"¿Cómo hago para explicarle?"
Estaba tan nervioso con tan solo pensar en eso. Mil maneras descartadas pasan por su cabeza confundiendolo.
Era consiente de que probablemente Kai no lo supiera y tenía mucho miedo. Obviamente cuando estaba con él intentaba olvidarse, hacer como si nada pasara, pero sí que pasaba, y mucho.
Su cabeza era un desastre cuando lo veía con detalle, justificando el por qué era que le gustaba tanto, desorientandose más.
Simplemente se sentía intimidado por su persona y cuando una pizca de valentía crecía en él, se iba tan rápido cómo había aparecido.
Cómo si se olvidara de su necesidad de hablar parecía que alguien, más bien él mismo, lo callara, tapara su boca y sus palabras siendo ahogadas en su corazón, silenciandolas haciendo que doliera permanentemente. Se acostumbrara a ello sin terminar de convencerse de que el dolor fuera lo correcto.
Era cosa de todos los días reprocharse a sí mismo y cuestionar su propia palabra pensando en la razón de su cobardía. Simplemente no había encontrado una respuesta a su pregunta.
Él no sabía que no tenía nada de malo pero nadie lo podría sacar de esa posición: inseguro.
¿Miedo? ¿Miedo a la persona que le gusta? ¿Era eso? ¿O era un miedo independiente, anexo a Kai? ¿Y no un miedo a sí mismo, sólo a él como ser humano y criticandose?
Quejándose, en su mente viajera, podría pasar horas navegando en el mar de estrellas; sus órdenes propias por cumplir y las acciones finalmente realizadas que, para SeHun, siempre eran las incorrectas o podrían haber sido mejores.
SeHun lo sentía cómo haber manchando con tinta negra un papel en blanco con complejos planos que solo él podía ver, tapando lo invisible sin poder pedir ayuda.
Lo que más hacia ruido en su cabeza era la idea de que, a Kai, probablemente no le importara y él esforzándose sin sentido aunque no tuviera razón.
Todo por miedo al fracaso pensando que eso era lo peor que le podía pasar.
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