Capítulo 4

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Día 4

Me siento débil, no tengo ganas de ir al instituto, ¿para qué ir? ¿para terminar igual que en el otro? No, gracias. Me prometí ser fuerte, pero es tan difícil, tan difícil mantener ese muro que construí para que nadie pudiese conocer más de mi de lo que yo enseñase, pero ¿por qué es tan difícil? Mantener esa expresión de todo me da igual, cuando en realidad me estoy muriendo por dentro, no aguanto más, me levanto de la cama y me aseguro de que nadie me sigue, voy hacia el baño, cierro el pestillo y lleno la bañera, ni siquiera me quito la ropa, cojo la cuchilla que guardo bien escondida desde hace unos años, me prometí no volver a hacerlo,pero todo es superior a mí, meto los brazos en el agua para que no duela, me paso la cuchilla por los brazos, el agua se tiñe de rojo y lloro.

Estoy harta de la gente, de todos los que me hacen daño. Harta de mi vida, de vivir en una constante mentira, vivir en un constante "estoy bien". Harta de fingir,diría con mis amigos pero no tengo, con mi familia, aquella que en vez de apoyarme cuando la necesito, me repite que soy en desastre, que así no llegaré nada en la vida.

Después de todo esto, ¿qué sentido tiene seguir viviendo?

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Sé que este capítulo es un poco corto, pero no sabía salir muy bien de donde me había metido, os prometo que el próximo capítulo será más largo.

Muchas gracias por leerme

Diario de una Suicida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora