If I lose myself. - One Republic. (Native).

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¿Qué pasa si un día me despierto y dejo de ser este reflejo que veo frente a mi espejo?

Quizás no os importe mucho, pero debo ser sincero: Yo no soy yo.

Es decir, sí, soy yo, pero no quien debería ser, no quien quiero ser.

Creo que estoy tentando al destino.

Cada día, cada minuto que pasa me siento más perdido acerca de mi propia identidad.

¿Quién soy, realmente?

Empecemos por el principio, lo básico.

Me llamo Matt Jefferson. Tengo veinte años. Trabajo en una estúpida oficina en medio de una ciudad que no me motiva y me siento estancado.

No hay nada que pueda hacer.

Así que hoy, igual que todos los días desde hace años, me levanto y voy hacia ese edificio con forma de selva. No es que tenga esa forma específica, pero a mí me lo recuerda.

Lo primero que veo es a la recepcionista, Natalia, que me mira y me sonríe.

- ¿Qué tal, Matt?

- Bien.- susurro yo sin apenas mirarla.

Veo todas esas caras conocidas: La secretaria que parece tener siempre prisa pero se pasa horas frente a la máquina de café, Jordan, que intenta conquistar a la nueva chica en prácticas, Maria y Jordania que me miran con complicidad, Isaac, con sus gafas de color rojo demasiado llamativas...

¿Cuándo va a cambiar?

Es todo tan monótono que cuando salgo apenas valoro la suerte que tengo al tener un empleo bien pagado.

Entonces, milagrosamente, aparece un ángel en mi vida.

Acabo de verla.

Es ella y está preciosa.

Sigue teniendo esa mirada de chica confiada y esos tacones altos que me volvían loco cuando pasaba noches y más noches envuelto en las sábanas de su cama.

Ha cambiado su pintalabios rojo por uno de un color más claro y lleva un vestido amarillo y un collar azul.

Solamente ella puede lucir como un diamante en medio de todo el brillo de Nueva York.

Me encuentro a mí mismo pensando en las posibilidades que hay de encontrar a una persona en concreto en esta enorme ciudad.

Mi mente se pone en funcionamiento y comienzo a hacer cálculos pero entonces...

Algo me detiene.

Matt Jefferson jamás haría eso.

Quizás Matt Jefferson, un trabajador de una empresa más de Nueva York sí. Pero yo no.

Necesito hablar con ella.

Cruzo la calle corriendo justo cuando el semáforo cambia de color a un rojo intenso y llego al otro lado para ver cómo ella mueve su pelo castaño oscuro, muy oscuro, y lo deja libre al poco viento que pasa.

Solo ella, pienso. Solo ella puede parecer salida de una película sin que la situación parezca forzada.

La detengo cuando está a punto de entrar a un edificio en el que pone “Academia de música” escrito con letras grandes.

Ella jamás ha sido buena en música.

¿Qué hace allí?

- Eh.- saludo, respirando entrecortadamente.- ¿Te acuerdas de mí?

- ¡Matt Jefferson!- su forma de pronunciar mi nombre me deja sin respiración.- ¡Cuánto tiempo!

En mi oficina todos habrían dicho mi nombre con tono aburrido, simple, no con tono alegre y cantarín. Ella conoce a otro yo.

"Historias de canciones."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora