Narra Sam:
Abrí mis ojos lentamente y busqué mi celular, prendí la pantalla y ví la hora, ¡Oh por Dios! Eran las 2:30 de la tarde. Me levanté sin ganas de hacer nada, y me metí a la ducha, luego de 20 minutos, me puse la ropa interior, un short alto y una camiseta corta. Salí del baño y no había nadie en la habitación, quizás estaban abajo, en el casino. Salí dispuesta a buscarlos, bajé las escaleras y camino al pasillo veo a Alex acercarse:
—¿Qué hacías ayer afuera del internado?— me preguntó con su ceja derecha alzada
—Ems... y-yo es-estaba— tartamudee nerviosa— ¿Qué hacias tu afuera también— crucé mis brazos.
—Yo hago las preguntas y ahora, respóndeme— me habló con un poco de molestia en su voz.
—¿Por qué tendría que responderte?— dije desafiante.
—Porque yo soy el hijo de la directora y le puedo decir todo si no me dices— habla con superioridad.
¡Se me olvidaba que éste es hijo de la directora!
¡Es tan linda su sonrisa! no, ¡concentración Sam!
—Hacia lo mismo que tú— le dije.
Me miró con disgusto y se empezó a acercar a mí, retrocedía hacía atrás con cada pasa que él daba hasta que mi espalda tocó la pared ¡MIERDA! se siguió acercando y ¡pum! nuestros labios se unieron. Cerré mis ojos instintivamente y le seguí el beso. Me sentía en el paraíso, era como si sus labios encajaran perfectos con los mios, Alex realmente besaba bien y sus labios eran muy suaves. Eso me ponía aún más nerviosa porque no sé el motivo por el cual este beso comenzó, ¿le gustaba a Alex?, negué con mi cabeza, separando mis labios de los suyos y abriendo mis ojos, él me tenía que dar una explicación.
—Oye, ¿qué te pasa imbécil?, ¿por qué me besas?— dije fingiendo enojo.
—¿Por qué te enfadas muñeca? si me seguiste el beso y no me niegues que no te gusto —habló, para luego dedicarme una sonrisa de lado.
¡Se veía tan apuesto sonriendo! y yo que pensaba que los dioses griegos no eran reales.
—¡Claro que no! —mentí, aunque no serviría de nada, porque claramente le seguí su beso.
—Como digas —habló dándose la vuelta para irse mientras hacía un ademán con su mano restándole importancia.
¿Qué acaba de pasar? me ha besado Alex y me encantó, sí como lo oyen, me ha encantado el beso de Alex.
—Nadie te escucha, tonta —dice mi consciencia
—No te metas, Petronila —dije luego de pensar en el nombre más horrible para apodar.
—¿Petronila? ¿en serio?— habla nuevamente mi consciencia.
—¡Ya callate! —dije para acto seguido sacudir mi cabeza, y emprender nuevamente mi camino hacia el casino.
Entré, visualisé de lejos a mis amigos y empecé a avanzar hasta llegar a su mesa, tomé asiento al lado de Matías. Me preocupé al ver que Chole no se encontraba ahí.
—¿Tanto duermes? te has demorado mucho en venir, ¿qué hacías? —me preguntó curiosa Helen.
—Me estaba bañando, ¿que crees que estaría haciendo?— dije mientras tomaba un vaso del centro de la mesa y me servía un poco de jugo.
—Bueno, apresúrate en comer. ¿Has visto a Chloe? no la veo desde que me levanté— me habló Matías preocupado.
—No, no la he visto, la llamaré— dije para luego sacar mi móvil de mi bolsillo.
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Narra Chloe:
Me desperté gracias a la luz que daba en mis ojos, me levanté rápidamente y empecé a sentir punzadas en mi cabeza. Me metí al baño, me saqué el pijama e ingresé a la ducha, luego de estar dentro de la lluvia artificial 30 minutos, salí envuelta en mi toalla, ya que no había traído mi ropa al baño. Me acerqué a mi armario y saqué un jeans color negro y una polera rosa para luego ponérmelos, me pusé mis tenis y salí de la habitación con un fuerte dolor dw cabeza aún, ¡maldita resaca!
Bajé las escaleras al primer piso y me dirigí a la enfermería, toqué la puerta 2 veces con mi puño y la abrí.
—¿Puedo pasar?— pregunté asomada por la puerta.
—Claro, ¿qué sucede?— preguntó preocupada la enfermera.
—Me duele mucho la cabeza— dije quejándome, emitiendo el por qué, porque claro, si le decía que es porque tengo resaca, seguramente me mandaría a la oficina de la directora.
—Toma— me dice pasándome una aspirina y un vaso con agua.
—¡Gracias!— dije, para luego dedicarle una sonrisa. Ingresé la pastilla a la boca y luego la tragué con agua, ojalá esto sirva.
—Adiós, que tenga un lindo día, muchas gracias— dije sonriente, devolviendo el vaso para luego salir de la habitación.
Me dispuse a caminar por los pasillos para ir al casino, hasta que algo interrumpió mi trayecto, mi móvil vibrar. Lo saque de mi bolsillo, encendí la pantalla, era una llamada entrante de mi hermana.
—¿Qué pasa Sam?— saludé.
—¿Dónde estás?— me pregunta preocupada.
—Voy camino al casino— le expliqué, empezando a caminar nuevamente.
—Está bien, adiós, nos vemos ahí— se despidió y colgó.
Seguí caminando por los pasillos mirando el correo en mi móvil, y ¡pum! sin querer choqué con alguien, levanté la mirada para ver quien era y se trataba de una rubia.
—¡Fíjate por donde caminas!— gritó la rubia enfadada recogiendo su bolso.
—Lo mismo digo— comenté para luego dejarla hablando sola.
¡Que amargada! digo entre dientes mientras abría las puertas del casino. Busqué con la mirada a Sam y la ví junto a nuestros compañeros de habitación, en la misma mesa de siempre, caminé hacía ellos y me senté junto a Helen.
—Chloe, ¿dónde estabas?— me preguntó Helen preocupada.
—En la enfermería— le expliqué para luego hacer una mueca.
—¿Por qué?— me pregunta Matías.
—Me dolía mucho la cabeza y fui a por una aspirina— dije encogiéndome de hombros.
—¡Te dije que no bebieras tanto!— me regañó Sam, molesta.
—Ya tranquila, es un simple dolor de cabeza, no estoy muriendo— dije molesta a lo cual Sam bufó cruzando sus brazos.
-- uff - bufo SamBUENO ESPERO QUE LES ALLÁ GUSTADO ESTE CAPITULO :)
Bueno la verdad les escribia para darles las gracias alas chicas que han leído mi novela y a las que han votado muchaaaas gracias y espero que sigan conmigo hasta el final de la historia .Las quiero ♡
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ENAMORADAS DEL MISMO CHICO
Teen FictionSINOPSIS : Sam y Chloe son dos gemelas muy unidas, las dos rubias, de ojos verdes y ambas de 15 años. El mundo de éstas dos chicas empieza a cambiar, ya que sus padres han decidido ponerlas en un internado por que ya no sabían qué hacer con ellas, s...