[Mini-Fic] Lo que una chica quiere || Kryber || Amber × Krystal

Capítulo Especial: Vicna 2/2

•Luna•

La habitación estaba inundada de gritos, jadeos...

Y no, no piensen mal. Cochinos.

En una sala de emergencia, en el área de Gineco-Obstetricia es muy normal que se escuchen jadeos, gritos, llantos y demás.

Si, piensan bien.

Krystal y yo estábamos a punto de dar a luz.

Tenía miedo, nunca supe como es que tuve las agallas de seguir con el embarazo. Y no, no crean que soy mala persona o algo así, es solo que me aterra el dolor que podría experimentar.

Krystal fue la primera en pasar al quirófano. Pude por como gritaba. Mi piel se erizo.

Los minutos estaban pasando lentamente. Mi respiración se estaba entrecortando.

Veía a mi alrededor, doctores y enfermeras trataban de tranquilizarnos... Sobre todo a una joven que estaba muy histérica, gritaba como si la estuviesen matando. Eso me aterró aún más.

La situación era realmente graciosa. Krystal y yo quedamos embarazadas al mismo tiempo y nos íbamos a aliviar el mismo día. ¿Porque no estaba contenta?

Bueno, si estaba contenta, pero me asusta lo que venía

Un ginecólogo se acercó a mi, comenzó a revisarme.

—Señora Park, debo informarle que está con nueve de dilatación. Debemos esperar solo un poco más. Pronto conocerá a su hijo o hija.

Sip, estaba a punto... Lo único que me tenía tranquila es que pronto sabría si tendría a una Lunita o un Victorito. Y es que, durante los ultrasonidos, quise mantenerme en suspenso y no saber el sexo de mi hijo.

[…]

Hace unos momentos, el tiempo pasaba lentamente. Pero ahora, todo es muy rápido, tan rápido que se me va de las manos.

Las luces de quirófano me deslumbraban, los doctores me pidieron hacerme un pequeño ovillo pues me harían algo llamado Raquia*, que me ayudaría a soportar un poco el dolor, pues no podían ponerme anestesia.

Las contracciones eran más constantes, más fuertes. Sin pensarlo, comencé a pujar, los doctores me ayudaban y me pedían resistir un poco más. El dolor seguía siendo insoportable, no podía más.

Él sudor recorría mi frente, el dolor me había invadido por completo, al igual que el miedo, debía pujar...

Me sentía cansada, los ojos se me estaban cerrando, de pronto lo sentí... Mi bebé ya había nacido.

Ví a los doctores, pediatras, ir a revisar a mi bebé, mientras que algunas enfermeras me limpiaba y se encargaban de mi.

Pero, el silencio en la habitación era demasiado extraña.

¿Porque no había escuchado a mi bebé llorar?

Mi bebé había nacido bien, ¿cierto?

Gire mi rostro a una enfermera que estaba a un costado mío.

—Enfermera, mi bebé...

No pude terminar la frase, estaba agotada. Ella me miró de forma tranquila, sonrió y cuando estuvo a punto de contestar, un llanto la interrumpió.

Mi bebé estaba bien. ¿Cierto?

No pude saberlo, mis ojos se habían cerrado.

[…]

Cuando desperté, estaba en una habitación diferente. Ví a Víctor sentado a mi lado derecho, y a una enfermera entrar por el lado izquierdo de la habitación. La enfermera me checo y tras comprobar que estaba bien, se retiró.
Víctor me miraba fijo.

—¿Y el bebé? —Cuestione intranquila.

—Ella esta en observación, durante el parto casi te desmayas, eso complicó el parto y, por ende, la salud de nuestra pequeña.

—¿Es niña?

Él asistió. Se acercó a mi y me besó. Lloro mientras me besaba.

—Cuando supe eso, me dió miedo perderte, perder a mi bebé. Si tú te hubieses desmayado, tal vez no habrías despertado. Si mi bebé no fuese fuerte como tú, no estaría viva.

Lo ví besar el dorso de mi mano. Poco después, una enfermera entró cargando a mi hija.

Pude tomarla entre mis brazos, era tan hermosa.

—¿Como le pondremos, Luna?

—Sulli.

[...]

Nuestros hijos tenían una semana de haber nacido. El pequeño Kris era muy guapo, y mi hermosa Sulli era hermosa.

Ambos estaban sanos, eso era lo que realmente importaba.

Nosotros éramos felices. Los cuatro habíamos vivido una linda aventura, y tendríamos muchas historias que contarles a nuestros hijos cuando ellos creciera.

Habíamos encontrado la felicidad pura...

•El fin(?)•