Final (Narración)

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Han pasado unos días desde que decidí cerrar el blog, creí que no lo echaría de menos, pero para qué engañarme cuando sé que sí lo echo en falta. Me había acostumbrado a escribir en él prácticamente todo lo que me pasaba, tanto lo bueno como lo malo y de cierta forma siempre quedaba liberado.

Pero aún así pienso que fue la mejor decisión..., ¿no?

Los problemas que se crearon en el blog con respecto a los comentarios hirientes ha llegado hasta mi universidad. Ahora puedo decir que entiendo ciertos comentarios que me han gritado o dicho a la cara en mitad de la clase o por los pasillos. Hice caso a Jimin en no tomarlos muy en cuenta e ignorarlos todos hasta que se les pasaran, pero a veces cansa y no puedo evitar encararlos o incluso... llegar a las manos.

¡Pero hoy es un día para no pensar en ese tema y concentrarme en la vista tan graciosa que voy a tener de Jimin con delantal!

Debí llegar a su casa a las doce del medio día, como habíamos acordado, pero me detuve en una pastelería a comprar algunos dulces y llegué media hora tarde.

— Llegas tarde.

— Pero fue por una buena causa. — Levanté la bolsa con el logotipo de la pastelería y rodó sus ojos pegando un tirón de la bolsa, haciendo que yo diera un traspiés y quedara a centímetros de él. Momento que aprovechó para besar mis labios.

— Estás perdonado. — Sonrió de medio lado y se hizo a un lado para que pudiera pasar.

En cuanto di algunos pasos en el interior de la casa, aspiré el aromo de algo delicioso que se cocía en la cocina, rápidamente me volví a mirarlo y me respondió con el menú que estaba preparando para mí. Siempre alardeaba del mismo plato y puede que esté en lo cierto y sepa delicioso, pero también me da en la nariz que es lo único que sabe cocinar.

— ¿En qué puedo ayudarte? — Pregunté dando un ligero vistazo a la cocina.

— Puedes lavar esas verduras y... allí está el delantal. — Miré el delantal rojo y luego volví mi vista hacia él. — Para que no te manches. — Si no fuera por su sonrisa socarrona hasta podría haberlo creído, pero claramente lo único que quería era verme con él puesto.

Fui hasta donde el dichoso delantal estaba colgado y lo cogí para verlo mejor, no había ningún dibujo en él, ni un mísero corazón vergonzoso, y eso me deprimió un poco. Caminé hasta Jimin mientras tenía sus manos ocupadas preparando algo, quedé a sus espaldas y pasé el delantal por delante suya y lo colgué en su cuello; todo por supuesto recibiendo quejas suyas, pero como sus manos estaban sucias poco podía hacer.

— JungKook, el delantal es para ti, yo llevo ropa de casa. ¡Tú te vas a manchar!

— No importa, dije que tenía que verte con el delantal y no me voy a ir de aquí hasta no cumplir con mi deseo. — Continué acomodando el delantal y cogí de ambas tiras pasándolas por su cintura hasta dejarlo bien atado; por si se le ocurría quitársela que al menos le costara un poco.

Reí cuando hube acabado y no dejó de mirarme con la cabeza girada hacia mí y con el ceño fruncido.

— Va, va, continúa cocinando que me muero de hambre. — Resopló abatido y devolvió sus manos a la comida. Aproveché ese momento para sacar mi móvil del bolsillo trasero del pantalón y sacarle una foto. — ¡¡JungKook!! ¡Nada de fotos!

— Tranquilo, ya no tengo blog para exhibirte, se quedarán en la memoria de mi móvil... y en la mía. — Reí a carcajadas sin dejar de observarlo, incluso pude apreciar una leve sonrisa en su rostro, pero giró nuevamente su cara para no darme más razones para reírme o incitarme a sacar más foto. Volví a guardar el móvil y pasé mis brazos por su cintura y apoyé mi cabeza en su hombro.

Blog Obsession [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora