[Mini-Fic] Lo que una chica quiere || Kryber || Amber × Krystal

04. Final

Cuatro; háblame mirándome a los ojos.

•Joseph•

Cómo se lo prometí ese día, los últimos tres días en mi estancia en Inglaterra, le marqué a Krystal cuando en USA era medio día.

Ella me había dicho que el hecho de escuchar mi voz la hacía sentir lo mucho que la extrañaba. Y, de una forma graciosa, ella dijo que ya estaba aprendiendo a entender a las mujeres.

Al regreso de mi viaje, ya contaba con un contrato firmado, en donde ambas partes salían beneficiadas, una lección aprendida sobre que, a mi Kryssie le gusta que le llame, y unas ganas insoportables de hacer el... Cof, Cof, darnos cariñitos.

Cuando regrese, lo segundo que hice en mi trabajo, fue pedirle a mi jefe unas pequeñas y bien merecidas vacaciones.

Henry, mi amigo, jefe y mi no-hermano, entendía completamente mi situación. Si, ese chisme de "Aprende a entender a una mujer", que comenzaron Krystal y Luna, se había esparcido entre conocidos más rápido que un Flash.

Así que, resumiendo, Henry me dejo tener algunos días de descanso. Incluso Víctor, tenía sus días de descanso.

Aquella tarde, mientras comíamos los cuatro, Krystal y Luna dijeron que querían ir a una playa. Cómo ambas son mitad coreanas, ellas quisieron ir a algún lugar de Corea del Sur. De hecho, nos pidieron ir a la Isla Jeju.

—Lunita, bebé —Habló mi compañero—, ¿Porque quieres ir a Corea? Nadie sabe hablar coreano, es más, mis padres son chinos y no se hablar chino.

—Víctor, Amor. Krystal y yo, SI sabemos hablar coreano. Que jamás lo usemos, es diferente.

Mi compañero siguió discutiendo un poco con su novia, al final, no tuvo otro remedio más que aceptar.

Al parecer, ni Luna ni Kryssie podían darse el lujo de hacer que nosotros le arruinaramos los planes, porque, de hecho, ya habían comprado los boletos y se habían encargado del hospedaje. Técnicamente, Víctor yo solo debíamos aceptar y encargarnos de los gastos faltante... Como la comida y recuerdos... Ya sabe, cuando uno viaja hasta más en cositas sin sentido que en el boletín y el hospedaje.

Pero bueno, todo estaba realmente bien planeado por nuestras bellas damas. Krystal me había dado esa bella sorpresa. Pero yo tenía una sorpresa más grande para ella.

[...]

—Cariño, no entiendo nada de lo que dicen —Le dije a mi bella novia.

—Tranquilo, solo dicen que eres guapo.

La vi articular algunas palabras en coreano, aquellas mucamas me dieron una última mirada y se fueron muy avergonzadas.

—¿Que les dijiste, Kryssie?

—Que dejarán de verte, que querés mío. Y que las mataría si se acercan a ti.

Me asombre por su respuesta,besa faceta suya de celosa posesiva me enternecia bastante. Porque todos sabemos que yo solo tengo ojos para ella, mi Kryssie.

—Amo cuando te pones celosita.

—Pues yo amo cuando todos saben que eres mío, voy a tener que marcarte esta noche.

Y bueno, bien podría contarles lo que ocurrió esa noche, sin embargo me lo reservo, porque los caballeros no tenemos memoria. Así que... Usen su bonita imaginación.

Los primeros días en Jeju fueron realmente agradables, entre paseos, comidas y juegos, estábamos pasándola muy bien.

Al parecer, Víctor y Luna estaba igual de bien, porque aunque viajamos juntos, cada pareja tomo su lado en cuanto llegamos al hotel.

Los días siguientes, intentamos pasarlo todos juntos, pues ese era el propósito principal. Y fue realmente divertido.

Era como volver a nuestra adolescencia. A mí mente llegaron muchos recuerdos de las veces que de jóvenes, los cuatro decidimos darnos una pequeña escapada. Habíamos vivido tantas cosas. Y es que, a pesar de ser jóvenes, nosotros cuatro hicimos de las nuestras cada rato, que ya teníamos pase VIP en los castigos que nos otorgaban nuestros padres

Desde pequeños alborotos hasta desaparecer días por viajar por el país. Supimos divertimos durante nuestra adolescencia, eso sí, sanamente. Jamás tuvimos que buscar sexo, drogas y alcohol para pasar un buen rato.

Era maravilloso, perfecto.

Y así me senté en esos momentos, viendo a mi hermosa Krystal jugar en la orilla del mar, a Luna intentando tirar a Víctor al agua...

...Me sentía completo, pleno, satisfecho. Mi vida era perfecta ante mis ojos. Aún con todos los obstáculos posibles, mi vida es hermosa. Sobre todo porque tengo a mi lado a la mujer más hermosa del mundo.

Krystal.

Ella siempre ha sido el motor de mi vida. Y aunque sé que pasamos por un mal rato, debido a mi cabeza hueca, no podría estar más feliz por haberla escogido a ella... Corrección, no podría estar más feliz por saber que, de entre tantos hombre, Krystal me eligió a mi. Ella me amaba a mi.

Ella me ama.

Y es por eso que poco antes de volver a USA de Inglaterra, había pasado por una joyería, muy elegante. Y si, adivina​n bien.

—Krystal.

Llame a mi novia, quién a su vez, le dijo a mis dos amigos que la acompañarán.

—¿Que sucede, Jos?

Preguntó mi hermosa, Luna y Víctor estaban llegando a donde Kryssie y yo estábamos. Aún era una bella tarde, el sol estaba en su punto, el mar pareció entender que quería un escenario perfecto. Todo estaba de mi lado.

Cogí las manos de mi novia y comencé a hablar.

—Krystal, yo... Tenemos mucho tiempo estando juntos. Y en todo este tiempo hemos superado tantas cosas. Hemos sabido superar cada obstáculo, apoyándonos, amándonos —Ella me miraba atenta a lo que decía. Víctor y Luna, ya sospechaban lo que iba a hacer, por lo tanto me animaba con sus enormes sonrisas—. Yo, quiero estar a tu lado el resto de mi vida. Quiero estar a tu lado en las buenas, las malas, las peores. Quiero ser yo quien esté a tu lado en cada etapa de tu vida. Quiero ser el padre de tus hijos, quiero...

De pronto fui callado por los labios de mi amada, la cogí de la cintura y correspondí su acto tiernamente. Para cuándo nos separamos, ambos estábamos esbozando una amplia sonrisa.

—Acepto. Dame mi anillo.

Mi hermosa Krystal, tan diva como la princesa que es. Saque el anillo de la pequeña mochila que llevaba conmigo, lo coloque en su manos y volvimos a besarnos.

Ahora se que, no importa lo que haga, ella siempre me amara. No importa cuan idiota sea por no entender a las mujeres, ella siempre sabrá darme una lección. No importa nada, porque ella siempre estará para mí. Así como yo estaré para ella.

Porque ahora se, lo que una chica quiere...