Dejé la carta encima de la fría piedra de su lápida, por si por casualidad existía la vida después de la muerte y él me echaba de menos.
Lo único que sabía seguro era que yo estaba destrozada.
Yo, Lea Donaire, ya no era más que un cuerpo vacío. Sentía que me habían arrancado el corazón de cuajo al llevárselo a él.
Mi mejor amigo.
Me quedé allí mientras los demás se iban, envueltos en lágrimas y telas negras.
Ellos, que lloraban inocentemente, no sabían la verdad y jamás la sabrían.
Ellos eran felices dentro de su infelicidad ignorante.
Yo cargaba con el peso de la culpa, que lo hacía todo más y más insoportable.
¿Cómo iba a sobrevivir viendo a su familia destrozada y a sus amigos prácticamente paralizados?
Aron se había llevado su secreto a la tumba, literalmente, y yo era su sucesora.
Leí por última vez la carta.
Querido Aron,
Jamás quise que esto terminara así.
Te has llevado mi vida, Aron, te has llevado todo lo que me quedaba y no puedo dejar de llorar.
Todos te recordaremos.
Odio que suene a frase de lápida.
Odio que tú estés ahora bajo tierra.
Dios mío, odio que no vayamos a ver tu sonrisa rebelde una vez más.
Te echo de menos, echo de menos tus "vamos, Lea, no es peligroso" y mis "ten cuidado".
Tus "¿pizza y peli?" y mis "solo si elijo yo la película".
Echo de menos tus risas, que enviaban lejos mi preocupación. Tus bromas, tu forma de hacerme sentir bien.
Eras tan valiente.
Recuerdo cada segundo del último día que pasamos juntos.
Cruzamos la línea, Aron.
Llevábamos dos años haciendo el tonto, rondando cerca de aquel lugar peligroso.
Solo nosotros sabíamos qué clase de gente habitaba allí y a lo que se dedicaban.
Ese último día... ya no hubo vuelta atrás.
Recuerdo cómo lo veías todo como una aventura y yo como un riesgo. Me hiciste olvidar eso.
Si hubiera sido capaz de detenerte ahora mismo no estaría escribiendo estas palabras.
Recuerdo el sonido de esa piedra, la figura de un hombre girándose y descubriéndonos.
Recuerdo su grito grave y el mío, agudo.
Recuerdo tus palabras, calmándome, "Lea, no pasará nada. Estoy contigo".
Estabas conmigo.
Estabas conmigo y por eso conseguí burlar al miedo.
¿Qué haré ahora que sé que te has ido? Seré incapaz de enfrentarme a los peligros sin ti, Aron.
Yo te vi morir y me alejé.
Vi el cuchillo que causó tu muerte.
Vi el rostro que lo empuñó.
Oí tu agonía.
Mientras huía de todo, de ese lugar, de esos hombres.
Tú me habías dicho que corriera, que te esperara en nuestro parque.
Ahora ese parque es otra tumba y representa mejor al Aron que conocí que cualquier piedra con un grabado y una fotografía jamás hará.
Éramos dos niños jugando con fuego y te quemaste.
Lo que más me duele es lo ciegos que están todos.
Si pudieras verlos...
Nadie encuentra las palabras para definir cómo se sienten.
Cuando tus amigos supieron de tu muerte se miraron entre ellos, sin poder creerlo, no podían llorar porque para ellos no era real.
Tus padres, en cambio, pasaron un infierno.
Su hijo, el príncipe de la casa... muerto.
Lo siento muchísimo.
Siento que no se pueda hacer justicia y que esté bajo amenaza, siendo incapaz de delatar a los culpables mientras el suicidio es la excusa que todos ponen.
Lo curioso es que todos sabemos que tú jamás te suicidarías.
¿Por qué ibas a hacerlo?
Eras el gracioso de la clase, todos te amaban, eras nuestro Aron.
Duele demasiado escribir esto.
No puedo cargar con la culpa.
Te quiero, Aron.
Gracias por haber estado ahí, por darme una vida que vivir, por animarme, por las veces que nos perdimos juntos, por ser mi protector y mi ángel.
Todo arde a mi alrededor.
Arde el collar que me regalaste por mi cumpleaños, arde la carta que me escribiste cuando me fui de vacaciones a Grecia, arde también tu película favorita, la que me dejaste hace una semana.
Lo he quemado todo, Aron.
Incluso la chaqueta con la que me tapaste ese día que llovía y nosotros estábamos investigando la ciudad.
Sé que querías ser incinerado y al parecer solamente me lo dijiste a mí, así que este fuego es en memoria al chico de la sonrisa rebelde.
Al chico que fue mi salvación.
A mi mejor amigo.
Descansa en paz Aron,
Siempre te recordaré.
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"Historias de canciones."
Novela JuvenilRecopilación de historias inspiradas en canciones. Busca las canciones que más te gusten o lee los relatos cortos de artistas que desconozcas. De esta forma puedes A: Descubrir nuevas y geniales canciones B: Leer interpretaciones de tus canciones fa...