapo–

Amado soy tuya, susurre.

Mis palabras fueron como motor de arranque para sus caderas, que al oirme comenzaron a hacer cierto movimiento, cada vez más intenso y fuerte.

Sentía como adentraba y esa preción en mi abdomen se marcaba cada vez más.

Te amo nena– me dijo– mientras tomaba mis caderas que se movian descontroladamente.

Una corriente de calido liquido innundo todo mi ser, y fue justo hay en que nuestros nombres dijimos al tiempo.

un gemido, un movimiento directo, y una respiración de alivio– me dedicó.

dejandome totalmente derretida.

FIN.

CANDENTE PLACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora