Blog Obsession [JiKook]

"Juntos"

Ésta es la mejor noticia que podría publicar en este blog, y es... que...

¡Dooly y yo estamos saliendo! ¡Sí, cuesta de creer pero estamos saliendo... ESTAMOS SALIENDO! Estoy saliendo con el chico que pensé que nunca llegaría a hablar y ahora... uff, estoy como en una nube. Tengo la sensación de querer decir mucho, de soltar todo lo que tengo dentro, pero el caso es que no sé cómo. Es como un torbellino de sentimientos mezclados en mi estómago y me es imposible pararlo y poner orden.

Pero a pesar de no saber cómo transmitirlo... estoy muy feliz. Creo que eso es suficiente, ¿no?

Bueno, al caso. Os contaré qué pasó durante la cita, incluso... lo que pasó durante toda la noche.

Fui hasta donde Dooly me había citado, es decir, el hotel-restaurante ese. Debo admitir que nunca había entrado a un sitio tan lujoso, Dooly dijo que no era para tanto y que había ido a sitios mejores, pero que sus ahorros no sobraban demasiado como para ir a un sitio mejor.

¡Pamplinas! Ese sitio era genial, muy elegante y tenía una decoración preciosa.

Antes de entrar nos hicimos unas fotos en un espacio que había... bueno, no sé cómo llamarlo, algo así como una recepción, y después estaba el mesero para tomarnos el nombre de la reserva y llevarnos hasta nuestra mesa.

Oh, antes que nada, estas son las fotos que nos tomamos.

Salimos bien, ¿verdad? Creo que hacemos una muy buena pareja.

La cena se desarrolló sin nada fuera de lo normal, fue muy amena y nos reímos un montón, sobretodo él, que no dejaba de reír y hacer desaparecer sus pequeños ojos en dos líneas cada vez que soltaba alguna tontería o burrada.

Tengo que admitir que cada vez que provocaba una sonrisa en él me subía un cosquilleo por el estómago que jamás había sentido.

¡Comí el mejor postre de mi vida! ¡Coulant! Si no lo habéis probado, debéis. Es algo así como un bizcocho pero que por dentro tiene chocolate derretido... uff, se me hace la boca agua de recordarlo. Lleva una bola de helado de vainilla encima y llevar a la boca ambas cosas a la vez era como tocar el cielo.

Cuando terminamos de cenar fue la hora de la sorpresa dos, ya sabéis por qué dos, ¿no? Arruiné prácticamente la primera. De esta por supuesto no tenía ni idea, y mejor..., pero a la vez no, porque aunque conozco el término "sorpresa" a veces me pone muy nervioso.

Quizás deba contar el por qué, así me haré entender mejor.

Un día, un grupo de mi clase de instituto me hicieron una sorpresa por mi cumpleaños, pero... no era una sorpresa que uno esperaba encontrar, era más bien una broma. Para ellos sólo fue una bromita de nada, para mí fue una de muy mal gusto.

Me trajeron a mi casa una mujer que... me suponía era de la calle porque olía muy mal y tenía unas pintas horribles. Los de mi clase le habían dado algo de dinero para que se presentara con ellos en mi casa y me hiciera algún "trabajillo manual"... Ya podéis imaginar mi cara...

Al final los eché a todos e invité a la mujer (que tan sólo necesitaba algo de dinero para sobrevivir y que por eso aceptó), a comer tarta conmigo y en la noche, antes de que mis padres volvieran, se marchó.

Ese fue el día en que me enemisté con toda mi clase...

Volviendo al presente. Fuimos a casa de Dooly y pedí permiso a mi madre para quedarme allí.

Ya podréis imaginar mis nervios, si de por si ya lo estaba, después de eso... creo que mi alma dejó mi cuerpo por varios largos minutos.

Sus padres estaban allí pero al contrario que los míos, ellos no se meten en los asuntos de Dooly y tampoco entran en su habitación sin avisar. Así que estuvimos muy cómodos. Me compró un montón de dulces, estaban esparcidos por toda la cama (si las parejas usan pétalos de flores y esas mierdas para decorar y dar romanticismo, la mía, bueno la de Dooly, estaba llena de dulces). Incluso disfruté de unos masajes que había estado mirando en internet cómo hacer.

Y aunque todo esto último suene muy mal, no pasó nada más allá.

Bueno, a ver, quiero decir que no... nos acostamos, pero sí que hubo besos y algún que otro tocamiento por parte de Dooly que aprovechaba cuando me daba masajes. (Y puede que haya algo más, pero eso me lo guardaré para mí).

¡Conclusión! Fui muy feliz, fue con creces el mejor domingo de mi vida.

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30/01/2017

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