Epílogo IM.

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Querido Aron,

Vuelvo a escribirte y esta vez un poco más animada.

Ha llegado el verano.

Incluso la fotografía de tu lápida parece sonreír más.

Con el tiempo las cosas han ido mejorando y el mundo se ha recuperado lentamente.

Sin embargo, ese no es el motivo por el que te escribo.

Te escribo porque ahora mismo estoy en comisaría con tus padres, que parecen agradecidos por saber la verdad.

Sí, Aron. Se está haciendo justicia.

Tras el funeral alguien visitó tu tumba y leyó mi carta.

Lo mantuvo en secreto para no causarme ningún daño, pero avisó a la policía.

Su búsqueda de los culpables fue completamente sigilosa.

¿Sabes qué?

Están todos entre rejas por fin.

Sé que sigue sin ser justo, pero la justicia no permite que los mate con mis propias manos para vengarte.

De todas formas, tus padres se sienten mejor, ya que saben que no te suicidaste, que fuiste feliz y tuviste una vida corta, pero bonita.

Una vida corta haciendo bonitas las vidas de los demás.

Bueno, tengo que irme.

De nuevo, muchísimas gracias por todo.

Por cierto, ¡Kevin me ha pedido salir!

Ojalá estuvieras conmigo para celebrarlo.

Seguiré escribiéndote cartas y visitando tu tumba para dejar flores y seguiré escribiendo poemas en el banco de nuestro parque.

Te quiero, Aron.

Creo que te echaré de menos toda mi vida.

Con amor de tu Lea, la tonta que jamás aprenderá a hacer saltar piedras en el río. 

"Historias de canciones."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora